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CRÍTICA

'Coco, el pequeño dragón': Divertimento escolar

Crítica de 'Coco, el pequeño dragón', película de animación alemana dirigida por Hubert Weiland y Nina Wels. Basada en las novelas de Ingo Siegner.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 11 de Diciembre 2015 | 11:22
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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El lanzamiento de 'Coco, el pequeño dragón' ha sido pocas semanas después de la estupenda 'El viaje de Arlo' de Pixar, un peso fuerte que a esta cinta alemana no le favorece, aunque, también es verdad, si hubiesen coincidido tampoco habría afectado para nada a la percepción final de esta propuesta dirigida por Hubert Weiland y Nina Wels.

Imagen de 'Coco, el pequeño dragón'

Coco es un pequeño dragón de fuego que vive en la Isla de los Dragones, en una las zonas más cálidas del lugar. Su familia guarda con sumo detalle las hierbas de fuego, que son las que permiten a estos dragones controlar el fuego. El pobre Coco es el único niño de su clase que no sabe volar, con lo cual, es marginado por el resto de sus compañeros. Es amigo de otros dos niños diferentes al resto, Óscar y Matilda. El primero es en un dragón de una casta de dragones carnívoros que resulta que es vegetariano y la otra un puercoespín no muy bien visto por la población. Debido a un pequeño malentendido, los tres deberán embarcarse en una aventura que les hará conocer a diferentes tipos de dragones, pero también peligros que les ayudarán a crecer y cooperar y colaborar. Un viaje emocionante donde habrá mil y una aventuras.

La factoría de animación europea este año ha sido muy prolífica en España, ha habido varios estrenos notables como 'Marco Macaco y los primates del Caribe', 'Pinocho y su amiga Coco', 'La casa mágica' o '¡Ups! ¿Dónde está Noé?', que ha sido la que más éxito ha tenido en salas españolas.

Esta producción se diferencia apenas a las ya antes mencionadas, con una premisa alegre y medianamente interesante, la trama muestra personajes secundarios graciosos y simpáticos que logran o bien ser el alma de la película o bien el punto insoportable de la cinta. Enfocada en un público puramente infantil, estas producciones se alejan de propuestas más elaboradas propias de Pixar, Studio Ghibli e, incluso, DreamWorks. ¿Eso las hace malas? No, pero tampoco propias para un público excesivamente amplio.

Entretenimiento familiar

Aunque también es verdad que esa ingenuidad y buen rollo que transpira 'Coco, el pequeño dragón' es sólo un ya visto. 'El viaje de Arlo', por ejemplo, supo entrelazar un relato manido con una excepcional animación y mostró un total respeto por su público objetivo.

Imagen de 'Coco, el pequeño dinosaurio'

Sin embargo, 'Coco, el pequeño dragón' mantiene la línea que alimenta ese prejuicio de que el cine de animación es exclusivamente infantil. Una trama muy básica y ni un ápice de querer ser algo diferente, algo que producciones para niños europeas como 'Ernest y Célestine', 'El lienzo' o 'Kirikú y la bruja' supieron hacer.

En el punto gráfico, la animación de esta película no es excepcional y demuestra que las producciones españolas, junto con las francesas, se esfuerzan más por ofrecer, al menos, un espectáculo visual más allá del decente. 'Atrapa la bandera' o 'Un monstruo en París' le hace enrojecer a este largometraje.

Aun así, 'Coco, el pequeño dragón' conseguirá su objetivo, que es distraer a los niños pequeños y hacerles ver que no hay que tener prejuicios, hay que trabajar juntos y hay que ser leal con los amigos. Valores importantes y que, al menos, conseguirán llegar a los pequeños. Ese punto hace que, en caso los padres elijan que sus niños vean esta película, pasen un buen momento cinematográfico didáctico.

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