Cuanto mayor se va haciendo uno, mayor va creciendo con él esa sensación llamada nostalgia. Nostalgia por lo que fuimos de niños. Nostalgia por los antiguos juguetes, los viejos amigos, las viejas película, las viejas series. Entrando en este último punto, muchos habrán visto (o no) en su infancia una serie llamada 'Los caballeros del zodiaco', que España hizo sus estragos en la década de los 90. Desde mi punto de vista, a este público va enfocada 'Caballeros del Zodiaco: La leyenda del Santuario', la primera película de la saga en animación por 3D, y que vuelve a poner sobre la mesa los antecedentes de la serie, aunque con todos los valores para gustar a los que ya la conocen y el atractivo de ver a sus héroes de la infancia en animación por ordenador.
La historia nos lleva a conocer a Saori Kido, una niña preocupada por sus misteriosos poderes. Un día, ella es salvada por un muchacho llamado Seiya "Caballero de Bronce", de un ataque por un extraño guerrero enemigo. A través del accidente Saori se da cuenta de su destino y su misión y decide ir a "Santuario" con Seiya y su compañía de Caballeros de Bronce. En el Santuario se enfrentan a "Pope" y emprenden una batalla desesperada contra los más grandes Caballeros, los "Caballeros de Oro".
La mayor virtud de la cinta en su argumento, es la de conseguir resumir de una manera bastante acertada toda la serie original. Si bien por razones obvias de tiempo muchas situaciones han sido descartadas, esto no hace que nos quedemos desinformados sobre lo que ocurre en pantalla, y se termina teniendo una idea bastante clara y global de lo que fue la serie y hacia donde dirigía.
Como es habitual en este tipo de adaptación, el principio de la cinta es muy explicativo sobre los personajes y situaciones, hasta el punto de llegar a saturar el alto número de datos que se nos pone por delante, y en parte veo cierta precipitación de contarte toda una extensa mitología en los primeros 15 minutos de metraje, siendo algo agobiante.
En el término de la animación, hay una clara diferencia entre los dos mundos en los que se dividen los espacios: la Tierra y el Santuario. En la parte de la Tierra, se echa en falta mucha más vida y detalles, y visualmente me parece muy poco atractivo todo lo que se muestra, con la única diferencia de los cuidados protagonistas, pero todo lo demás está falto de detalle y vacío. Esto choca con el mundo del Santuario, con unos escenarios repletos de detalles y trabajados, donde se llega al culmen en las casas de los Caballeros de Oro, que son variadas e interesantes, además de estar muy cuidadas estéticamente.
Los personajes tienen toda la parafernalia de la serie, con sus poses y aspavientos característicos. Aunque el mayor acierto de los protagonistas y antagonistas son sus marcadas personalidades, que hacen que pronto se tengan simpatías y antipatías con unos u otros, siendo todos muy característicos e interesantes. Por cuestión de tiempo y número, no se llega a profundizar en todos ellos específicamente, por lo que el personaje más lleno es Seiya, y los demás son simples píldoras de interés a lo largo de la historia, sin profundidad total.
Valores de Caballero
La cinta da poco tiempo para el reposo en cuanto a acción, lo que tampoco quiere decir que sea especialmente ágil o entretenida en todos sus tramos, y sí hay batallas que no están muy cuidadas o les falta más emoción y tensión. Aún con eso, se las ingenian para que cada poco tiempo ocurra algo que requiera estar atentos a la pantalla por los combates y destrucción, y va ganando más peso y valor cuando se van dividiendo las historias de los protagonistas, lo que da como pequeños episodios dentro de la película con diferentes protagonistas, algo acertado y que hace que pese a su linealidad, tenga más diversidad.
Sin duda, nos encontramos con un largometraje enfocado sobre todo al fan, a quien disfrutó de la serie original y quiere volver a revivir los momentos de la infancia. Para los que no estén dentro de ese sentimiento de nostalgia, la cinta hará ver sus carencias en animación y puntos de tensión, ya que debido a su linealidad se verá por momentos demasiado previsible. Algunos de los escenarios están bien cuidados, y los valores de voluntad y determinación de los que hace gala el filme a través de sus personajes es algo poco usual y bonito de recordar, ya que hace a uno pensar que hace falta más de ellos para cumplir con sus metas, y que una cinta de animación te recuerde eso, ya es de reseñar pese a que el envoltorio no sea realmente memorable.