'Capitana Marvel' tiene la inmensa suerte de contar con Brie Larson, lo único que podría convertirla en algo singular. Esta actriz con Oscar a sus espaldas representa a una de las heroínas más queridas de la casa de la mejor forma: con dedicación y compromiso delante y detrás de las cámaras; algo innegable que lo impregna todo. Se nota en esa postura corporal que mantiene a lo largo de cada escena, en esos hombros cuadrados y esos puños listos siempre para dar caña; pero también se percibe en la lucha que ha hecho suya a través de la promoción de esta película. Y es que al final con ciertas propuestas uno no puede ignorar todo lo demás dejando atrás el contexto. En este caso es imposible porque tendríamos que olvidar que 'Capitana Marvel' es el primer film del universo protagonizado por una heroína en solitario, y que tras años de pasar por alto a algunos personajes con tremendísimo potencial (Bruja Escarlata), para dar, no una, sino dos películas cuestionables a otros (Hulk); por fin el feminismo superheróico comienza a abrirse camino.
Lo hace de la mano de una sororidad directa, una igualmente clara repulsa a la masculinidad tóxica, un canto constante al empoderamiento... Una check list perfecta. No digo que todos estos elementos no sean maravillosos pero la manera de introducirlos es torpe, tanto que en ocasiones transmite una mirada muy de entender sin llegar a sentir. Esto subraya la falta de un cineasta con una visión. Aquí no hay una visión, aquí lo que hay es un trámite. Patty Jenkins tenía una visión y la plasmó en 'Wonder Woman', lo mismo hizo Ryan Coogler con 'Black Panther' y Scott Derrickson con 'Doctor Strange (Doctor Extraño)', e incluso James Wan con 'Aquaman'... Anna Boden y Ryan Fleck no parecen tenerlo tan claro, algo que desemboca en un refrito de escenas marvelitas que ya habíamos visto antes. 'Capitana Marvel' no termina de abrazar su esencia, ni su sentimiento, ni su emoción, elementos que alcanzan el punto álgido en una escena muy emotiva, de nuevo con moraleja sencilla, que desprende cierta soledad en una habitación llena de mucha formula y no tantas ganas.
Sí, lo de Marvel siempre es formula pero acompañada de una singularidad que en algunos casos es para caerse de la silla, algo que no se puede decir de esta cinta que quiere que abraces tu poder pero no termina de seguir su propio consejo. Menos mal que todo lo hace en la piel de Larson y un Samuel L. Jackson tan creíble como para temer la rebelión de las máquinas. Lo del rejuvenecimiento digital por el que pasa el personaje al que da vida este actor, Nick Furia, es muy impactante porque la cosa está tan conseguida como para que te olvides del retoque todos esos momentos en los que no estás flipando al pensar en los años que Jackson tiene realmente.
Si hay que pasar por esto para disfrutar de todos los guiños y conexiones que tiene Capitana con el resto de las historias que ya hemos visto en la gran pantalla (y cierta película que está por venir), se pasa y se hace gustosamente. Porque ese punto fuerte de la factoría si se mantiene, ese enlazar un easter egg con otro e ir encajando las piezas que sugieren un puzzle final cuyo nivel de emoción promete ser de los de venir con advertencia incluida.
En cuanto a los villanos, con giro y otro giro y otro más, todos un tanto predecibles; la cosa pierde mucha fuerza, sobre todo si recordamos al Thanos de 'Vengadores: Infinity War' o al Killmonger de 'Black Panther'. Y es que en este caso no encontramos personajes con unas motivaciones tan arraigadas como para despertar empatía y levantar pasiones. Algo parecido pasa con el humor. Goose, el gatete de Carol que ni es gato ni es na', es de lo mejor de la película porque la vena sarcástica de Danvers apunta a ser ácida pero luego no, por lo que la réplica a los chascarrillos de Furia al final viene mejor dada cuando la mencionada criaturita adorable está de por medio. Eso sí, el momento de mayor carcajada es un calco tan flagrante a una de las escenas cómicas más recordables, efectivas y geniales de la historia de Marvel que, aunque desde un corazón bondadoso tratemos de pensar que se trata de un guiño, transmite una sensación de vaguería absoluta. Un poco en la línea de la película en general, que es más un vistoso despliegue de posibilidades de dos horas y una oportunidad perdida que ninguna otra cosa.
Debía ser más
Cuando era el momento de zambullirse Marvel ha apostado por un producto correcto, algo especialmente sorprendente si recordamos lo que hizo DC con su 'Wonder Woman', una película que no solo abrazaba la esencia de su icónico personaje, sino que lo hacía hablando de sexo y de placer femenino, por ejemplo. Nada tan valiente vemos en 'Capitana Marvel', una película que apuesta por escenas con momentos del tipo «¡enséñame esa sonrisita, guapa!», aún absolutamente presentes y de necesaria abolición, pero decepcionantes frente a una responsabilidad ineludible.
Porque eso es lo que tenía la Capitana, una responsabilidad. Porque es un hito en este universo que mueve una cifra escandalosa de dinero mientras bucea en la psique de espectadores cada vez más numerosos y entregados. Porque va a reclutar a todo un ejército de mini Carols dispuestas a inspirarse en lo que sientan en esa sala de cine. Cierto es que, aunque el "feminismo de manual" si es que puede llamarse así, se imponga en la narrativa, el poder arderá en el corazón de los fans cuando esta aventura alcance ese cénit suyo que viene acompañado de dos escenas postcréditos que la película casi no se merece.
Nota: 6
Lo mejor: La Capitana de Larson, una heroína potente e inspiradora.
Lo peor: Que sea de lo más flojo que nos ha dado Marvel últimamente.