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CRÍTICA

'Cantábrico': Las cuatro estaciones

El documentalista Joaquín Gutiérrez Acha regresa con 'Cantábrico', un magnífico recorrido por las cuatro estaciones en la cordillera Cantábrica, a sólo cuatro kilómetros del mar.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 31 de Marzo 2017 | 12:02
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Féliz Rodríguez de la Fuente dijo: "Debemos contribuir a que la Tierra siga siendo durante siglos un planeta azul". El documentalista Joaquín Gutiérrez Acha, tras las magníficas 'El latido del bosque' y 'Gualdaquivir', regresa con 'Cantábrico', un interesante viaje por las zonas naturales, los bosques y las montañas de la Cordillera Cantábrica, en la que existe una flora y fauna excepcional que, a día de hoy, sigue maravillando.

Cantábrico

La Cordillera Cantábrica, situada en el norte de España, con una longitud de 480 kilómetros aproximadamente y una estructura paralela a la del mar Cantábrico, guarda dentro de sí una espectacular naturaleza. Con el mar cerca y unas montañas que ejercen de muralla gigante, el lugar está lleno de abundante flora y un variado grupo de animales, siendo el oso pardo cantábrico uno de estos habitantes. Un recorrido por estos majestuosos parajes naturales en su evolución durante las cuatro estaciones del año.

La naturaleza y los sentidos

Los copos de nieve advierten de la llegada del frío y crudo invierno, las majestuosas montañas del Cantábrico relucen imponentes y níveas, con un retrato natural e increíblemente bello, Gutiérrez Acha crea un hipnótico documental increíblemente naturalista. 'Guadalquivir', su anterior trabajo, fue un cuidado ejercicio que recorría las aguas de uno de los ríos más importantes de la Península Ibérica. Con 'Cantábrico', el documentalista da un paso más allá al retratar con esmero la vida de la flora y fauna de este paraíso que parece haber sido sacado de un cuento de Charles Perrault o los Hermanos Grimm.

Cantábrico

Una fotografía exquisita, unos encuadres majestuoso, la más avanzada tecnología se postra ante los pies de la madre naturaleza y se pone al servicio del largometraje en el que Gutiérrez Acha combina maravillosas escenas de la flora y fauna salvaje con una voz en off que, lejos de ser anticlimática, realza el relato con textos con ciertos tintes irónicos y lirismo narrativo que acentúa la belleza de las imágenes, que van acompañadas por una magnífica banda sonora, obra de Santi Vega, que ha contado con la inestimable colaboración de la Orquesta Sinfónica de Praga.

La ley del bosque

Gutiérrez Acha saca a relucir su prestigio como experto documentalista, ha realizado trabajos para la BBC, la National Geographic y la Canal+, con un largometraje con sello propio, es ante todo naturalista, que deslumbra con sus cuidadas imágenes, propias de una superproducción, y una producción extraordinaria, las imágenes mostradas, muchas de ellas, se estima que han tardado un año en poder grabarlas completamente. Además, se une el que cada estación y cada animal protagonizan pequeños relatos como si de fábulas se tratasen, la vida de la osa parda con sus oseznos, los lobos que atacan a un ciervo, la mariposa hormiguera que parasita en el hormiguero para poder sobrevivir, el gato montés orgulloso y sagaz que va en busca de su presa. Todo ello conforma lo que es la propia vida en sí, la lucha por la supervivencia, la muerte acechante y el objetivo de reproducirse.

Cantábrico

Pero 'Cantábrico' no sólo es magistral por sus cuidadas imágenes y la fauna protagonista, el documental deja advertencias sobre cómo varias de estas especies de plantas y animales corren un grave peligro de extinción ante la acción del ser humano y cómo es necesario el respeto a esta naturaleza para no romper la cadena del ciclo de la vida. Poderoso mensaje que, junto con sus espléndidas imágenes y esa flora y fauna única logran que 'Cantábrico' sea uno de los mejores exponentes del documental naturalista que hay en España, una excepcional película que reclama al documental como puro séptimo arte. Maravillosa, sensorial, evocadora, imposible no rendirse a estas cuatro estaciones de las que Vivaldi hubiese estado orgulloso.

Nota: 8

Lo mejor: Su aspecto técnico es impecable, sus tramas con los animales y su mensaje ecologista, que es sutil pero certero.

Lo peor: Está hecho para los amantes del documental naturalista, algo que no gustará a cierto tipo de público, que la menospreciarán comparándola con documentales (que no habrán visto) de La 2.

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