Después de convertirse en una de las sensaciones del Festival de Sundance de 2021, donde obtuvo el Gran Premio del Jurado, el Premio del Público y los galardones a la mejor dirección y al mejor elenco, había mucha curiosidad por saber qué tenía 'CODA: Los sonidos del silencio', remake de la aplaudida cinta francesa 'La familia Bélier', que atrajese tanto, especialmente porque su consolidación en la carrera de premios fue a más, hasta lograr dos nominaciones en los premios del Sindicato de Actores, tres candidaturas a los BAFTA y tres nominaciones a los Oscar, incluyendo el de mejor película.
A primeras, puede decirse que 'CODA: Los sonidos del silencio' es la propuesta feel-good e indie de esta edición de los Oscar, al seguir la senda de títulos como 'Pequeña Miss Sunshine', 'Juno', 'Los chicos están bien' o 'Lady Bird'. Es una producción pequeña, con un relato cotidiano, con un reparto completamente entregado, que huye de cualquier atisbo de gran producción y apuesta por la mirada de autor. A ello se le añade una mirada social relacionada con la comunidad sorda y su representación en el séptimo arte. En ese sentido, el segundo largometraje de Siân Heder, quien también firma el guion, parece cumplir con todos los requisitos.
Pero hay un elemento que hace que no esté a la altura de los filmes nombrados en el párrafo anterior, es el remake de otra producción que, además, es relativamente reciente. De ahí, que haya sorprendido tanto la calurosa acogida de esta versión. Los remakes tienen el gran hándicap de ser producciones cuya existencia debe justificarse más incluso, véase el caso reciente de 'West Side Story'. Están los casos de producciones que buscan llevar al público actual relatos de antaño, como el de 'Ha nacido una estrella' de Bradley Cooper o la mentada cinta de Spielberg, las cuales tienen ese margen de maniobra, muy distinto es el caso de esos títulos que reproducen éxitos recientes de filmes de nacionalidades distintas a la estadounidense y que están rodados en una lengua diferente al inglés.
En ese caso, se necesita una gran personalidad para ir más allá de la etiqueta de remake, como el caso de Martin Scorsese con 'Infiltrados' o el de David Fincher con 'Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres'. Tristemente, no es el caso de Heder con 'CODA: Los sonidos del silencio', la cual es una versión descafeinada de la ya de por sí entrañable 'La familia Bélier', cuya premisa tenía más aristas, en especial en el caso de los padres de la protagonista, cuyo punto oscuro y negativo es suavizado en su versión estadounidense para evitar entrar en polémicas.
Un remake que no ofrece cambios sustanciales respecto al filme original
Más allá de algunos cambios cosméticos que no varían en exceso respecto al filme dirigido por Éric Lartigau y que tuvo a Karin Viard, François Damiens, Louane Emera y Luca Gelberg como intérpretes principales; 'CODA: Los sonidos del silencio' tiene como mayor virtud que los padres de la protagonista son actores sordos y no como el caso de la versión original francesa. Aunque puede considerarse, en ese sentido, que la adaptación estadounidense puede ser más auténtica en representación de la discapacidad, pero eso no justifica rehacer un filme que, por otro lado, representaba a la perfección el equilibrio del cine francés entre producciones comerciales e independientes.
Sí, Marlee Matlin está maravillosa -una actriz infravalorada en la industria de Hollywood a pesar de ser la ganadora del Oscar más joven en la categoría de mejor actriz por 'Hijos de un dios menor'- y es estupendo que Troy Kotsur, un actor con más de 30 años de carrera y que ha luchado mucho en la profesión, tenga el reconocimiento que merece. Pero, más allá de eso, se está ante una producción ligera cuyo poso no quedará en la memoria, a diferencia de su contraparte original europea, especialmente porque aquellas secuencias que transmitían encanto, en esta versión se sienten impostadas.
Da la impresión que todo el fenómeno generado en Estados Unidos con 'CODA: Los sonidos del silencio' puede deberse a que no han visto la producción original francesa. Porque, de otro modo, esta propuesta entraría en el saco de remakes estadounidenses sin sentido como 'La decisión' (remake de 'Corazón silencioso'), 'Un desastre de altura' (remake de 'Fuerza mayor'), 'Después de la boda' (remake del filme homónimo de Susanne Bier) o 'The Upside (Amigos para siempre)' (remake de 'Intocable'), todos olvidados en medio de ese cajón de sastre que son algunas plataformas porque ninguno tenía nada diferente que ofrecer.
Nota: 5
Lo mejor: Sus actores son los que salvan esta versión, especialmente Marlee Matlin y Troy Kotsur. Mención especial para Emilia Jones.
Lo peor: Sentir que todo el reconocimiento que está teniendo esta versión era el que debería haber tenido 'La familia Bélier'.