Con todo el revuelo causado por 'The Interview', con la libertad de expresión coartada frente a los ataques norcoreanos a los servidores de Sony Pictures, en un primer contacto 'Blackhat: Amenaza en la red' parece llegar en su justo momento para abordar un tema de rigurosa actualidad: los ataques cibernéticos a las instituciones y gobiernos.
El principal problema es que la cinta no llega a los mejores trabajos de ese director llamado Michael Mann, que tan bien supo conjugar los egos de Robert De Niro y Al Pacino en 'Heat', o mantuvo al público de un hilo en ese viaje a los infiernos del taxista Jamie Foxx ante el ese lobo asesino encarnado por Tom Cruise en 'Collateral'. Una cinta menor de un realizador con altibajos en su carrera, y que no logra salvar un Chris Hemsworth que ofrece una versión descafeinada de lo que debería ser un héroe de acción intelectual.
La cinta narra como los gobiernos estadounidense y chino se ven obligados a cooperar por el bien de la seguridad nacional de ambas potencias, cuando ambos países deben poner fin a una fuerte amenaza informática que pone en riesgo las vidas y el futuro de la población mundial. Ante semejante panorama, solo hay un hacker, ahora convicto, que puede terminar con esto y cuyo camino hacia la verdad de los ataques será también su llave para volver a ser libre.
La película adolece de un comienzo lento, que no termina de levantar el vuelo ni enganchar lo suficiente en su metraje como para justificar sus más que dilatados 135 minutos de proyección. Con poco valor de la síntesis y bajo una historia que no brilla especialmente en matices o personajes secundario memorables, la historia va cayendo poco a poco en situaciones más cercanas al tedio que a la emoción que debe ofrecer este tipo de cine de acción.
El guión no consigue crear situaciones verdaderamente memorables, y en cuanto intenta ser relevante con conversaciones más elevadas, lo único que consigue es poner en evidencia a unos personajes vagamente escritos que no terminan de simpatizar con el espectador al caer en una serie de clichés que, a esta alturas para un director como es Michael Mann, deberían estar más que superadas.
Cascarón vacío
Cuando va avanzando la película, uno se da cuenta de lo que realmente está viendo: una consecución sin gracia de tópicos del género, que aún teniendo en sus manos una premisa que esta de actualidad y de la cual podría sacarse verdadera miga, lo único que consigue es caer en el cajón de sastre de películas previsibles con personajes de los que, a los pocos minutos de comenzar los títulos de crédito, ya he olvidado como se llamaban.
'Blackhat' se convierte en un quiero y no puedo ante una temática que hubiera dado mucho más de si con un planteamiento más fresco, cercano y veraz. Un lástima que no se haya podido sacar más jugo de un actor como es Chris Hermsworth, que en su periplo por demostrar que es algo más que un héroe de Marvel, no ha sabido en esta ocasión causar simpatía en el público y llenar la pantalla de carisma como sí lograra en 'Rush'. Un ejercicio de tópicos de género que, sin pena ni gloria, pasea ante un tema que realmente merece una película a su altura.