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CRÍTICA

'Los buenos profesores': La mirada humana de la vocación

Crítica de 'Los buenos profesores', dirigida y escrita por Thomas Lilti. Protagonzizada por Vincent Lacoste, François Cluzet, Adèle Exarchopoulos, Louise Bourgoin y William Lebghill. Presentada fuera de competición en la 71 edición del Festival de San Sebastián.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 17 de Mayo 2024 | 16:49
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Imagen de 'Los buenos profesores'
Imagen de 'Los buenos profesores' (Filmax)

El cineasta francés Thomas Lilti salta sin red, así es como podría calificarse su quinto largometraje, 'Los buenos profesores'. Médico de familia de profesión también, el realizador hizo con un éxito una trilogía temática sobre su vocación sanitaria con las estupendas 'Hipócrates', 'Un doctor en la campiña' y 'Mentes brillantes'.

En la primera, realizaba una radiografía de un hospital público en pleno centro de París; en la segunda, exponía una denuncia sobre la situación de la medicina rural en la llamada Francia vaciada; mientras que la tercera enfrentaba al espejo el sistema universitario de acceso a la carrera de Medicina. Tres estupendos largometrajes en los que se pudo ver un estilo en el que Lilti sabía combinar un apartado con cierto enfoque documental, el de reproducir con cercanía la realidad, con el objetivo también de crear historias que dar un trasfondo humano y social a sus protagonistas. A ellos se suma la versión de 'Hipócrates' en serie de televisión.

'Los buenos profesores'

Ahora, Lilti se atreve a llevar esa mirada a una profesión alejada de la medicina, la de la educación. Lo hace con un estilo que bien podría recordar al de la mentada 'Hipócrates', con Vincent Lacoste de nuevo como aprendiz vocacional. El ganador del César por 'Las ilusiones perdidas' se mete en la piel de Benjamin, un doctorando que no ha logrado obtener una beca y ha aceptado el puesto de profesor de matemáticas en un instituto parisino, el Víctor Hugo.

Un trabajo relativamente temporal que le servirá también de terapia de choque con la realidad del profesorado en el sistema educativo público. Como sucedía especialmente en la más que nombrada 'Hipócratas', 'Los buenos profesores' tiene una estructura que evoca tanto al film como a la serie de televisión. La dificultad de lidiar con una realidad en la que se ve la crítica hacia un sistema en el que los educadores no son consultados a la hora de enfrentarse a reformas que hacen políticos.

Entre la mirada comercial, la autoral y la denuncia social

La cinta plantea esa cuestión bajo la perspectiva del profesorado, en un retrato amplio y con cierto espíritu coral. Desde la mirada del maestro veterano a otros cercanos a la cuarentena o en la treintena. Un retrato multigeneracional que no sólo muestra las carencias de un sistema que no incita a que esa energía por el educar y transmitir el saber se mantenga. Es más, la cinta no duda en mostrar cómo el hartazgo puede apoderarse del educador. Por otro lado, deja en evidencia la falta de un consenso pedagógico, que resultaría esencial para aligerar la carga de una profesión poco alabada a pesar de ser esencial.

'Los buenos profesores'

En cierta forma, Lilti recoge el espíritu de lo que trajo Laurent Cantet en 2008 con la magistral 'La clase'. Ahora bien, lo realiza desde un enfoque más ligero, con cierta esencia feel-good. Eso acerca esta propuesta a las de Marie-Castille Mention-Schaar con 'La profesora de Historia', Olivier Ayache-Vidal con 'El buen maestro' o el tándem que formaron Mehdi Idir y Grand Corps Malade con 'Los profesores de Saint-Denis'.

La diferencia es que Lilti decide enfocarse especialmente en los profesores y en un trasfondo personal que recuerda algo esencial: estos son tan humanos como el resto del mundo. Eso significa que tienen sus propias vidas personales, con sus momentos de luz y otros más complicados. Con sus problemas y virtudes. En ese sentido, Lilti muestra ser también un director de personajes, con una amplia gama de papeles que le dan un trasfondo mayor al del convencional largometraje sobre profesores lidiando con alumnos difíciles procedentes de clases sociales obreras.

Lilti se aleja de la medicina, pero no de su propia mirada de autor con 'Los buenos profesores', un largometraje que sabe tener ese equilibrio tan bien conseguido en la industria cinematográfica gala: tiene una vena comercial y no renuncia al toque de autor y también a la denuncia social con vocación pedagógica y divulgativa. Uno de esos trabajos que vuelve a mostrar que estas propuestas, llamadas de clase media, sigue luchando por encontrar su espacio en la gran pantalla.

8
Lo mejor: La habilidad de Thomas Lilti de plasmar la vida misma sin olvidar la crítica social con una mirada humanista.
Lo peor: Sigue la línea excesivamente poco ambiciosa de la filmografía del realizador de 'Hipócrates'.