Tras abrir el pasado Festival de Venecia con una ovación por parte del público, y haber conseguido ganarse la admiración de los críticos de todo el mundo, 'Birdman o (la inesperada virtud de la ignorancia)' llega a las salas españolas dispuesta a no dejar indiferente a nadie.
Desde que se dio a conocer en el año 2000 con su sorprendente, 'Amores perross', el director mejicano, Alejandro González Iñárritu, ha levantado tanto pasiones como odios con el resto de sus trabajos. Pero, ni el mayor de sus detractores podrá negar que su forma de hacer cine es única, y sus trabajos son inigualables, tanto en el cómo, como en el qué nos cuenta.
Pues bien, en 'Birdman', Iñárritu ha puesto toda la carne en el asador, y arriesgando al máximo con algo que podría haber sido un completo fracaso, ha conseguido su obra más única, más excéntrica y más genial de su corta carrera en el largometraje. 'Birdman' rezuma cine por todos sus poros y te hace disfrutar tantísimo, que casi es una experiencia extrasensorial.
La historia es sencilla,Riggan Thompspn, un sobrenatural Michael Keaton, un ex superhéroe del cine, decide volver a la primera plana mediática dirigiendo, adaptando y protagonizando una obra de Broadway basada en la historia corta, 'What We Talk About When We Talk About Love'. Después de que el actor coprotagonista sufra un accidente en un ensayo y entre en escena el egocéntrico Mike Shiner como su sustituto, Riggan empezará a plantearse hacia dónde va su carrera y su propia cordura. A través de un larguísimo plano secuencia, que ocupa toda la película y que se guarda algún que otro truco, Iñárritu nos narra el descenso a la locura de este personaje sin esperanza, perdido en un mundo que no le quiere. Y lo hace tan bien, que al final casi entiendes más a Riggan que al resto del mundo.
Humor ácido
No es habitual ver la palabra comedia asociada a una de las cintas de Iñárritu, pero a esta última le va como anillo al dedo. A través de los diálogos de los personajes, va repartiendo pequeñas miguitas de humor para ridiculizar, tanto la industria del cine en particular, como la de las artes escénicas, en general. Con mucha mala leche, las continuas referencias a las películas de superhéores, Ryan Gosling o el Twitter, harán que te sorprendas a ti mismo soltando alguna que otra carcajada en el cine.
Y para terminar de analizar un mecanismo perfecto, hablemos de sus actores, y el magnífico casting que conforman. Por un lado está Keaton, protagonista absoluto, dando una lección de interpretación a todos aquellos que llegaron a pensar que estaba acabado. Su desdoblamiento de personalidad es perfecto en todos los sentidos, y la voz que resuena en su cabeza, comparable al papelón de Scarlett Johansson en 'Her'.
Por otro, tenemos a Edward Norton, también rescatado por el director mejicano como favor a todos aquellos que le echábamos de menos en la gran pantalla. Norton es tan magnífico, que sabe entremezclar su gran carisma con ese punto de patetismo que tan buen resultado le dio en películas como 'El club de la lucha', para crear un personaje que causa repulsión y atracción al mismo tiempo. Mención especial a la ojiplática Emma Stone, que planta cara a Norton y Keaton sin despeinarse. Zach Galifianakis, irreconocible, toda una sorpresa.
En conclusión, 'Birdman' es lo mejor que he visto en mucho tiempo, a niveles estratosféricos por encima de muchas de las películas con las que le toca competir en la próxima temporada de premios. Una de esas joyas que de vez en cuando nos regala el cine.