Desde que unieron fuerzas en 'La reconquista', Jonás Trueba e Itsaso Arana han formado un buen tándem creativo. Tres años después le siguió la estupenda 'La virgen de agosto', que fue nominada al César a la mejor película extranjera y en 2022 volvieron a sumar fuerzas con 'Tenéis que venir a verla'. Así han formado una de las parejas artísticas más interesantes del cine independiente español.
Ahora ella vuela sola y lo hace con su ópera prima, 'Las chicas están bien', película que compitió por el Globo de Cristal en la Selección Oficial del 58 Festival de Karlovy Vary y que llega ahora a salas comerciales. Lo primero que se ve es que su inspiración viene muy de la línea de Trueba, pues se percibe a una pupila del cine de Éric Rohmer. Es más, la cinta bien podría titularse 'Fábula estival', dado que bien podría evocar a uno de los títulos que conforman la tetralogía de 'Cuentos de las Cuatro Estaciones' del cineasta francés.
Arana crea un film con alma de parábola. Cuatro actrices y una dramaturga se instalan en una agradable casa en el campo, en los bellos parajes de Nistal de la Vega, en León. Lejos del mundanal ruido, ensayan una obra de princesas, nobles y castillos. Por supuesto, dentro de la lógica de la cinta, hay metáforas de príncipes, sapos y talismanes. Su fotografía, obra de Sara Gallego, sabe plasmar esa sensación de viveza propia del estío, alejando cualquier ola de calor posible.
La cineasta acierta en que crea una ficción dentro de otra. Esa acción permite sentir que lo que se está viendo es un gran trampantojo, una vida idílica propia, precisamente, de un cuento. Eso le permite contar amores de verano tan intensos como efímeros; además de aprovechar esos momentos de ligereza para dejar caer reflexiones más profundas sobre la maternidad, la muerte, las relaciones de pareja, los sentimientos o el propio futuro laboral.
Una refrescante historia estival con aroma a ensayo y fábula
Muy representativo es el alegato sobre el lado unipersonal de estar enamorado de alguien que tiene Irene Escolar en uno de los monólogos más interesantes de la cinta. Dado que es una ficción dentro de otra, hay otra secuencia en la que Bárbara Lennie recuerda que las películas que ha rodado son fotos fijas de un momento y que estas permanecerán más allá de ella misma.
Y es que Arana da una vuelta de tuerca provocando que las cuatro actrices encarnen a versiones ficcionadas de ellas mismas, lo que les da libertad de llevar sus papeles como consideren. Ese movimiento provoca que se esté ante una película carismática, que sabe transmitir buenas vibraciones y permite ver a una directora con genio y espíritu propio. Sin duda, a Jonás Trueba le ha salido una competidora en lo referente a ser herederos del cine de Rohmer.
'Las chicas están bien' son las vacaciones ideales para vivir en la gran pantalla. Una de esas películas que, bajo su ligereza, trae una historia de esas que sabe calar. Un debut fabuloso, que invita a conocer más de los universos que puede traer Itsaso Arana como cineasta. Por fin, esa cinta estival que el cine independiente español tanto demandaba.