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CRÍTICA

'La trampa': Shyamalan sale a bailar

La nueva película de M. Night Shyamalan está contada desde el punto de vista de un asesino en serie huyendo de la policía. Cuenta con la música y el debut como actriz de Saleka, hija del director.

Por Luisa Nicolás Más 8 de Agosto 2024 | 10:30
Estoy a dos entrevistas de convertirme en mejor amiga de Shyamalan.

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'La Trampa'
'La Trampa' (Wrarner Bros.)

¿Por qué el cine de M. Night Shyamalan divide tanto? Desde 'El sexto sentido' no hay manera de que la crítica (y menos el público) se pongan de acuerdo con su cine - excepto con 'After Earth', todos navegamos en el mismo barco con esa - lo amas o lo odias, se suele decir de él, pero ¿qué hace de su cine algo tan controvertido? Creo que Shyamalan hace las películas solo para él y si tienes su misma sensibilidad o sentido del humor, pasa que te esperan emociones fuertes. Pero cuando digo para él, me refiero literalmente a eso, no para contarle algo al mundo desde su mundo interior, sino a usar el cine como herramienta y de paso como terapia. ¿Qué sus padres se hacen mayores? Vuelca sus miedos en 'Tiempo'; ¿qué tiene una crisis de fe? 'Llaman a la puerta'; ¿qué sus hijas no pueden dormir? Toma cuento con 'La joven del agua'; ¿qué la mayor de ellas se hace cantante? Hay que verla triunfar, pero de un videoclip nada, un thriller de asesinos en serie en medio de un concierto, eso sí, sin una gota de sangre, que sea para todos los públicos y a vender discos. El nepotismo en su máxima expresión. Pero es que ojalá el resultado de enchufar a un familiar saliese siempre tan bien, tan divertido y tan excesivo como en 'La trampa'.

Como en cada nuevo proyecto, ya de antemano cualquier obra del director se enfrenta a la expectativa del plot twist, que es menos frecuente en su carrera de lo que merece este sambenito. Pues como si se estuviera riendo de esta fama que le persigue, ya el primer tráiler nos desvela el truco de 'La trampa': el protagonista es el malo y a ti te toca jugar en su equipo. Josh Hartnett interpreta a un padre de familia entre semana y asesino en serie en sus ratos libres que lleva a su hija al concierto de una suerte de Taylor Swift para descubrir que todo aquel espectáculo es en realidad una trampa para atraparlo.

Shyamalan en el rodaje de 'La trampa'
Shyamalan en el rodaje de 'La trampa' (Warner Bros.)

Igual que no considero que su cine tenga tantos giros de guion dramáticos, tampoco Shyamalan es un director de terror, si acaso hace dramas en los que el miedo es el detonante (o contexto) para hablar de la naturaleza humana. En 'La trampa', sin embargo, invierte las dinámicas de su cine y pone el punto de vista en la fuente misma del mal y, además, elimina cualquier excusa sobrenatural. Cooper es un psicópata real, que disfruta tanto con el juego de matar como con el de las apariencias, de usar su estatus de hombre bien para la sociedad - blanco, clase media-alta, padre de familia y bombero - para sembrar el caos a la vista de todos y no ser nunca el sospechoso. Y el director disfruta igual que él con todas las oportunidades narrativas que esto le ofrece. 'La trampa' es su película más perversamente divertida y también la más tramposa. Valga la redundancia.

Como verdadero sello de identidad de su cine, la familia y la relación entre padres e hijos debe ser piedra angular. Sin embargo, todo el drama del bullying y lo extremadamente entregado que es Cooper con su hija queda deslucido en el juego del gato y el ratón que realmente interesa al público. Una pena para Ariel Donoghue, que está estupenda, creíble y adorable en esa etapa tan complicada de la vida que es la preadolescencia, pero toda esta trama es la primera de las víctimas de El Carnicero. Hartnett por su lado destila carisma y encanto con destellos de perturbado, la careta de padre enrollado esconde para el resto de personajes, pero no para el público, la emoción y el frenesí de jugar al despiste y a lo inesperado, de ser más astuto que la policía y el subidón de que el peligro te roce sin poder atraparte.

