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CRÍTICA

'Black Phone': Una fábula de terror clásica y efectiva

El veterano director Scott Derrickson vuelve al género de terror de la mano de Ethan Hawke para adaptar el tenso y macabro relato de secuestros escrito por Joe Hill.

Por Gonzalo Franco Más 24 de Junio 2022 | 09:50
Periodista especializado en cine y televisión a tiempo parcial, fan de Star Wars a jornada completa.

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'Black Phone': Una fábula de terror clásica y efectiva

Diez años después de consolidarse en el mundo del cine con la sensacional 'Sinister', el director Scott Derrickson vuelve al género de terror tras un tiempo alejado de él. Lo hace con 'Black Phone', adaptación de una historia corta escrita por Joe Hill -el hijo de Stephen King- en su primer libro, '20th Century Ghosts'. Para llevarla a la gran pantalla, el cineasta se reúne además con el mismo actor que protagonizó aquella cinta de 2012, Ethan Hawke. Sin embargo, en lugar de volver a darle el papel de héroe, en esta ocasión Derrickson le traslada al otro lado, al del macabro villano de este terrorífico cuento.

'Black Phone'

'Black Phone' narra la historia de Finney, un niño muy normal de un poblado de Estados Unidos en los años 80. Allí va a la escuela, se mete en alguna que otra pelea y lidia de su alcohólico padre junto a su hermana y mejor amiga. En el pueblo hay un misterioso secuestrador que se está llevando a diferentes niños que nunca aparecen. Y, por desgracia, el siguiente en la lista es el propio Finney. Al ser secuestrado, el joven se encuentra encerrado en un sótano con la compañía de un colchón y un teléfono negro anclado a la pared. Su secuestrador, que cubre su rostro con aterradoras máscaras blancas de demonio, le asegura que el aparato no funciona. Pero Finney lo escucha constantemente y, al descolgarlo, descubrirá que puede comunicarse con las víctimas anteriores del malvado hombre.

Más suspense que terror

De esta forma, el punto de partida de la película es muy sólido e intrigante. Lejos de parafernalias excesivas y recargadas, la de 'Black Phone' es una clásica historia de secuestro. Los elementos sobrenaturales son solo un añadido para otorgarle personalidad a la fábula, pero en ningún momento le quitan peso al tema central que abarca: el cómo un niño debe aprender a valerse por sí mismo y de lo que ha aprendido en un mundo cruel y desgarrador. La contraparte, claro, es que es una idea interesante pero sin mayor recorrido. Eso sí, funciona de principio a fin.

'Black Phone'

Cuando una idea parece agotada y la película sufre el riesgo de atascarse, el teléfono vuelve a sonar y Finney pone en marcha un nuevo plan de huida. Este constante uso de la misma herramienta una y otra vez no se hace pesado. Por el contrario, 'Black Phone' se convierte en una especie de juego macabro de supervivencia del que el espectador es testigo. El suspense se va construyendo llamada tras llamada, como bloques apilados uno sobre otro para que la torre no se caiga. Y no lo hace.

La película adolece de una falta evidente de sustos clásicos, de esos que levantan al público de la silla y le hacen gritar de miedo. Es su mayor punto negativo, puesto que a una cinta de terror se le debe pedir que asuste y esta no es capaz de hacerlo. Pero sí que logra mantener un denso tono de tensión muy constante. Además, Derrickson le imprime un ritmo muy preciso a cada secuencia. No se entretiene en desviaciones que no conduzcan a nada, pero tampoco tiene prisa por llegar al final. El resultado es un disfrute de hora y media (duración muy agradecida) muy accesible y en el que sumergirse sin buscar nada rompedor o imprevisible.

'Black Phone'

La delicadeza audiovisual del director también se aprecia en el aparataje formal de 'Black Phone'. De la película se inspira un aire de autenticidad ochentera formidable. Y la "guarida" del villano guarda una gran personalidad visual a base de contrastados tonos blancos y negros. El mayor exponente son las variaciones de la máscara demoníaca que el personaje de Hawke presenta cada vez que baja las escaleras para reunirse con Finney. Esa palidez contrasta con lo oscuro de los globos, la furgoneta, las paredes de la insonorizada habitación y, sobre todo, con el teléfono negro. Derrickson presenta en este aspecto una serie de ideas de lo más interesantes que hacen que la propuesta gane enteros.

Un reparto inspirado

Pero si por algo destaca 'Black Phone' por encima de todo lo demás es por sus actuaciones. El joven Mason Thames, que debuta en el cine, es capaz de llevar toda la tensión de la cinta sobre sus hombros sin que le pese. Su personaje, Finney, es un niño asustado, pero también es muy inteligente y muestra esos primeros signos de rebeldía de la adolescencia. Y la interpretación de Thames consigue equilibrarlo todo a la perfección. También es sensacional el trabajo, más secundario, de Madeleine McGraw en el papel de Gwen, la hermana de Finney. Con ella vivimos la angustia y la necesidad de encontrar a su hermano a la vez que trata de entender sus extraños sueños.

Pero quien está brillante a un nivel escandaloso es Ethan Hawke. Su secuestrador es imponente y temible. Y es capaz de hacerlo con el rostro cubierto. De la máscara, en la mayoría de ocasiones solo asoman los ojos, unos ojos que irradian locura y dejan imágenes perturbadoras en los primeros planos. También utiliza mucho su lenguaje gestual y su voz, que modula incluso dentro de una misma frase para transmitir esa psicosis enajenada que domina a su personaje. Quizá pase desapercibido por ser una película de género y por no mostrar la cara mas que en un par de ocasiones, pero estamos hablando de uno de los mejores trabajos de la carrera de Hawke.

'Black Phone'

Por tanto, 'Black Phone' es una propuesta intrigante e interesante, que es capaz de conjugar de la mejor manera posible todos sus elementos para aspirar a ser una de las películas de terror del año. Su aspecto más negativo es que apenas es capaz de generar miedo, pero lo suple con una gran ambientación y unos personajes interesantes que se sustentan en actuaciones prodigiosas. Por fin se ha hecho justicia con Joe Hill en el cine.

Nota: 7

Lo mejor: La atmósfera que se crea y la actuación de Ethan Hawke.

Lo peor: No da miedo.

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