El cine de Daniel Calparsoro es ya un habitual y sinónimo de taquillazo comercial de acción. Se pudo ver con 'Invasor' o 'Combustión' y más recientemente con 'Hasta el cielo' o 'Todos los nombres de Dios'. Ahora vuelve a salas comerciales con 'El correo', una producción que ya aspira a conquistar la cartelera y a convertirse en ese éxito de inicios de año que tanto necesita la taquilla española.
'El correo' tiene la diferencia de que está inspirada en hechos reales. Desde el caso Malaya al caso Emperador, entrelazando diferentes escándalos de corrupción que desembocaron en la fuerte crisis económica de 2008. Ambientada en esa llamada 'década prodigiosa' de los 2000 y que fue precedida de la bonanza económica de finales de los 90 (tras un inicio de década marcada por una fuerte crisis económica), Calparsoso sabe traer un decenio marcado por lo grotesco y esperpéntico.
Lo hace a través del personaje de Iván, un veinteañero vallecano e hijo de un padre que montó ilusionado un local para eventos como bodas, bautizos y comuniones y que terminó sobreviviendo con el bar de barrio de toda la vida. Un fracaso que le marcó al joven y que no quería repetir. La forma en la que introduce el guion de Patxi Amezcua y Alejo Flah al protagonista evoca al mito de Ícaro y su ambición de querer volar hasta el sol. Pero lo hace desde la ironía y el humor negro.
En cierta forma, el papel encarnado por Arón Piper recuerda al que tuvo Miguel Herrán en 'Hasta el cielo'. Sin embargo, la diferencia está en su presentación. Mientras que en la cinta de 2020 se presentaba a un protagonista que terminaba envuelto en víctima de sus propias ambiciones; aquí hay un joven impetuoso que sabe que puede ser devorado por el monstruo de la codicia. Para Iván se trata de un juego, que sabe que le puede pasar factura, pero se enfrenta a ella de manera divertida y sardónica.
Cinta comercial de calidad y buen pulso
Ese toque de humor negro, propio del cine de Adam McKay (especialmente en ese trasfondo social de crítica a la corrupción y la clase política) o que recuerda al que Scorsese plasmó en 'El lobo de Wall Street', diferencian a esta propuesta. Lo hace gracias a que también cuenta con buenos secundarios. Aquí destacan especialmente esos grandes actores que son Luis Tosar y Luis Zahera. El primero como mentor y claro ejemplo de cómo el protagonista busca emular otro mito, el de Edipo, al 'matar al padre' (en el sentido de aquél que le enseñó el oficio del blanqueo de capitales). El segundo enseña el otro lado, el de la justicia. Zahera ofrece el retrato más honesto de la cinta, advierte y muestra sus cartas.
Con Tosar y Zahera marcando el paso como secundarios, donde destacan también otros actores como José Manuel Poga o Alberto Jo Lee, Arón Piper y María Pedraza le dan ese toque juvenil con el que tener ese atractivo comercial que impulsa a las producciones de Calparsoro y que se ha convertido en una de sus insignias.
Rodada en distintas localizaciones de España, Bélgica, Suiza y Hong Kong, 'El correo' es ese chute de cine comercial de acción que sabe atrapar a su audiencia. Realizada con buen pulso, logra llegar a un nivel superior al de la mentada 'Hasta el cielo' y consigue estar al nivel de la también mencionada 'Todos los nombres de Dios'. Calparsoro vuelve a demostrar ser uno de los referentes de ese cine comercial de calidad que llena las salas españolas.
