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CRÍTICA

'Creed. La leyenda de Rocky': La leyenda de Stallone

Crítica de 'Creed. La leyenda de Rocky', el reencuentro de Sylvester Stallone con uno de sus personajes más emblemáticos.

Por Pedro Gómez Alberdi 28 de Enero 2016 | 18:38

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Nadie podrá negar que vivimos una época cinematográfica de exaltación de la nostalgia. 2015 será el año de 'Star Wars: Episodio VII - El despertar de la fuerza', una película que ejemplifica notoriamente la actual crisis creativa del cine y que reacciona a esta crisis explotando hábilmente el deseo inconsciente de historias cuya relevancia sea incuestionable. Otra producción que ha canalizado estupendamente el anhelo de películas superadas por su propio prestigio ha sido 'Jurassic World', que curiosamente se posiciona en el segundo puesto de películas más taquilleras del año.

Y preparaos, porque puede que 2016 sea una fiesta de la nostalgia todavía más desmadrada. Por venir están el reboot de 'Los Cazafantasmas', las nuevas versiones de 'El libro de la selva', 'Independence Day', 'Ben-Hur', 'Los siete magníficos', y hacia final de año el spin off de 'Star Wars': 'Rogue One: A Star Wars Story'. Seguro que para muchos el mero hecho de colocar la palabra remake junto a títulos del calibre de las anteriores provoca una desazón automática.

 Creed 3

Uno que ya le vio el filón a esto de mirar al pasado con ojitos lastimeros es Sylvester Stallone, y hace muchos años en realidad. En 2006 el actor sorprendió a medio mundo con su regreso al ring en 'Rocky Balboa' que él mismo protagonizaría y dirigiría. La prensa especializada se apresuró a calificarlo como "el regreso de Stallone", lo cual hacía el caramelo aun más apetecible. La excitación de ver a un veterano revelándose contra el retiro que su edad le imponía para revivir gloriosos personajes del pasado era irresistible. La anecdota podía haber quedado solo en eso, pero apenas dos años más tarde llegó 'John Rambo', que recuperaba su segundo personaje más emblemático tras Rocky. Ambas películas acabaron teniendo más exito comercial de lo que muchos podían imaginar, lo que culminó en 'Los mercenarios', que alcanzó el nivel de despiporre nostálgico definitivo. La película recuperaba un estilo de hacer cine que quedó relegado a los ochenta, y parecía que al público le encantaba. De hecho se produjeron dos secuelas, y ahora mismo hay una tercera en camino. Así que aquellos que acogieron los planes de Stallone con una sonrisita condescendiente deben de haberse quedado un tanto atolondrados. Recordemos que el actor acaba de ser nominado al Oscar en la categoría de Mejor actor de reparto.

Sus virtudes como actor pueden ser discutibles, pero como productor son innegables. Sencillamente sabe dónde poner el dinero, basándose únicamente en la confianza ciega y un poco naif que tiene en su producto, del mismo modo que otro compañero suyo de profesión, Vin Diesel, ha hecho con la serie 'Fast & Furious'.

Y ahora nos trae esta 'Creed. La leyenda de Rocky', película que cediéndole tan solo un papel secundario se mantiene a flote gracias a su presencia. Ryan Coogler ha dirigido un film correcto que rápidamente se vuelve rutinario. A continuación procedo a analizarlo en tres asaltos.

Primer asalto

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La película comienza enérgicamente con la escena de un joven en un correccional haciendo lo que mejor saber hacer: pelear. Así se nos presenta a Adonis Creed, el protagonista de esta película cuya carácterística definitoria es esa: que sabe dar mamporros. A través de una elipsis bastante drástica nos reencontramos con Adonis años depués, cuando ya se ha convertido en un hombre que da sus primeros pasos en el mundo laboral. Sin embargo lo que el chaval quiere hacer es repartir leña, pero sus amigos y familiares no lo ven con buenos ojos. Así que el chico decide abandonarlo todo, el agradable calor de Los Angeles, para mudarse a la fría y cruda Filadelfia. Allí su primer destino será el restaurante que regenta el ya retirado Rocky Balboa, para pedirle que sea su entrenador. Ante una primera negativa el chico decide entrenarse solo en un gimnasio local, pero Rocky recapacitará y decidirá ayudarle a convertirse en un luchador profesional.

El planteamiento no es un derroche de originalidad, pero tampoco es lo que andábamos buscando ¿no? Como bruto innato Michael B. Jordan da el pego, y hay que reconocerle una actuación muy comprometida tanto psicológica como físicamente. Es una lástima que quede totalmente eclipsado por un Sylvester Stallone absolutamente irresistible. Muchos factores juegan a favor de que la actuación del veterano actor resulte tan memorable, empezando por el hecho de que el actor, a sus años, decida interpretar a un personaje en el crepúsculo de su vida, con las connotaciones poéticas que eso implica. El hecho de que abrace con tanta naturalidad un personaje que guarda tantos paralelismos con su vida real como actor (el desfallecimiento de una carrera estelar, la cercanía ineludible de la muerte), confieren a la actuación de un cierto aire de solemnidad, y de una emotividad muy auténtica.

Segundo asalto

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'Creed' es la segunda película del director Ryan Coogler tras su aclamado debut de 2013 'Fruitvale Station', que se alzó con el premio a mejor película y el premio del público en el festival de Sundance. Parece que la carrera del realizador va viento en popa, ahora que le acaban de fichar para sentarse en la silla del director en 'Pantera Negra', del Universo Cinematográfico Marvel. En común con otros directores asociados a la factoría de superheroes, diré que Ryan Coogler tiene la profesionalidad ligeramente impersonal. El director ejecuta con solvencia la dirección, pero se le podría reprochar una leve carencia de estilo.

En el apartado técnico es especialmente satisfactorio el trabajo del cámara durante las escenas de boxeo, uno de los puntos fuertes del film. Es en estas secuencias dónde se intuye el afán del director por dotar a las imágenes de cierta originalidad, de afrontar un ejercicio cinematográfico tan rutinario como un combate con un mínimo de innovación.

Tercer asalto

En el tercer asalto a la tambaleante 'Creed' le queda poco que ofrecer. Como golpe de gracia se le podría criticar su guion, uno especialmente mediocre. Como ya he dicho, el primer acto no está del todo mal, con un planteamiento moderadamente interesante que no tarda en verse lastrado por unas tramas secundarias excesivamente inocuas. Entiendo que la trama principal de por si no tiene demasiada complejidad, pero aun así la subtrama romántica se me antoja especialmente forzada, y el personaje femenino toscamente dibujado. La subtrama de la enfermedad de Rocky también resulta descaradamente gratuita. También hay espacio para alguna escena directamente delirante, como aquella en la que el protagonista corre por una calle de Filadelfia flanqueado por los macarras del barrio, que realizan ostentosos caballitos y piruetas descerebradas con motos y quads.

Al final esta historia tan yanqui, que se apoya tan desenfadadamente en la clásica estructura del sueño americano, tiene bastante poco que contar. Queda como una curiosidad en la que lo más destacable es la actuación de un resarcido Stallone. Los fans del cine de boxeo probablemente la encuentren entretenida, para el resto esta película será un púgil decepcionantemente inofensivo.

Nota: 6 /10

Lo mejor: Sylvester Stallone y las escenas de combate.

Lo peor: Su inclinación hacia el topicazo.