Trece años han pasado desde 2009, momento en el que una de las series más icónicas de nuestra televisión puso su punto y final. O eso parecía. 'Camera Café' se estrenó en 2005 y durante un total de cuatro años se encargó de llevar las risas y el cachondeo a las casas de toda España. Con sketches de 5 minutos y personajes que son ya historia del audiovisual, la serie se labró un sitio entre lo más reconocible de la época. Y ahora, contra todo pronóstico, está de vuelta. Eso sí, en cines. 'Camera Café, la película' ya se ha estrenado y viene pisando fuerte.
La cinta era una de las más esperadas de este inicio de año. Y su reciente preestreno en el Festival de Cine de Málaga solo aumentó las ganas de un público ansioso por reencontrarse con sus personajes y las paredes de ese pasillo de oficina. 'Camera Café, la película' está dirigida por Ernesto Sevilla en el que es su primer largometraje después de una carrera desempeñada en la pequeña pantalla. Y para este debut se ha rodeado del equipo que mejor conocía la franquicia: sus protagonistas. Arturo Valls, Carlos Chamarro, Ana Milán, Esperanza Pedreño, Luis Varela, Joaquín Reyes o Carolina Cerezuela, entre otros muchos, regresan a la que un día fue su casa.
Lo hacen en el momento presente, pues 'Camera Café, la película' abraza el lapso de tiempo que ha transcurrido hasta este retorno. Aunque pronto queda claro que, salvo algunas dolorosas ausencias, la vida de estos trabajadores (si es que se les puede llamar así) no ha cambiado mucho. Todo sigue más o menos igual hasta que un día, una nueva broma de Jesús Quesada a su jefe, Antunes, se les irá de las manos y todo desembocará en una suerte de competición entre la propia empresa y su homónima de Portugal. Y solo puede quedar una en pie.
Una evolución lógica
Lógicamente lo que más llama la atención de 'Camera Café, la película' es el cambio drástico que se ha metido a nivel formal con respecto a la serie. La cinta dura 90 minutos, por lo que para que funcionase había que tomar una decisión importante: sacar la cámara de la máquina de café de la oficina. Con esta nueva capacidad de movimiento, Sevilla es capaz de llevar al filme por rincones que la serie desconocía. Su dirección es muy competente, poniendo siempre el foco en lo importante para que la historia no se atasque demasiado.
Porque ahí está el otro gran cambio, en su aparataje narrativo. Su duración y formato impedían que 'Camera Café, la película' mantuviese una línea continuista de sketches independientes y encapsulados en pocos minutos de duración. De haber seguido por ese camino, la cinta se habría percibido más bien como un recopilatorio de gags sueltos sin ninguna coherencia. En lugar de eso, se ve una única historia principal con sus correspondientes subtramas ligadas al desarrollo de los personajes. Como cualquier película normal, vaya. La decisión, no por obvia deja de ser inteligente. Y arriesgada, porque recordemos que esto es un producto muy consolidado precisamente por su punto de vista y su formato tan poco habitual.
Se pierde aquí mucha frescura, porque la escasa duración de aquellos sensacionales chistes de usar y tirar da paso a una comedia que necesita estirarse y sostenerse en el tiempo. Y no hay tanto donde rascar como al guion le gustaría. Es cierto que este nuevo estilo funciona gracias al ritmo endiablado de la dirección de Sevilla y un libreto que necesita que constantemente ocurran cosas. Pero no siempre tiene gracia y, como es imposible no tener en mente a la serie matriz, en la comparación la película sale perdiendo casi siempre. Aunque no es fallida, ni mucho menos.
Nostalgia
El tercer gran ingrediente de 'Camera Café, la película' es, en realidad, el que el público demandaba. El componente nostálgico se hace palpable desde los primeros compases y hasta el final. Todo lo que ocurre en su metraje está supeditado a la forma de ser de unos personajes que los fans reconocerán de inmediato. Esto no quiere decir que si no se ha visto la serie antes sea complicado entrar en la película. Pero traer de casa el bagaje de conocer al caradura de Quesada, las excentricidades de Cañizares o la mala baba de Victoria de la Vega son un plus, porque de todo esto no se ha quedado ni un ápice por el camino.
Y este es el mayor regalo que se llevarán los fans a casa. Si bien ha cambiado mucho en otras cosas, en este aspecto la esencia de la serie se mantiene intacta en la película. Quizá no se encuentre el brillo de antaño, porque lo que antes sucedía fuera de plano y era gracioso ahora queda tan subrayado que la fórmula encuentra pronto su límite. Pero el fondo de sus protagonistas sigue siendo el mismo, y la posibilidad de verlos en otros entornos es un obsequio. Lo es para el equipo de actores y actrices, que demuestran el cariño que le ponen. Y lo es para sus fans, a quienes la posibilidad de ver más allá de lo que conocían hasta ahora les será suficiente para mantener el interés.
Si a esto se le unen fantásticos fichajes como el de Ingrid García-Jonsson o Javier Botet, el cóctel gana puntos. Ambos brillan en papeles nada sencillos, especialmente el de Botet por la dificultad que entraña entrometerse en los engranajes y mecánicas de la serie como lo hace su personaje. García-Jonsson está algo más desaprovechada pero tiene momentos para brillar. Y lo mismo le ocurre a la siempre sensacional Ana Milán, cuyo personaje no ha perdido ni un poco de ese toque de villana clásica y fascinante. Es una pena que no haya tiempo para profundizar en todos ellos, pero se echa en falta algo de tiempo para ella.
Lo chanante siempre es mejor
Para suplir los momentos de mayor bajona, 'Camera Café, la película' tiene algo intrínseco a su propio director que le sirve de salvavidas. El humor chanante. El sello de Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes aparece una y otra vez, exagerando la comedia ya de por sí surrealista de 'Camera Café'. Hay escenas tan salvajemente excesivas ante las que solo cabe rendirse y soltar la carcajada. Sin entrar en spoilers, hay un momento tarta y otro momento videoclip que son absolutamente desternillantes. El propio Sevilla nos contaba a eCartelera en una entrevista con motivo del estreno que, en realidad, la serie y su estilo de comedia tiene un denominador común que tiende a lo absurdo.
Por tanto, lo que hace en realidad el cineasta es partir, siempre desde el respeto, del material original para desatarse en su particular locura. Porque si hay un objetivo en 'Camera Café, la película' es hacer reír. Con escenas de cuñado de barra de bar o con sucesiones de acontecimientos ridículamente inexplicables. Y es que, cuanto más chanante se pone, mejor funciona la película y más rápido sale de sus baches. La elección es acertadísima.
En resumidas cuentas, 'Camera Café, la película' es una comedia con altibajos que, pese a todo, destila un agradable aroma a buenos recuerdos. Sabe conjugar la nostalgia bien traída con la idiosincrasia propia del director. De esta forma, si se es fan de la serie o de los trabajos previos de Sevilla, y no se tiene mayor pretensión que pasar un buen rato en el cine, la experiencia merecerá la pena. No alcanza los niveles de excelencia que todos recordamos, pero sigue siendo un ejercicio interesante y agradecido para el espectador que entre en su historia.
Nota: 6
Lo mejor: El humor chanante y el reparto entregado a sus míticos personajes.
Lo peor: No todos los chistes funcionan y la película es algo irregular.