El conflicto entre Israel y Palestina se ha mostrado de muchas formas en el cine, desde el drama social hasta la comedia ligera, pasando incluso por el terror. En lo referente a las cintas feel-good, estas han ofrecido propuestas notables, especialmente los títulos dirigidos por Eran Riklis han dado buena muestra de ello. En esa línea, aparentemente, llega ahora 'Crescendo', cinta alemana con vocación de coproducción internacional, dirigida por el israelí Dror Zahavi y que se inspira en la fundación de la West-Eastern Divan Orchestra.
Ya desde el inicio, el filme muestra las diferencias entre la realidad israelí y la palestina, con esa escena de violín en la que dos de los protagonistas, rivales, viven la música desde perspectivas completamente radicales. Aunque inicialmente pudiera parecer que esa contraposición da pie a una cinta juvenil que apunta a ser un título feel-good, es esa imagen contrapuesta la que permanece durante todo el metraje, con algunos destellos de concordia y paz.
En ese marco conflictivo, 'Crescendo' hace honor a su nombre al ir aumentando el volumen del enfrentamiento, intensificándose las posiciones de israelíes y palestinos, mostrando que, pese a las buenas intenciones, conformar una banda que combine a músicos de ambos bandos no soluciona una disputa histórica. Partiendo esa base honesta, el largometraje busca ser un inicio a construir puentes y ahí está su mayor virtud.
El complejo camino hacia la concordia
Y en esa búsqueda de inicios de concordia, el guion que Zahavi ha escrito junto con Johannes Rotter y Stephen Glantz, acierta al configurar unos protagonistas corales que permiten mostrar las diferentes posturas que existen. Por un lado está la rivalidad de Daniel Donskoy y Sabrina Amali, cuya lucha de egos está entremezclada por el odio que existe por el conflicto israelí-paletisno; por el otro están Mehdi Meskar y Eyan Pinkovich, que simbolizan el amor imposible que busca romper barreras. En medio está Peter Simonischek, con una interpretación solemne alejada del humor de 'Toni Erdmann' y que busca lo imposible, a sabiendas de que, efectivamente, es irrealizable.
Y es gracias a esa mirada coral lo que hace que 'Crescendo' sea una notable propuesta, pues, en ningún momento, deja a un lado la realidad de lo que narra, reniega de cualquier mensaje feel-good para apostar por la auténtica búsqueda de la concordia, como puede apreciarse en su acto final. Por esa honestidad en sus ambiciones, la película logra trascender más allá de lo que inicialmente parece, llegando a estar cerca del cine de Eytan Fox, incluso con el de Hany Abu-Assad. Eso sí, con una función añadida de pedagogía y divulgativa para el público adolescente, cuyas esperanzas están puestas en ser ellos la nueva generación que logre la armonía.
Nota: 8
Lo mejor: La escena final y escuchar y ver en la gran pantalla composiciones de Vivaldi, Pachelbel o Ravel.
Lo peor: Aunque acierta al no despegarse de su carácter dramático, en algunas escenas es demasiado trágico, provocando que el mensaje esperanzador que deslucido.