El barcelonés Jorge M. Fontana debuta con la extraña 'Boi', una película que entra de lleno en la mente de su protagonista, que da título al filme. Una propuesta que combina drama costumbrista, crisis generacional, cierta crítica social, thriller con toque noir y comedia negra, lo que convierte a esta propuesta en una especie de parábola sobre la madurez de un joven veinteañero que se acerca ya a los treinta.
Boi tiene 28 años y no está pasando por un buen momento personal ni profesional. Quiere convertirse en escritor, pero las editoriales rechazan su novela. Ha tenido una crisis muy grave con su novia, que está embarazada. No tiene trabajo y vive con su tía, que no está bien a nivel psicológico. Su amigo Mou le consigue trabajo de chófer en una empresa VTC. Sin embargo, no empieza con buen pie, ya que llega tarde a su primer servicio: acompañar a dos importantes ejecutivos provenientes de Singapur, Michael y Gordon, durante el Mobile World Congress. Lo que parecía un trabajo de 48 horas se convertirá en una experiencia inesperada.
Interesante ópera prima
Para ser una ópera prima, Fontana trae una propuesta inusual y arriesgada. Inicialmente, el director crea una película cercana al drama costumbrista, con un protagonista muy bien definido con su constante cara de perplejidad y circunstancia, reflejo de una generación cuyo porvenir está envuelto en una nebulosa capa de incertidumbre. Ese toque de cotidianidad ayuda a entrar en el filme, a conocer a Boi, un chico inmaduro, incapaz de verse como padre de familia, constantemente huyendo, como si fuese Jean-Paul Belmondo en 'Al final de la escapada'.
Lo que parecía un drama costumbrista con cierta crítica social y también autocrítica, al mostrar los defectos y la inmadurez de su protagonista, da un giro radical a mitad de metraje, cuando la cinta pasa a convertirse en una especie de thriller surrealista noir, que evoca al cine de David Lynch y, según declaró el propio Fontana en una entrevista para El Cultural, a la novela 'La conjura de los necios', de John Kennedy Toole.
Decisión arriesgada que a Fontana no le sale redonda, pese a dejar algunas pistas en el segundo acto. No sale bien, porque falta una transición en la que el espectador intuya que se ha dejado de ver un drama social y lo que está viendo es una propuesta cercana al surrealismo, como 'Carretera perdida' del citado Lynch. Por otro lado, en las escenas de intriga y criminales, Fontana crea escenas que no tienen tanta lógica, especialmente la última en la que aparece Matilda, el perro de Boi.
Estupenda interpretación de Bernat Quintana
Sí, 'Boi' es al final, una historia que su protagonista tiene en mente. Aspirante a escritor, su forma de ver la vida evoca una nostalgia en la que está atrapado y no le deja avanzar hasta que toma contacto con los empresarios asiáticos. Sin embargo, el paso de la realidad a la ficción no es redondo, pese al enorme trabajo de su actor protagonista, Bernat Quintana. Habitual de producciones para televisión canales autonómicos de Cataluña, Quintana tiene su primer papel principal con un personaje extraño, cuya mirada no es fácil de crear.
Como ópera prima, 'Boi' es una propuesta interesante, pese a sus defectos en la parte criminal. Eso sí, Fontana deja muy bien enmarcado su sello, puesto que su aspecto técnico es impecable, a ello hay que sumarle el que es una propuesta pocas veces vista en el cine español, siendo lo más cercano la coproducción portuguesa 'Hielo', que dirigieron Gonçalo y Luís Galvão Teles en 2015 y que protagonizó Ivana Baquero. De momento, Fontana ha conseguido seguir llamando la atención para su próximo proyecto, lo cual, dice mucho de su prometedora carrera.
Nota: 6
Lo mejor: Bernat Quintana, que debería tener más papeles protagonistas y que aparezca en más largometrajes.
Lo peor: No hay una buena transición entre el mundo real y el onírico.