Se ha comentado en más de una ocasión cómo la industria cinematográfica francesa ha encontrado en sus producciones feel-good una de las mejores formas de exportar su cine, más allá de los largometrajes que triunfan en festivales o los thrillers. Más allá de eso, hay que destacar cómo sus dramas o comedias románticas se han salido de las costuras que suelen mostrar Hollywood, con protagonistas diferentes, como es el caso de 'El despertar de María', ópera prima de Lauriane Escaffre e Yvonnick Muller.
Ganadores del César al mejor cortometraje por 'Pile poil', en la que ya mostraron cierta sensibilidad por las historias protagonizadas por personajes cotidianos; con 'El despertar de María', los cineastas, quien firman también el guion y tienen personajes de reparto en la cinta, ponen como protagonista a una mujer de la limpieza de mediana edad, cuya vida ha estado encajonada desde hace muchos años y que nunca ha aspirado a nada más que llegar a fin de mes y tener algún encuentro con amigos del barrio los fines de semana.
Escaffre y Muller optan por una protagonista que tras fallecer la anciana a la que le limpiaba la casa y le cuidaba, entra a trabajar como limpiadora en la Escuela de Bellas Artes de París, una de las más prestigiosas a nivel internacional. La institución no solo le impulsará para autodescubrirse, sino para darse una nueva oportunidad en el amor. Es ahí donde la cinta triunfa y la acerca a esas joyas que son 'Rosalie Blum', 'Luces de París' o '50 primaveras', en las que sus personajes principales eran mujeres de mediana edad, con profesiones cotidianas y alejadas de cualquier concepción glamurosa.
Karin Viard derrocha carisma con un personaje atípico en su filmografía
Aquí se ve la habilidad de Karin Viard para meterse en el papel de una mujer que tras pasar los 50 años se da cuenta de que el mundo es mucho más grande que el barrio en el que vive. La intérprete tenía el desafío de transmitir lo mundano de un papel que debía transmitir la sensación de ser una mujer que puede encontrarse en el metro o esperando al autobús. Viard, precisamente, ha solido meterse en la piel de mujeres que son todo lo opuesto (como en 'Las apariencias' o 'