La directora barcelonesa Sílvia Munt llevaba tiempo enfocada en las series de televisión y en el documental. 15 años después de 'Pretextos', la cineasta estrena 'Las buenas compañías', mostrada en la Sección Oficial en el 26 Festival de Málaga. Un título con el que busca dar homenaje a las 11 de Basauri, aquellas mujeres de clase obrera que vivieron un proceso penal entre 1976 y 1985 por atreverse haber abortada y que es considerado precursor e impulsor de la primera ley del aborto que hubo en España, allá por 1985.
Munt opta enfocar el film a través de la mirada de una joven protagonista, Bea, quien con 16 años vive los primeros cambios de la Transición española. Verano de 1976, apenas medio año después de la muerte de Franco, y se une a un grupo de mujeres para visibilizar la causa feminista. Un movimiento impulsado no solo por los aires de cambio y a favor de la democracia (la Constitución no llegó hasta 1978), sino por la despenalización del aborto que surgió en Francia en 1975, gracias a la ley Veil.
La manera en la que ejecuta Munt, quien firma el guion junto con Jorge Gil Munárriz, sabe captar ese espíritu joven, rebelde y con ansias de libertad. Su protagonista tiene una furia interna que fascina y que la cineasta sabe explotar. Aquí se ve su buena mano en la elección de actores, ya que Alicia Falcó está fabulosa, sabe atrapar con un personaje que recuerda al de Najaa Bensaid en 'El oficio de aprender' o al de Carla Quílez en 'La maternal'. Una rebeldía generacional que sabe encontrar una sublime contrarrespuesta en Itziar Ituño, la cual refleja a las anteriores generaciones de mujeres que se vieron abnegadas a ejercer de madres.
Un film que sabe rendir homenaje al espíritu feminista de la España de la Transición
Munt sabe crear un correcto contraste de clases, pues las 11 de Basauri fueron de origen obrero. También se refleja en qué sucede cuando a las mujeres se les obliga a tener descendencia, puesto que la directora refleja una maternidad gris y obligada, cuya frialdad reside en una frustración propia por haberse obligado a realizar una labor impuesta, que no significa que no la asuman. Destaca este aspecto, porque va en sintonía con la tendencia de derrumbar los mitos relacionados con la maternidad, la cual sigue idealizada en la sociedad.
Quizás Munt se dirija a un público concreto, pero en lo esencial, en el homenaje a esas mujeres, que lograron evadir la cárcel (salvo la que practicó los abortos) y que sentaron un precedente en el feminismo que sirvió para despenalizar el aborto en 1985, está a la altura. Lo está gracias a una buena combinación de intérpretes veteranas, Ituño junto con otras como Ainhoa Santamaría, con ese ímpetu que existe en esa cantera de jóvenes actrices que lidera Alicia Falcó. Remarcable cómo el retrato de clase provoca un romance que acerca la propuesta a las coming-age movies.
'Las buenas compañías' bebe de ese cine feminista actual que sabe plasmar el grito de furia de las mujeres, en la línea de 'Un amor de verano' de Catherine Corsini o 'El acontecimiento' de Audrey Diwan. Un film notable, que supone un destacable regreso a la gran pantalla por parte de la realizadora barcelonesa.
Lo mejor: Su espíritu de lucha y el ímpetu de las nuevas generaciones que sabe plasmar.
Lo peor: Hay ciertos momentos que pecan.