La saga 'Rocky' esta de vuelta en los cines de todo el mundo. Tras la retirada del legendario boxeador, su pupilo Adonis Creed, el hijo de Apolo Creed, ha tomado el testigo como protagonista y con esta entrega cierra su primera trilogía. 'Creed III' es, de hecho, una película en la que por primera vez el protagonista no cuenta con la ayuda del propio Rocky tras la salida de Sylvester Stallone de la franquicia.
Adonis, interpretado por Michael B. Jordan, deberá enfrentarse a los fantasmas de su pasado con un rival de sobra conocido por él. Dame Anderson fue su mejor amigo en la infancia, quien le enseñó todo sobre el boxeo cuando apenas eran unos críos. Sin embargo, la repentina entrada en prisión de Dame cortó en seco su prometedora carrera deportiva. Ahora, décadas después, quiere cumplir su sueño de ser campeón. Y para conseguirlo, peleará a su manera.
Un antagonista excepcional
El personaje de Dame está interpretado por Jonathan Majors, que en las últimas semanas se ha convertido en uno de los nombres más de moda en Hollywood. Su papel como Kang el Conquistador en Marvel le ha valido la consolidación en lo más alto de la industria. Y en 'Creed III' demuestra que su talento bien lo vale, pues es de lejos uno de los mejores ingredientes del conjunto.
Majors ofrece una interpretación sensacional de Dame, un personaje con innumerables recovecos que esconden miedos, rabia y ansia. Gracias a sus gestos es capaz de transmitir pena y ternura a la par que repulsa y odio, amoldándose perfectamente a cada situación que plantea la película. A ello se le suma una corpulencia física descomunal, haciendo de él un rival digno de Adonis. Es innegable que Majors se ha entregado en cuerpo y alma al papel.
Y es que Dame es, sin duda, el mejor antagonista de toda la saga 'Creed'. Frente a sus anteriores rivales, que o bien apenas tenían contexto o bien estaban demasiado anclados en el legado de las películas de Rocky, Dame Anderson sí es la contrapartida perfecta para Adonis. Un hombre hecho a sí mismo en lo más bajo y duro de la sociedad. Un perro viejo que sabe cómo manipular a la gente, que sabe que solo puede fiarse de sí mismo porque es todo lo que tiene, y que hace lo que haga falta para salir de la putrefacción de la vida que le ha tocado y así hacerse el hueco que cree que le pertenece en la historia.
Se trata de una aproximación muy acertada ya desde el guion de 'Creed III' a lo que debe de ser el "malo" de un drama deportivo de estas características. Debe ser un gran rival a la hora de combatir, pero sobre todo debe transmitir verdad. Porque alguien como Dame no tiene nada que perder y mucho que ganar. Y eso le hace peligroso. Con su interesante trasfondo propio recuerda a los mejores rivales de Stallone, pero insuflado de actualidad para ser la pieza que redondee la trilogía y cierre esta etapa de la vida de Adonis.
Un debut ilusionante
Igualmente admirable, por parte de Jordan, es su debut en la dirección de la película. El joven intérprete ha dado al fin un paso que llevaba años buscando y se ha colocado detrás de las cámaras para poner el broche de oro. Consciente de la importancia de la película, el ahora cineasta realiza un ejercicio sobre seguro y sin excesivas florituras en el que lo que prima es hacer avanzar la historia.
El resultado es muy sólido. Jordan demuestra no solo que maneja a la perfección el lenguaje, sino que además lleva tantos años implicado con la saga que asimila las normas del género. No en vano quiere expandir su Creedverso. A lo largo del metraje equilibra con precisión la tensión del deporte con escenas de drama íntimo en las que el presente y el pasado de Adonis chocan como dos trenes de frente. Cada escena suma, y en todas ellas pone la cámara donde debe.
Donde sí se permite licencias Jordan es en las secuencias de combate. En repetidas ocasiones el joven se ha reconocido como gran fan de series de anime. Así, ha basado sus escenas de acción en ellas, empleando algunos recursos estilísticos que no siempre funcionan como en la animación. Pero cuando lo hacen, elevan el nivel de toda la película, convirtiéndola en un verdadero disfrute para aquellos espectadores que busquen ver a dos tipos de cuerpos esculpidos darse violentos y explícitos guantazos.
El boxeo y el cine, un amor eterno
Porque si de algo es exponente 'Creed III' es de que las películas de boxeo nunca pasarán de moda. Son, de largo, el tipo de drama deportivo más explotado y mejor desarrollado en la historia del cine. La literatura de ver a alguien luchando por sus sueños hasta el punto de materializarlo en unos guantes y un ring sigue siendo un espectáculo tremendamente atractivo.
Como heredera de todas estas, 'Creed III' sigue al milímetro su estructura más básica. Algo de acción potente al principio, un motivo personal por el que jugarse la cara, secuencias de duro entrenamiento al ritmo de músicas motivadoras... Y un final de vértigo. Por desgracia, también cae en algunos de los pecados habituales. Cuando el guion pasa demasiado tiempo dando vueltas sobre sí mismo el interés decae, por mucho empeño que se le pongan Jordan, Majors y la siempre sensacional Tessa Thompson. Pero enseguida vuelve a coger aire y levantar el vuelo antes de que el juez cuente 10.
Repercusiones para la saga
Al margen de la propia historia, la cinta tiene como principal punto de interés el ver cómo se iba a desenvolver sin Stallone. El actor dejó la franquicia muy enfadado con el productor Irwin Winkler, a quien vendió los derechos cuando estaba casi arruinado. Según el creador y actor de Rocky, Winkler ha aprovechado para explotar hasta la extenuación su obra, estrategia de la que se niega a ser partícipe.
En cualquier caso, 'Creed III' no niega sus raíces. De manera superficial se le lanzan un par de guiños a Balboa, aunque el filme tiene claro en todo momento que debe caminar por sí mismo y no centrarse en quien ya no está. Y lo logra, pues el sentimiento de melancolía se difumina con acierto.
Además, el Creedverso continúa dando pasos hacia su materialización. El sueño de Jordan está cada vez más cerca, y de nuevo se encarga de dejar un buen puñado de puertas abiertas por si en algún futuro las quiere cruzar. Con 'Creed II: La leyenda de Rocky' ya se presentó a Viktor, el descendiente de Ivan Drago, el mítico rival de Rocky. Padre e hijo ya tienen un spin-off confirmado, aunque después de esta entrega a buen seguro llegarán más. Especial mención merece la pequeña Amara Creed, la hija del protagonista.
En definitiva, 'Creed III' es todo lo que debía ser. Una magnífica secuela que cierra portentosamente la trilogía. Jordan tira de oficio y de garra para su primer trabajo como director, y Jonathan Majors brilla con un antagonista mucho más interesante que lo visto hasta ahora en la saga. La guinda del pastel son las nuevas visuales para las peleas, un añadido bárbaro.
Nota: 8
Lo mejor: El debut tras las cámaras de Jordan, el nuevo estilo estético para las peleas, mucho más dinámico y atractivo; y Jonathan Majors.
Lo peor: Se agarra tanto al arquetipo de drama de boxeo que comete los mismos errores de siempre.