En los versículos del 47 al 48 del episodio 7 del Evangelio según San Lucas, dícese: "Por eso te digo que los pecados de ella, aunque son muchos, quedan perdonados, porque amó mucho. Pero, a quien se le perdona poco, ése ama poco. Entonces le dijo a ella: 'Tus pecados quedan perdonados'". Así comienza el 23º largometraje del prolífico cineasta François Ozon.
Conocido inicialmente como el 'enfant terrible' del cine galo, Ozon estrena 'Cuando cae el otoño', premio al mejor guion y al mejor actor de reparto en la 72ª edición del Festival de San Sebastián. Tras mostrar ese lado tan travieso que ha caracterizado su filmografía con 'Mi crimen', el parisino vuelve a mostrar su lado más intimista con esta propuesta en la que esa referencia bíblica a la figura de María Magdalena es un prólogo sobre lo que está a punto de suceder.
'Cuando cae el otoño' nace de una anécdota que los padres de Ozon le contaron durante su infancia. Éstos fueron a una comida familiar con una tía abuela suya del pueblo, en la que todos los familiares, excepto ella, comieron unas setas que ella misma había recogido del bosque cercano a donde vivía. Dichos níscalos resultaron ser venenosos, aunque no mortales, provocando que toda la familia (menos ella) terminase en urgencias para un lavado de estómago.
Ahí surgió la sospecha, que quedó en un comentario jocoso, sobre si un acto aparentemente accidental escondía intenciones más oscuras. Esa es la premisa inicial de 'Cuando cae el otoño', en el que Michelle, una mujer jubilada, prepara unos champiñones para su hija, quien acaba de llegar de París junto con su nieto, al que cuidará durante la temporada estival.
Ozon sorprende con una premisa que busca utilizar la atmósfera del thriller criminal para ahondar en la psique de sus personajes. De hecho, la investigación policial termina quedando en un discreto segundo lugar. El cineasta crea un marco para que el público vaya sacando sus conclusiones sobre el carácter de una mujer que, como la Magdalena, amó demasiado. Ahora bien, ¿de qué manera?
Es fascinante cómo Ozon marca un ritmo pausado que busca provocar esa sensación de observar la vida pasar desde la perspectiva de su protagonista, una septuagenaria que goza de una energía vital que ya es muy propia de su edad y que tiene unas rutinas en las que está acompañada por su querida amiga Marie-Claude, de su misma edad y quien tiene un pasado igual de turbio que la protagonista.
En ese acompañamiento ralentizado, Ozon evoca el ritmo que plasmó Chantal Akerman en su fascinante 'Jeanne Dielman, 23, quai du Commerce, 1080 Bruxelles'. Se siente una soledad no deseada, así como una profesión vilipendiada que ha provocado que la protagonista esté manchada por una letra escarlata que se ha trasmitido de generación en generación en el pueblo en el que habita.
Ozon dirige una de las obras imprescindibles de 2024
Pero Ozon es muy juguetón, y 'Cuando cae el otoño' es un drama que hace honor a su nombre, pero que no olvida que su envoltura es un thriller. De ahí que la sensación de que alguien puede pasar, que un movimiento puede romper esa tranquilidad impostada se percibe en cada momento. Es entonces cuando el realizador opta por un estilo y una configuración de los personajes que recuerda a 'Bajo la arena', una de sus producciones más alabadas. En ambos casos, dos mujeres maduras se encuentran con una adversidad que puede ser también una liberación.
No obstante, en el caso de 'Cuando cae el otoño', se incide en la intriga que provoca que sea el espectador quien responda a sus propias preguntas. ¿Es Michelle es una manipuladora asesina? ¿Se trata de una anciana afable que ha sido víctima de las circunstancias? ¿Es acaso una mujer que opta por vivir en la ignorancia ante el temor de que la verdad la destruya?
Ozon lanza estas cuestiones al aire de manera magistral y con una protagonista excepcional: Hélène Vincent. Toca aplaudir fervorosamente en optar por perfiles protagonistas de cierta edad, que se salen también de lo entrañable o feel-good. De la misma forma, el cineasta trabaja de nuevo con una magnífica Josiane Balasko. Además, está Pierre Lottin, quien ofrece una mirada de lo más fascinante, ante las incógnitas que despierta su personaje. Mención también para Ludivine Sagnier y Malik Zidi, antiguos colaboradores de Ozon, quienes se reencuentran tras hacer estado los tres en 'Gotas de agua sobre piedras calientes', una de las cintas fundamentales del parisino.
'Cuando cae el otoño' resulta ser una de las obras más hipnóticas de Ozon, fascinante por una puesta en escena que muestra el peligro latente y sibilino y de cómo el 'amar demasiado' no significa que realmente se dé afecto desinteresado. El cineasta vuelve a demostrar ser uno de los más eclécticos de la industria actual gala, cuya versatilidad le permiten realizar títulos tan opuestos como este, 'Verano del 85', 'Frantz' o 'Swimming Pool'. Uno de los títulos esenciales de este 2024 que va llegando a su fin.