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CRÍTICA

'Dehesa, el bosque del lince ibérico': La llamada de la biodiversidad

Crítica de 'Dehesa, el bosque del lince ibérico', documental dirigido por Joaquín Gutiérrez Acha, creador de obras como 'El latido del bosque', 'Guadalquivir' o 'Cantábrico'.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 9 de Octubre 2020 | 09:05
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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España es uno de los países europeos con mayor biodiversidad en sus ecosistemas, gracias a los diferentes tipos de clima que conviven en la misma península. Como si de una trilogía natural nacional se tratase, el documentalista Joaquín Gutiérrez Acha, quien ya retrató con gran excepcionalidad la belleza de la flora y la fauna de la ribera del río Guadalquivir y lo esencial de mantener y proteger los bosques y las montañas de la Cordillera Cantábrica, mira hacia los prados y los pastizales en el magnífico largometraje 'Dehesa, el bosque del lince ibérico'.

Dehesa

Como sucedía con 'Cantábrico', Gutiérrez Acha divide el filme entre las cuatro estaciones, de manera que permite al público entrar de lleno en la realidad de la dehesa y cómo cambia del invierno a la primavera y de esta al verano y luego al otoño. De esta manera, el documental se postra ante las diferencias de cada época, en la que la flora y la fauna van evolucionando, siempre teniendo al lince ibérico como principal nexo de unión, como sucedía con el oso pardo en el anterior filme del documentalista.

Porque en cada escena del documental, Gutiérrez Acha muestra la belleza del ecosistema -le llevó dos años de rodaje-, al que presenta por su singularidad, pues la dehesa deriva del bosque mediterráneo y es una consecuencia del pacto entre el ser humano y la propia naturaleza, debido a que nació de la actividad humana, al ser la explotación agroganadera otra de las protagonistas de este relato (con la irrupción del toro bravo o el cerdo de bellota) en el que las encinas, los alcornoques, las hayas y los pinos forman un escenario que se ha convertido en fuente de recursos, como también en un sistema en el que flora y fauna han podido desarrollarse para formar ese círculo virtuoso con la intervención del humano.

Un majestuoso retrato de uno de los ecosistemas propios de la Península Ibérica

Ese punto de equilibrio es mostrado a través de hermosas escenas de los animales silvestres que habitan en la zona. Quizás el lince sea el actor principal en este retrato, pues es una de las especies más amenazadas de la Península Ibérica, pero también hay espacio para otra fauna, como los conejos, el águila imperial, las lechuzas o la mantis religiosa; así como también a las aves migratorias que pasan por la dehesa o especies que han llegado como consecuencia del cambio climático, como la mangosta. También hay espacio para la flora, al ver florecer las amapolas o las peonías y recordando la importancia de los insectos para la reproducción de las flores.

Dehesa

Pero no todo es belleza en esta narración. Como sucedió con 'Cantábrico', Gutiérrez Acha advierte de los peligros del cambio climático, así como también de la aparición de especies invasoras y de cómo estas contribuyen a las amenazas que padecen las dehesas. Es más, en el filme se hace más explícita esta advertencia, pues se muestran un mayor número de imágenes de las consecuencias que el ecosistema ya sufre y cómo esto afecta tanto a la flora como a la fauna de la zona, siendo varias especies endémicas de la región y en peligro de extinción.

Una experiencia sensorial

Gutiérrez Acha es certero en la parte visual y también en la narrativa. Tiene un mensaje muy claro sobre lo que quiere mostrar y aprovecha los avances tecnológicos para que sean siervos de la propia naturaleza. Hay secuencias de increíble belleza gracias a su precisión a la hora plasmar el movimiento de las aves o el florecimiento de las flores, eso gracias a una magistral dirección de fotografía, obra también del documentalista.

Dehesa

Pero esto también ha podido lograrse gracias a una espléndida labor de sonido, obra de Carlos de Hita, quien también ha sido el autor del guion que narra la actriz de doblaje Elsa Pinillos, cuya voz transmite una carga dramática que adereza el relato de forma sublime. Aplauso también para Victoria de la Vega, cuya banda sonora retrata de manera certera el relato de lo que las imágenes. No había mejor puesta de largo para la compositora -es su primer trabajo en un largometraje- que este titánico desafío.

'Dehesa, el bosque del lince ibérico' parece la clausura de una trilogía, ojalá no sea así. Gutiérrez Acha es, sin duda, el gran documentalista naturalista de la generación actual, heredero de Luc Jacquet, Jacques Perrin y Jacques Cluzaud. Una experiencia sensorial, casi sinestésica, que trae a la gran pantalla la majestuosidad de la dehesa.

Nota: 8

Lo mejor: Su espléndida fotografía, sonido y banda sonora y la forma en la que muestra la belleza de las dehesas. Su mensaje medioambiental y advertencia sobre las consecuencias del cambio climático son esenciales.

Lo peor: No deleitarse con la película en el cine, su calidad visual está hecha para la gran pantalla.

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