Liam Neeson se ha convertido en estos últimos años en el rey de la acción y de los tiros, de hecho, la propia Universal como método de promoción para esta cinta, sacó un mapa con todos los lugares del mundo en el que el actor de 62 años había matado a gente, con recuento de las víctimas y las armas utilizadas, por supuesto.
Pues justo lo que esperas es lo que vas a ver en 'Caminando entre las tumbas', acción y tiros, pero sólo durante la primera media hora, después la película se desinfla y se vuelve un tanto tediosa mientras Neeson intenta resolver el caso y termina con un final, que si se hubiese desarrollado más, dejaría mejor sabor de boca.
La historia se centra en Matt Scudder, un detective privado ex alcohólico, que antes fue policía, que debe averiguar quién está secuestrando mujeres y matándolas a pesar de que sus parejas pagan el rescate. Hasta ahí nada nuevo bajo sol, exceptuando el hecho de que los novios o maridos de las chicas son narcotraficantes, algo que la película consigue que olvides y que te centres sólo en la pena que te dan por haber perdido a sus seres queridos. Un punto a favor.
Como ya he comentado antes, parece que el director y guionista, Scott Frank, se cansó de hacer su trabajo después de la primera media hora, pues prácticamente todo lo destacable de la película se encuentra en los primeros treinta minutos. Los planos de la escalera, la acción, el ambiente de la biblioteca municipal, se pierden a lo largo del resto de la cinta, que se vuelve convencional y aburrida, con escenas completamente innecesarias en el desarrollo de la trama.
Sin embargo Frank, consigue darte alguna que otra sorpresa que te deja boquiabierto, como el momento en el que los de la furgoneta ven a la niña con el abrigo rojo y se escucha la música a todo volumen. Espeluznante y extraordinaria a la vez.
Interpretaciones a la altura
Liam Neeson está en su línea, lo que no significa que actúe mal, sino que está tan sombrío y taciturno como en sus últimos trabajos. Entre el resto del reparto, bastante normal, se podría destacar a David Harbour, que aunque su cara no sea demasiado amigable, cuando sonríe, consigue bordar al personaje que está interpretando.
En conclusión, Scott Frank podría haber sacado más partido a su historia y a sus actores. Como hizo Sydney Pollack con el guión de Frank en 'La intérprete', donde había tensión, lo que le falta a 'Caminando entre las tumbas' en las casi dos horas que dura la película. Para los amantes de los thriller con mucha paciencia.