Dos años después de dirigir la cuarta entrega de 'Los casos del Departamento Q', el danés Christoffer Boe se atreve con algo más íntimo, un drama conyugal en el que Katrine Greis-Rosenthal y Nikolaj Coster-Waldau son un matrimonio cuya ambición profesional termina desembocando en una crisis de pareja. 'Un bocado exquisito' es el regreso del cineasta a las historias de relaciones de pareja, que ya trató en la turbia 'Beast', aunque en un ambiente más sofisticado y gastronómico.
Boe crea un largometraje sobre los tándems profesionales y sentimentales, aquellos matrimonios que funcionan como una empresa. Por un lado está el creador, el artista, el chef Carsten, interpretado por Coster-Waldau, y por el otro está la proveedora, aquella figura esencial que ha hecho posible que su marido pueda aspirar a lograr una estrella Michelin, Maggie, la propietaria del restaurante y que interpreta Greis-Rosenthal. El filme busca mostrar cómo la ambición profesional desmedida (de ambos) termina provocando que olviden disfrutar de la propia vida, afectando a su relación de pareja y también a la que tienen con sus hijos.
Boe, quien firma el guion junto con Tobias Lindholm, director de 'A War (Una guerra)' y guionista de títulos como 'La caza', 'La comuna' u 'Otra ronda', configura un largometraje con una estética que sigue más la línea de sus thrillers como 'Sexo, drogas e impuestos' o 'Todo irá bien', que de un drama romántico. Y es aquí donde surge la primera disonancia de esta historia de pareja. Su atmósfera, ambientación, fotografía y tono hacen que el público se espere una historia mucho más profunda y subversiva de lo que acaba siendo, algo más en la línea de la citada 'Beast' o de otros títulos recientes como 'Reina de corazones' o 'Las apariencias'.
Gries-Rosenthal y Coster-Waldau brillan en un drama conyugal disonante
Sin embargo, a pesar de contar con una atmósfera opresiva, asfixiante y a la vez aséptica, digna de un drama nórdico, Boe prefiere tirar hacia lo emocional y mundano, con un drama conyugal que recuerda a la reciente 'Hope'. Sin embargo, carece de ese trasfondo bergmaniano que sí tenía el filme de Maria Sødahl, al faltarle más discusiones de pareja. Boe no sabe si quiere ahondar en las intrigas por saber si un miembro de la guía Michelin ha comido en el restaurante o de retratar un matrimonio en crisis que se oculta tras la ambición por dicho reconocimiento. Boe se queda a medias en ambos lados, no ayudando tampoco que quiera realizar una crítica a las presiones para aparecer en dicha guía gastronómica.
'Un bocado exquisito' funciona gracias a la química de su dupla protagonista, unos fabulosos Greis-Rosenthal y Coster-Waldau, muy especialmente ella al tener un personaje con mayor carga emocional. Sin embargo, la historia profesional y sentimental no queda tan bien retratada, pues no se encuentra el tono ideal entre el drama sentimental y el thriller, quedándose en un limbo que le perjudica a pesar de su puesta en escena y su reparto. Un plato que no ganaría una estrella Michelin.
Nota: 6
Lo mejor: La química de su pareja protagonista, destacando muy especialmente Gries-Rosenthal.
Lo peor: La sensación de que Boe no sabe de qué tipo quiere que sea su película.