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CRÍTICA

'Parpadea dos veces': Sin olvido ni perdón

Zoë Kravitz demuestra sus capacidades como directora en un alocado y brutal thriller psicológico en el que Naomi Ackie, Adria Arjona y Channing Tatum se comen la pantalla.

Por Juan Pablo Bargueño Galeano Más 23 de Agosto 2024 | 10:33
Redactor y crítico en constante aprendizaje. El cine me ha enseñado a vivir.

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Naomi Ackie interpreta a Frida, una camarera obsesionada con el multimillonario Slater King
Naomi Ackie interpreta a Frida, una camarera obsesionada con el multimillonario Slater King (Warner Bros. Pictures)

Una de las verdades más crueles que afronta el ser humano, ser vivo consciente de su propia existencia, es que la felicidad solo es posible por medio de la ignorancia. Dicha ignorancia emborrona la realidad presente, pero también la pasada, llevando al olvido todo lo malo que es necesario desechar para levantarse cada mañana en la madrugada con una gran sonrisa hecha a medida y afrontar un maravilloso día sosteniendo la gran maquinaria del capital.

Este tema, que se ha abordado en todo tipo de obras, desde la literatura con 'Farenheit 451' de Ray Bradbury hasta el séptimo arte con 'El show de Truman' de Peter Weir, es adaptado a los tiempos en los que se concibe, como hace Zoë Kravitz en 'Parpadea dos veces'. Hoy en día la literatura no se quema, aunque sí arde en las manos, y las vidas privadas, incluso la de las mascotas, se hacen públicas a través de las redes sociales. ¡El espectáculo de vivir! No obstante, el problema de la contemporaneidad tiktokera conlleva a un olvido hipnotizante, como si cada segundo malgastado en experimentar una sensación nueva borrase por completo la anterior, y así, al igual que un hechizo vuduista, el hipnotismo digital se esparce por el mundo, logrando que los problemas de verdad, aquellos que amenazan con la vida de las personas, se olviden en lo que se tarda en deslizar un reel de Instagram.

Naomi Ackie junto a Adria Arjona, quien vuelve a demostrar que nació para brillar en la gran pantalla
Naomi Ackie junto a Adria Arjona, quien vuelve a demostrar que nació para brillar en la gran pantalla (Warner Bros. Pictures)

Reitero, Kravitz reflexiona sobre este problema en su ópera prima, apuntando a muchos lados a la vez (puede que a demasiados), pero principalmente a la impunidad de las figuras de poder ante el abuso de mujeres, sobre las que se acaba posando la culpa. Todo parte de una historia centrada en Frida (Naomi Ackie), una camarera obsesionada con Slater King (Channing Tatum), un oligarca dueño de una tecnológica que está en pleno proceso de penitencia para expiar sus pecados de hedonista multimillonario. Frida es contratada para trabajar en una gala de recaudación de fondos para la empresa de Slater King (ciertamente, el nombre es para salir corriendo), donde llama la atención del empresario, que acaba invitándola a pasar unas vacaciones en su isla privada junto a sus amigos. El idilio tropical comienza a desvanecerse cuando, tras una serie de sucesos extraños, Frida empieza a cuestionar su presencia y la de las demás mujeres en la isla.

La cinta, que se estrena el 23 de agosto, recoge en exceso, sobre todo al principio, el estilo de Jordan Peele con su humor delator, una puesta en escena que esconde detalles en su profundidad y en el fuera de campo, y un expresivo descaro con el que consigue distraer al espectador para el gran truco de magia final. Kravitz cita visualmente a la perfección (incluso, el título es producto del diálogo, tal cual se formula en 'Déjame salir' y 'NOP'), pero avanza desarrollando una voz propia muy influenciada por el dinamismo de Spike Lee y la New Black Wave estadounidense, formulando un thriller psicológico enloquecido por una ristra de cortes de salto, planos detalle de objetos punzantes cortando cosas que rememoran el adelantamiento simbólico de la violencia del slasher, y un montaje alterno construido con precisión milimétrica.

