"The winner takes it all. The loser's standing small"
En 'Historia de un matrimonio', otra de esas películas con las que Netflix está retando a la industria tradicional y la temporada de premios, Noah Baumbach retrata el proceso de separación y divorcio de una pareja maravillosa, maravillosa de lo buenas personas que son y los buenos intérpretes que tienen detrás: Scarlett Johansson y Adam Driver.
Desde su premisa y equipo a los tres tráilers que promocionaron la película, uno narrado por él, uno por ella y uno conjunto; me hicieron creer que entraríamos en terreno neutral, en el fin del amor, tan irracional a veces como el propio enamoramiento, desde el punto de vista de ambos personajes por igual. Y me equivoqué.
Baumbach intenta, o al menos hace que creas que intenta, dar voz a ambos personajes durante el doloroso proceso de dejar ir a quien ha sido, durante tantos años, tu otra mitad. Pero aunque conceda a los dos su espacio, la balanza está inclinada y tras sus abundantes clichés, aliteraciones y manipulación emocional se esconde mucho resentimiento y altas dosis de victimismo. 'Historias de un matrimonio' toma partido y Charlie (Driver) es la víctima perfecta, no necesariamente de los caprichos de su exmujer y su sinuosa abogada, pero de una sociedad emasculadora y vengativa resuelta a castigar al hombre moderno, ese que es aliade y está implicado, por unos prejuicios heteropatriarcales supuestamente superados. Al menos esa parece ser su visión y Forocoches estaría de acuerdo.
La película comienza con una secuencia de montaje sobre dos cartas en las que Nicole y Charlie describen lo que les gusta del otro ante un mediador. Una representación romántica, idílica, y también muy real, muy realista, del amor y el matrimonio. Pero Nicole se niega a leerla en voz alta. Él no. Y es que el de Baumbach no es un discurso obvio que se imponga sobre la narración, el director, que también firma el guion, juega a lo sutil, pero es imposible que no emane ese subtexto de autocompasión y resquemor ante las mujeres que deciden controlar su propia historia. Y eso es lo que más me molesta de la que parece ser una de las mejores películas del año (ahora mismo tiene un 94% en metacritic), que finja ir a por un 50/50 cuando está pidiendo mucho más.
Cuando unos padres se separan, algunos hijos e hijas lo tienen todo por partida doble. Doble navidad, doble cumpleaños, doble paga. Pero mientras Nicole y Charlie presumen de una separación amistosa, Charlie tiene que empezar a conformarse con los restos de una vida, la de su hijo, y perder la suya propia obligado a viajar constantemente y abandonar Nueva York por Los Angeles si quiere mantener parte de la custodia. 'Historia de un matrimonio' no culpa directamente a Nicole de todas las concesiones que tiene que hacer Charlie para ser un buen padre, pero sí de entrar egoístamente en la red de un sistema penal injusto y unos abogados despiadados determinados a convertir una historia de amor en una guerra de trincheras, mientras poco a poco se convierte en una de ellos haciendo cada vez menos concesiones. Las buenas intenciones no son suficientes en la cultura de la confrontación. Además, la repetición de escenas, como ese Halloween idílico con la madre y desmoralizador con el padre; el fracaso contra el triunfo, el chalet contra el apartamento, la hostilidad de una nueva ciudad... todo está diseñado para hacernos sentir pena y compasión por un hombre dispuesto a cualquier cosa por complacer y que solo recibe soledad e indiferencia. La devoción en estado puro. Trampas y manipulación emocional en esencia.
Y ahora las cosas bonitas
Sus dos puntos fuertes son el trabajo de su elenco, sobre el que destacan entre sus secundarias una pletórica Laura Dern en el papel de la manipuladora abogada de Nicole, la ternura de Alan Alda y, como no, Merritt Wever, divertidísima y encantadora. Su otra gran baza es su afilado ingenio, en 'Historias de un matrimonio' Baumbach enreda muy bien drama y comedia yendo y viniendo de un tono a otro en una misma escena, restándole solemnidad a entregar los papeles del divorcio o haciendo realmente incómodo y desgarrador elegir la comida durante un encuentro entre abogados. Además, aunque partidista, hay que reconocerle el esfuerzo por encontrar puntos en común, por ser sensible a todos los personajes y no cuestionar, al menos con crueldad, sus decisiones y sus fallos. Pero sus 136 minutos y un autor con una mirada tan marcada no son suficientes para profundizar en los fallos del sistema judicial americano con sus códigos estatales, y mucho menos plantearse con objetividad los cambios sociales en el concepto de familia o la liberación de la mujer del yugo patriarcal, al fin y al cabo, como señala el personaje de Dern, "la idea de un buen padre se inventó hace solo 30 años".
'Historias de un matrimonio' no es la historia de un divorcio, es la historia del divorcio de Charlie, de su perspectiva, de su mirada masculina. Un 'Kramer contra Kramer' menos obvio, más de 2019, pero igual de partidista. Claro que será una de las mejores películas del año, claro que te estrujará el corazón y todos desearíamos que el divorcio de nuestros padres hubiese sido así. Lo que no es es la película que pretende ser.
Nota: 6
Lo mejor: Scarlett Johansson está impresionante.
Lo peor: Su discurso lleno de resentimiento y un punto de vista victimista y masculino del divorcio.