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CRÍTICA

'Bienvenidos a Marwen': Feel-good de base

Crítica de 'Bienvenidos a Marwen', dirigida y coescrita por Robert Zemeckis. Protagonizada por Steve Carell y Leslie Mann.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 1 de Marzo 2019 | 09:30
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Después de una época más centrado en dirigir dramas, como 'El vuelo', 'El desafío (The Walk)' o 'Aliados', Robert Zemeckis regresa a la comedia con 'Bienvenidos a Marwen', una increíble historia basada en hechos reales, protagonizada por Steve Carell y Leslie Mann en la que el aclamado realizador entremezcla imagen real con stop-motion y animación mediante técnica de captura de pantalla.

Bienvenidos a Marwen

Mark Hogancamp es un hombre aspirante a artista que tiene problemas con la bebida. En una de sus salidas en un pub, confiesa a un grupo de hombres que tiene una extraña afición fetichista, la de ponerse zapatos de mujer y travestirse. Los individuos deciden darle una brutal paliza, un crimen de odio, que provoca que Mark quede en coma durante varios días, daños cerebrales, pérdida de memoria y estrés postraumático. Aislado del mundo, Mark empieza a canalizar su experiencia a través de una construcción de un pueblo en miniatura ambientado en la Segunda Guerra Mundial y al que llaman Marwen. Los habitantes de Marwen son muñecas similares a personas cercanas a Mark. La llegada de una nueva vecina, Nicol, hará que la vida del hombre herido cambie drásticamente.

Clásica película de superación personal

Aunque basada en hechos reales, 'Bienvenidos a Marwen' tiene como principal referencia el documental 'Marwencol', dirigido por Jeff Malmberg en 2010. La principal diferencia entre el filme de Malmberg y el de Zemeckis, es que, mientras que en el documental se ahondaba dentro de la psique de una figura herida por tener aficiones que se salían de lo convencional, la cinta del director de 'Forrest Gump' o 'Naúfrago' crea una imagen ambigua del artista, que desconcierta excesivamente.

Bienvenidos a Marwen

Zemeckis, que coescribe el guion con Caroline Thompson, retrata a un protagonista, ciertamente, algo perturbador. No puede negarse que sus aficiones resultan un tanto extravagantes, pero el problema está en que el cineasta no se atreve a ahondar en la mente de Hogancamp, en el sentido de que no quiere mostrar el lado más inquietante del origen de su arte, convirtiendo una historia que hubiera podido ser más compleja con un toque más dramático, en una cinta feel-good de superación personal.

Y ahí surge el problema, Zemeckis pasa de puntillas tanto por el origen de su arte, el protagonista fue víctima de un crimen de odio y tenía problemas con la bebida, como por los extraños fetichismos del que Hogancamp era aficionado. En lugar de crear una película en la que una figura como la del artista y fotógrafo sea más comprendida, el realizador muestra a un hombre afable pero tremendamente perturbador.

Un protagonista y una animación desaprovechados

Sin duda, es una situación muy desaprovechada, ya que su actor principal, Steve Carell, vuelve a mostrar ser un intérprete capaz de combinar comedia y drama de una forma excepcional. Carell trae una mirada de ingenuidad y fragilidad magnífica, que casa genial después con su expresión de dolor, pocos actores pueden presumir de dominar tan bien géneros tan opuestos y a la vez tan cercanos. Realmente, él es el imán de la película, puesto que Leslie Mann tiene un papel de apoyo bastante endeble, al interpretar a una mujer pánfila y bastante naíf.

Bienvenidos a Marwen

Otra virtud de la cinta es cómo Zemeckis ha combinado imagen real con animación mediante técnica de captura de pantalla y stop-motion, demostrando que el cineasta aún se mantiene en forma y recordando que él fue pionero en este tipo de cine. Es, sin duda, uno de los aspectos más destacable de una película que hubiera podido ofrecer más.

'Bienvenidos a Marwen' es un "quiero y no puedo", una cinta que reclamaba mucha más profundidad de la que Zemeckis le ha dado, una historia fascinante que queda diluida en medio de un relato que peca de cursi y de conservador, con un guiño a 'Regreso al futuro' un poco fuera de lugar. Habrá que esperar a la nueva versión que el cineasta prepara de 'Las brujas' de Roald Dahl para saber si, realmente, Zemeckis se ha anquilosado con la comedia.

Nota: 5

Lo mejor: Steve Carell y la combinación de imagen real y animación.

Lo peor: El abstracto retrato de su protagonista y un tono feel-good que tira por tierra una propuesta que hubiera podido ser más ambiciosa.