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CRÍTICA

'Bob Esponja: Un héroe fuera del agua': Psicodelia marina con aroma a hamburguesa

Bob Esponja sale a la superficie en una aventura cuyo guion es una locura absoluta, fruto de un subidón de azúcar como mínimo. Los niños se lo pasarán bomba. En cines el 6 de febrero.

Por Jesús Agudo Más 5 de Febrero 2015 | 11:21
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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Zapeando por los canales infantiles que ofrece la televisión actualmente, uno se da cuenta de que algo ha cambiado. Parece que no son solo los niños los que están hasta arriba de azúcar, sino también los creadores de sus series favoritas. Basta ver ejemplos como 'Hora de aventuras' o, sin ir más lejos, 'Bob Esponja', que es ahora incluso más loco que cuando empezó. Su segunda incursión en la gran pantalla es ya el colofón del viaje psicodélico que se debieron de dar los guionistas para escribirla.

Bob Esponja: Un héroe fuera del agua

Una vez más, como ocurría en la primera película, Bob Esponja y sus amigos de Fondo de Bikini abandonan su hogar para salvarlo. La meta es nada menos que la superficie, donde les espera un pérfido bucanero, que les ha robado la receta de la Burger Cangreburger para construir su propia cadena de restaurantes de comida rápida. Ese pirata es nada menos que Antonio Banderas, que se convierte en una especie de descafeinado Jack Sparrow y ejerce de narrador y villano de esta historia. Él es el único descafeinado de toda la película, porque los demás son un derroche de energía psicotrópica.

'Bob Esponja: Un héroe fuera del agua' transcurre más de lo que podía parecer en Fondo de Bikini, lo que supone una ligera decepción, ya que llamaba mucho la atención la vuelta de tuerca de ver a nuestros héroes en el mundo real. A pesar de ello, este segmento cuenta con todo el encanto de cada capítulo de la serie, e incluso se atreven a parodiar la distópica estética de 'Mad Max' para mostrar la degeneración de la población cuando no pueden conseguir sus ansiadas Burger Cangreburger - que se podía entender como un nuevo cuasi homenaje a las sustancias psicotrópicas.

Plancton está detrás de todo esto, de nuevo, pero llegado el momento se inmiscuye Barba-Burger, algo que los de Fondo de Bikini no sabrán, y echarán la culpa a Bob y Plancton. Ambos tendrán que aprender a trabajar juntos para recuperar la receta y, así, la paz en la ciudad, principal y única moraleja de esta película, que opta por el humor más absurdo y alocado que encuentran, más que en ser un cuento con fines de educar. Su mayor punto fuerte son, precisamente, los chistes, alcanzando nuevas cotas de surrealismo que seguramente beban de 'Hora de aventuras' más de lo que les gustaría admitir. Que se lo digan al delfín que no se limita a intentar conquistar el mundo como en 'Los Simpson', sino que es el encargado de controlar el equilibrio del universo. Es un personaje inesperado, un giro absolutamente absurdo y surrealista, pero capaz de sacarnos la carcajada. Sobra un poco su rap, un alargamiento innecesario de una película que puede hacerse larga por lo que tardan los protagonistas en salir del agua y comenzar el segmento más novedoso de la cinta.

Bob Esponja: Un héroe fuera del agua
Una vez en la superficie, y con la imaginación de por medio, Bob Esponja y compañía se convertirán en superhéroes, aprovechando el tirón que tienen actualmente. No intentan serlo en serio, sirven para demostrar una vez más lo importante del trabajo en equipo. Pero protagonizan una persecución muy divertida y bastante bien hecha, mezclando bastante bien la imagen tradicional y la animación. Es una de las partes más entretenidas de la cinta de Paul Tibbitt, aunque tarde demasiado en llegar y sea algo descompensada, porque el supervillano de esta historia no lo es tanto.

En general, 'Bob Esponja: Un héroe fuera del agua' es una película excesiva, una locura que parece en ocasiones que no hay por donde cogerla. Pero es su mayor punto a favor. El siempre genial Patricio estará un poco desaprovechado, las gaviotas son totalmente prescindibles, el personaje de Banderas no se quedará fijado en nuestra cabeza. Pero qué más da, no cuesta nada dejarse llevar por las olas de esta aventura.

Un viaje a los confines del surrealismo

Aunque no esté a la altura de la primera película de Bob Esponja, intenta buscar la frescura con una mayor interacción de los personajes animados con el mundo real. Y aumenta el humor más bobo y simple, con el que los niños disfrutarán de lo lindo, y que puede hacer más llevadero el visionado a los padres. Eso sí, puede que se pregunten seriamente qué se han tomado los creadores de la película para hacerla, ya que es un viaje que va mucho más allá de la superficie del mar, hasta los confines del universo más psicodélico. Los padres más conservadores se quedarán a cuadros con lo que están viendo, pero solo tendrían que prestar más atención a la oferta que tienen sus hijos en la televisión para saber que esto es lo que se lleva. No entenderán la mitad, pero verán que sus hijos se lo pasan pirata, y en Fondo de Bikini son ellos los importantes.

No se preocupen, el libro que inicia la historia (y que tiene un descacharrante chiste bibliotecario para los mayores) les pondrá en situación y estará bien integrado en la historia. No se preocupen (o sí), podremos cantar a pleno pulmón "¿Quién vive en la piña debajo del mar?". 'Bob Esponja: Un héroe fuera del agua' no pretende ser más que un capítulo más largo y algo especial, y no necesita más para hacernos pasar un buen rato. Aunque pasen los años, Bob Esponja sigue siendo sinónimo de risas.

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