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CRÍTICA

'Cinco lobitos': La sincera mirada materna

Crítica de 'Cinco lobitos', ópera prima de Alauda Ruiz de Azú. Ganadora de la Biznaga de Oro al mejor largometraje en el 25 Festival de Málaga, así como también de otros siete galardones.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 20 de Mayo 2022 | 10:10
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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'Cinco lobitos': La sincera mirada materna

Desde que en 2017 irrumpió con fuerza 'Verano 1993', ópera prima de Carla Simón, la cinematografía española está viviendo una magnífica ola de nuevas mujeres cineastas, cuya presencia en festivales y circuitos internacionales han impulsado una figura de industria independiente en la que se están encontrando largometrajes que muestra la evolución del cine español, uno de los más prolíficos pero de los que menos presencia tiene en otros mercados europeos. Tras arrasar en la 25ª edición del Festival de Málaga, donde se alzó con la Biznaga de Oro al mejor largometraje, además de otros tres galardones de la Sección Oficial (mejor actriz ex aequo para Laia Costa y Susi Sánchez y mejor guion), llega a salas comerciales 'Cinco lobitos', el debut en el largo de Alauda Ruiz de Azúa.

Cinco lobitos

La cineasta narra un relato sobre la maternidad. Aunque Ruiz de Azúa sí que busca derrumbar prejuicios sobre la idealización de ser madre, lo que eleva a su largometraje es que apuesta por una historia con tintes costumbristas, en la que los lazos familiares y generacionales marcan el devenir de la trama y en la que explora el concepto de maternidad desde un diálogo entre progenitoras e hijas, en el que destacan los hechos cotidianos y con el que la directora y guionista realiza un ejercicio de derrumbe de pedestales respecto a las figuras tanto materna como paterna.

Es la manera natural y espontánea con la que Ruiz de Azúa traza el recorrido de sus protagonistas lo que eleva esa sensación de autenticidad. La crítica sobre la idealización de la maternidad y la falta de conciliación laboral (en la que sale especialmente perjudicada la mujer) se refleja desde el inicio, con una periodista freelance que ve cómo debe renunciar a varios proyectos y colaboraciones para poder cuidar de su hija recién nacida, mientras que su marido, diseñador de sonido, debe retomar rápidamente el trabajo, pues es también autónomo, lo que provoca una situación patriarcal que parece enquistada en la sociedad: el varón sale a trabajar y la mujer se queda en casa.

Cinco lobitos

Ruiz de Azúa con situaciones cotidianas realiza una sutil crítica a la falta de políticas que fomenten la conciliación, pero la cineasta va más allá, al crear un largometraje que no solo es un drama social, sino que apuesta por ser un relato costumbrista, en el que los detalles del día a día y la diferencia entre ciudad y pueblo quedan remarcados. Es ahí donde 'Cinco lobitos' crece y se eleva para ser una experiencia cinematográfica magistral, con la que Ruiz de Azúa hace un homenaje tanto a las madres como a su legado, pues entran en escena los padres de la protagonista, Amaia, encarnada por una magnífica Laia Costa. Es la irrupción de Susi Sánchez y Ramón Barea lo que provoca que el largometraje entre en otra situación, con la que la realizadora derrumba los altares en los que los vástagos ensalzan a sus progenitores.

Una experiencia cinematográfica diferente

Y la realizadora lo hace con suma espontaneidad, desdramatizando las situaciones, logrando que una mujer adulta vea que sus padres la criaron de la manera mejor que pudieron, que no eran 'superhumanos', sino dos personas con sus virtudes y sus defectos; lo que le permite mirar su propia realidad de madre primeriza desde otra perspectiva, que recuerda que la importancia de no ceder ante las presiones sociales, sino seguir la propia intuición. Con detalles como hacerse cargo de la comida o llamar la atención a un vecino por la agresividad de su perro provocan que 'Cinco lobitos' sea una experiencia cinematográfica diferente, con la que Ruiz de Azúa narra con poesía costumbrista la historia de una familia que bien podría ser la del propio público.

Cinco lobitos

Con unos maravillosos Ramón Barea y Susi Sánchez, 'Cinco lobitos' destaca también por ser un tributo a los vínculos entre madres e hijas; la cineasta plasma con honestidad y humildad cómo se relaciones Amaia y su progenitora, cómo comparten dos perspectivas diferentes de haber engendrado a un hijo, haberle dado a luz y haberlo criado. También el de la importancia de no dejar que la faceta materna le arrebate protagonismo a otras facetas de ellas mismas. La realizadora introduce reflexiones que recuerdan también que las madres, antes de serlo, son también hijas y ese lazo (sea sanguíneo o familiar) es otro tipo de herencia, una que no puede verbalizarse, sino sentirse a través de expresiones, sensaciones o miradas, algo que el largometraje transmite de una manera tan lírica como realista.

Ruiz de Azúa debuta por todo lo alto con un largometraje espléndido, que desmitifica la maternidad y ensalza los vínculos materno-filiales sin caer en miradas hagiográficas hacia los abuelos. Con un estilo naturalista y costumbrista que evoca a colegas contemporáneas suyas como Carla Simón, Lara Izaguirre o Clara Roquet, la cineasta nacida en Barakaldo muestra una sensibilidad única y una habilidad para transmitir emociones que le colocan como un ejemplo más de esa maravillosa ola de mujeres cineastas que está viviendo el cine español y que se está convirtiendo en todo un movimiento que muestra que es posible realizar otro tipo de cinematografía.

Nota: 8

Lo mejor: La naturalidad que desprende cada escena, rodada con sumo cariño. Los diálogos entre Laia Costa y Susi Sánchez.

Lo peor: La escasa presencia de Mikel Bustamante.

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