Josh Hartnett en 'La Trampa'
Josh Hartnett en 'La Trampa' (Warner Bros.)

Es curioso que la única de las películas de Shyamalan en la que no aparecen fantasmas, monstruos en el bosque, nereidas, playas mágicas o ningún hecho sobrenatural sea la que requiera mayor suspensión de la incredulidad para disfrutarla. 'La trampa' está plagada de artimañas sin ninguna verosimilitud para que la trama avance. Tenemos que aceptar el sinsentido de que con cámaras rodeando cada esquina del estadio, la inspectora sea incapaz de dar con Cooper haciendo explotar una cocina o colándose en la charla motivacional de los agentes. El guion es inteligente, pero no creíble, los personajes toman decisiones fortuitas abandonando toda lógica y, aún así, dentro de su coherencia interna, los flecos quedan bien atados. Y que el tráiler no te engañe, 'La trampa' no es la película que crees que es, la historia está dividida en 3 actos que van escalando el nivel de disparate cuando el asesino se transforma en un retorcido manipulador con una rival a su altura y después pasa a maestro del disfraz y el escapismo.

Nepotismo sí. Nepotismo bien

Y alrededor de todo esto hay un concierto. Saleka Shyamalan, hija mayor de Shyamalan, ya había puesto música a los trabajos de su padre antes, componiendo el tema principal de 'Tiempo' y varias canciones de la BSO de 'Servant'. Pero aquí la colaboración entre ambos va un poco más lejos: la artista ha escrito, interpretado y producido 14 temas originales para su alter ego, Lady Raven, que acompañan e interactúan con Cooper en lo diegético y lo extradiegético. Saleka se estrena además como actriz con mucha solvencia. No sé si queda alguien todavía que se crea el discurso de la meritocracia, y menos en Hollywood, una industria plagada de linajes de artistas, así que puestos a aplicar el nepotismo, al menos ellos lo hacen de frente y con talento.

Este escenario, literal y figurativo, da a Shyamalan la oportunidad de probar cosas nuevas como director, secuencias cargadas de información, escenas llenas de extras, una experiencia de luces, música y espectáculo como no había ofrecido antes. Y sin embargo nos quedamos con su faceta más intimista y siniestra, con los primeros planos de Cooper sonriendo como un desquiciado, con el reflejo en la tetera y los cúter que cambian de manos. En esa gestión del suspense y la autoparodia que pocos manejan tan bien.

'La trampa'
'La trampa' (Warner Bros.)

Mención especial merece el uso que el director hace de las redes sociales y el fenómeno fan, que tan fácil habría resultado caricaturizar y representar con el mismo desdén con el que los medios españoles retrataron a las y los fans de Swift disfrutando en el Eras Tour. Y sin embargo, aquí vemos como mínimo respeto y también cierta fascinación ante el poder que tiene tanta gente joven unida por una misma obsesión y armada con un teléfono móvil.

'La trampa' no tiene el fondo humano y conmovedor que trasciende la pantalla de sus mejores películas, 'La trampa' es un divertimento, es un thriller travieso y juguetón, una comedia oscura y un nuevo enfoque en el cine de asesinos en serie. Además de una maravillosa herramienta de promoción para Saleka. No le pidas más, Shyamalan ha salido a bailar y lo hace fenomenal.

Cuidado, que viene mini spoiler

Decía Steve Jobs que decía Picasso que "Los grandes artistas copian, los genios roban", igual no lo dijo ninguno de los dos, a saber, pero Shyamalan lo aplica bien. Si después de verla te ha gustado 'La trampa', te recomiendo leer 'Un buen matrimonio', un relato corto de Stephen King que se incluye en el recopilatorio 'Todo oscuro, sin estrellas', porque sin duda el director lo ha hecho.

7
Lo mejor: Lo bien que se lo pasa la película sin aleccionar a los jóvenes. Josh Hartnett está magnífico.
Lo peor: Requiere una suspensión de la incredulidad deasiado grande para su tono realista. Se nota que es una herramienta de promoción para su hija.