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CRÍTICA

'Del inconveniente de haber nacido': El Prometeo posmoderno

Crítica de 'Del inconveniente de haber nacido', dirigida por Sandra Wollner, escrita por Wollner y Roderick Warich. Premio Especial del Jurado de la sección Encuentros del 70º Festival de Berlín.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 26 de Febrero 2021 | 10:11
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Las cineastas europeas parecen haber decidido ahondar por caminos espinosos de controversia. A diferencia de sus colegas varones, directoras como Jessica Hausner, Malgorzata Szumowska, Lili Horvát o Dea Kulumbegashvili han mostrado una mirada e identidad propia, en las que enfrentan cara a cara a la polémica. Es el caso de Sandra Wollner, cuyo segundo largometraje, 'Del inconveniente de haber nacido', llega ahora a salas comerciales españolas. Premio Especial del Jurado de la sección Encuentros de la 70ª edición del Festival de Berlín, el filme parece la versión perversa del cuento de 'Pinocho'.

Precisamente es 'Pinocho', así como también el mito de Frankenstein, los principales referentes de este Prometeo posmoderno, un androide convertido en una niña de 10 años (Lena Watson), que viene a satisfacer los deseos de un padre (Dominik Warta) pedófilo que es víctima de sus propios tormentos del pasado. Wollner, quien firma el guion junto con Roderick Warich, configuran un relato aséptico y nihilista, con el que exploran los traumas, los deseos prohibidos y las frustraciones que oculta el ser humano.

Del inconveniente de haber nacido

Wollner crea una atmósfera cargada, con una casa burguesa de las afueras de una Viena distópica, en la que los autómatas sirven para suplir carencias afectivas, sexuales y también de diversas índoles. Lejos de hacer un retrato amplio de ciencia ficción, en la línea de 'Inteligencia Artificial' o 'Yo, robot'; Wollner crea un relato más cercano, del día a día, que bien podría ser la respuesta costumbrista y pérfida de 'Ex Machina'. Debido a la naturaleza del padre protagonista, la cineasta opta por narrar una historia fría, que pueda ser vista con distancia, debido a lo grotesco de ciertas imágenes.

Una obra polémica desde su concepción

Envuelta en un halo de sigilo, 'Del inconveniente de haber nacido' hace referencia en su título al ensayo del rumano Emil Cioran, en el cual se encuentran varios aforismos y reflexiones sobre la vida, la muerte, la reencarnación o el absurdo de vivir. Ese espíritu escéptico y antinatalista se plasma en el retrato que hace Wollner del robot. De ahí que se considere lo opuesto a 'Pinocho'. Mientras que en la obra de Collodi, la marioneta cobra vida y aprende a diferenciar el bien y el mal, formando así su propio juicio; Elli, el androide de la cinta, es un contenedor de recuerdos ajenos y su única voluntad es servir al humano que lo ha programado.

Del inconveniente de haber nacido

Por ello, la pequeña pronuncia frases que hielan la sangre, en las que sus dueños transmiten sus mayores frustraciones, traumas y perversiones. Primero en el caso del progenitor pedófilo, luego en otro propietario, una anciana (Ingrid Burkhard) que busca reencontrarse en vida con su hermano pequeño, fallecido 60 años antes. Ser dos niños diferentes, de personalidad, sexo y época, provocando una especie de crisis de identidad en el autómata protagonista, pues, cabe recordarlo, el personaje principal, siendo su mirada la que lleva la trama y al público.

Obra atrevida, cuyo interesante planteamiento tiene el mismo defecto que la reciente 'Little Joe' o 'Beginning', pues Wollner deja algunos momentos de reposo que bien hubieran valido ser más escuetos. Por otro lado, la cineasta opta en su tramo final por entremezcla realidad y sueños, provocando cierta confusión a los espectadores, pues su alegoría del problema de haber nacido queda algo desdibujada. No obstante, eso no impide dejarse llevar por el hipnotismo que desprende el filme, a la par que horroriza. Wollner aspira a seguir los pasos de la más que mentada Hausner, incluso de Liliana Cavani, con una mirada futurista y distópica; así como también es una respuesta femenina al cine de Yorgos Lanthimos. Sin duda, ahora son las cineastas las que se atreven a adentrarse en un terreno tan espinoso como el visto en esta propuesta.

Nota: 6

Lo mejor: La transición del androide de un dueño a otro.

Lo peor: Su parte final estropea lo que hubiera sido una atrevida alegoría sobre el peso de vivir y el lado perverso del deseo y la frustración.

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