Para su ópera prima, Jim Archer recupera la entrañable historia de 'Brian y Charles', un cortometraje que realizó en 2017 y por el que fue nominado al Gran Premio del Jurado en el SXSW Film Festival. Con el mismo equipo, se convirtió en uno de los largometrajes que pudo verse en el Festival de Sundance 2022, además de haber pasado también por Sitges y llegar a salas comerciales españolas tras ser nominada a dos Premios BIFA.
La premisa es prácticamente idéntica. Con un estilo de falso documental, cuya forma recuerda a 'Carmina o revienta' de Paco León, Archer muestra la vida de un ermitaño rural, el cual vive en el Gales rural, en una casa que perteneció a sus padres y que se intuye que, en antaño, sirvió para el pastoreo de ovejas, al contar con un amplio terreno vallado. El hombre, cuyo desaliñado aspecto no invita a ser muy popular en el pueblo, realiza extravagantes inventos cuyos resultados no suelen ser eficaces.
A pesar de que, inicialmente, la cinta muestra el retrato de Brian, un hombre que corre el riesgo de padecer síndrome de Diógenes, su enfoque amable y propio del cine feel-good logra evitar que la cinta degenere en una propuesta de humor escatológico y trama absurda. Al contrario, Archer, quien dirige un guion escrito por David Earl y Chris Hayward, los cuales también protagonizan la cinta, termina creando una especie de propuesta cuyo espíritu está más cerca de comedias dramáticas familiares ochenteras como 'E.T., el extraterrestre' o 'Cortocircuito'.
Unos personajes entrañables en una película amable con un toque extravagante
Y lo hace gracias a que la habilidad inventora del protagonista termina creando un robot que acaba teniendo vida propia, el Charles del título del filme. Un autómata analógico cuya personalidad termina siendo contrapuesta a la del protagonista, lo que permite que se complementen estupendamente.
Por supuesto, las intenciones artísticas son mucho menores y el enfoque está más pensado para el público adulto. No obstante, el resultado es similar, especialmente con la cinta de John Badham, pues se trata de una propuesta simpática, cuya fuerza principal reside en el carisma de su dúo protagonista. David Earl destaca como ese entrañable inventor con alma solitaria, pero con un corazón de oro. En el caso de Hayward, lo que se escucha es su voz, que es la que logra que Charles tenga carisma. Mención también para Louise Brealey, quien con su papel de Hazel logra darle un enfoque femenino que termina de impulsar la trama.
'Brian y Charles' es una propuesta simpática, una comedia feel-good ideal para disfrutar en la primera sesión de la tarde. Eso sí, no logra quitarse ese halo de ser un cortometraje extendido. A pesar de ello, su tono amable y el carisma de sus protagonistas le permiten ser una cinta improvisadamente familiar, que puede ser una alternativa a títulos con un enfoque más comercial.
Nota: 6
Lo mejor: El carisma de sus protagonistas.
Lo peor: Su trama no es nada del otro mundo y no termina de explotar lo suficiente su carácter de cine fantástico.