Es grato ver los resultados de ese círculo virtuoso que hay en la nueva ola de mujeres cineastas en el cine español. Tras conquistar a crítica y público títulos como 'Carmen y Lola', 'María (y los demás)', 'Verano 1993', 'La hija de un ladrón' o 'Las niñas', que han impulsado a nombres como los de Arantxa Echevarría, Nely Reguera, Carla Simón, Belén Funes o Pilar Palomero. Tras los estrenos de 'Destello bravío' y 'Ama', títulos que conquistaron el Festival de Málaga, ahora llega un nuevo largometraje de esta nueva cantera de realizadoras, 'Chavalas', ópera prima de Carol Rodríguez Colás y que obtuvo el Premio del Público en el certamen más importante para las industrias cinematográficas españolas e iberoamericanas.
'Chavalas' es un homenaje a los propios orígenes de su directora y de su guionista, ambas hermanas y procedentes del municipio de Cornellá, en las afueras de Barcelona, en el Bajo Llobregat. Usualmente, tanto el cine como la televisión han retratado a los pueblos, ciudades y barrios de periferia desde una mirada de cine social, remarcando las diferencias de clase, denunciando la desigualdad o buscando el lado más inhóspito de la zona. Las hermanas Rodríguez Colás huyen de cualquiera de estas vertientes, legítimas pero con un enfoque algo injusto con la compleja realidad que existe.
La realizadora narra una historia tremendamente costumbrista, evocando el lado lleno de energía, fortaleza y vitalidad del municipio, en el que también existe espacio para la felicidad, la solidaridad y la fraternidad. Es magnífico ver esa esencia de barrio, que convierte a 'Chavalas' en un filme universal y a la vez local. Porque ese orgullo de las raíces refleja también una honestidad que puede verse con parte de su cuarteto protagonista: Desi, Bea y Soraya, interpretadas por Carolina Yuste, Elisabet Casasnovas y Ángela Cervantes.
Las tres sirven de contrapunto a la protagonista de la cinta, aquella que desencadena la trama, Marta, interpretada por Vicky Luengo. La actriz de 'Antidisturbios' brilla con un papel opuesto al de la serie de Rodrigo Sorogoyen, siendo una crítica a esa generación que vela más por la pose y la imagen que por la honestidad consigo misma. Luengo refleja muy bien ese complejo de inferioridad que la sociedad impone a aquellos provenientes de lugares más humilde o de clase trabajadora.
Transmite mucha verdad y autenticidad en su canto costumbrista a la amistad femenina
En ese conflicto interno, Rodríguez Colás construye un relato muy bien hilvanado, en el que destaca lo auténtico de su mensaje: sentirse orgulloso de los propios orígenes, sean de donde sean. Y lo hace desde lo auténtico, siendo una historia tremendamente verdadera, que rebosa pasión y orgullo. Todo realizado con suma delicadeza y sus ajustadas dosis de comedia ligera.
El otro punto fuerte que realza la ópera prima de Rodríguez Colás es el canto a la amistad y la fraternidad femenina. Bajo la mirada costumbrista, teje un relato de solidaridad y hermanamiento entre sus cuatro protagonistas femeninas, destacando sus propias historias, sus propios problemas o dudas existenciales, en los que sabe plasmar la complejidad propio tanto de las mujeres como de la generación millennial. Se echaba en falta un relato cinematográfico así en la industria española.
'Chavalas' es una película refrescante, llena de pasión, que deja muy buen sabor de boca tras su visionado. Un canto costumbrista a la alegría en la vida de barrio, como también un reflejo de la generación millennial en clave femenina. Sin duda, el Premio Goya a la mejor dirección novel estará muy disputado en esta próxima temporada de premios que comienza justo este otoño. Una manera magnífica de comenzar el 'regreso al cole' en la gran pantalla.
Nota: 8
Lo mejor: La química que derrochan sus cuatro protagonistas. Ver a Vicky Luengo en un papel tan opuesto al de 'Antidisturbios', su mirada recuerda a la de Anya Taylor-Joy.
Lo peor: Decepcionará a aquellos que busquen un drama social.