Slater King y Frida cenan en compañía, viviendo un sueño paradisiaco
Slater King y Frida cenan en compañía, viviendo un sueño paradisiaco (Warner Bros. Pictures)

En ocasiones, esta construcción narrativa resulta excesiva y abrumadora, y se echa en falta más detenimiento, sobre todo si se tiene en cuenta lo rápido que se desperdicia una notable fotografía y puesta en escena que subraya un estado de ensoñación marcado por un bellísimo fondo distorsionado por las lentes anamórficas y una heterodoxa banda sonora que, curiosamente, recuerda a la de 'Pobres criaturas'. El punto de inflexión llega con una escena que reúne a su hinchado reparto (lo cual siempre es una dificultad añadida) en una conversación cruzada en una mesa en la que se pierde por completo el sentido, debido a una necesidad imperante de ensañarse con el corte como en aquella famosa escena de 'Bohemian Rhapsody' en la que se realizan 52 cortes.

Este planteamiento puede ser el único pero que se le puede poner a Kravitz, que a pesar de no dejar que sus personajes fluyan y cobren vida en esta escena en particular, resurge con una evolución argumental sorprendente en la que destaca el trabajo de Channing Tatum en un papel con reminiscencias al Gatsby de F. Scott Fitzgerald, aunque sin su profundidad (es el mal personificado) y que, por raro que pueda llegar a sonar, logra recordar al Daniel Plainview de Daniel Day-Lewis en su afamada escena de falso arrepentimiento en 'Pozos de ambición'; el de Naomi Ackie como una mujer interesada que acaba separándose del entumecimiento del idealismo mediante el dolor, evolución que queda sellada en todo momento en su rostro y mirada, y el de Adria Arjona, actriz nacida para brillar en la gran pantalla y cuyo protagonismo aumenta progresivamente, aportando un lado cómico inesperado que encaja exquisitamente, oxigenando al filme, demostrando una vez más su capacidad de entendimiento del ritmo cinematográfico.

'Parpadea dos veces' cuenta con un gran elenco entre los que se encuentran Simon Rex, Alia Shawkat y Christian Slater
'Parpadea dos veces' cuenta con un gran elenco entre los que se encuentran Simon Rex, Alia Shawkat y Christian Slater (Warner Bros. Pictures)

La metáfora desviada y sus contradicciones

A lo que juega 'Parpadea dos veces' es a la metáfora a través de la conspiración, estrategia argumental que empieza a ser común. Y cuando se revela la verdad en un juego dialéctico que trata de discernir el perdón del olvido, Kravitz apuesta por representar el lado reprimido de la feminidad por medio de la brutalidad, que surge como un grito desesperado ante el abuso. De hecho, resulta contradictorio que en este momento epifánico Kravitz se serene, levantando el pie del acelerador y posando sobre su historia un espacio demoledor.

Se comienza a sentir el peso de una verdad dolorosa, contradiciendo a la disparatada paz del principio de la película, decisión interesante, pues aunque el frenesí de la desesperación normalmente encontraría una sinergia con las imágenes, en este caso su directora opta por representarlo con más sencillez y pausa, algo que adelantaba en su primera mitad con el uso de lentos zooms en pequeños momentos de discordancia con la atmósfera paradisíaca.

Finalmente, se entreteje una mezcolanza de recursos que llegan a rozar el género de terror y que llevan la metáfora por derroteros inesperados, característicos de los sueños húmedos de una burguesía aspiracional que fundamenta sus necesidades en el poder y nada más. Esta lección sobre el empoderamiento femenino se erige con autoridad y convencimiento hasta su resolución, que, finalmente, llega a unas conclusiones socialmente discutibles y que, en relación con la evolución de su protagonista, resultan incoherentes y, posiblemente, equivocadas.

7
Lo mejor: Las decisiones de Zoë Kravitz y su manejo del suspense, y las actuaciones de Channing Tatum, Naomi Ackie y Adria Arjona.
Lo peor: El reiterante uso de un estilo alocado que llega a ser abrumador y un desviamiento de la metáfora al final de la cinta.
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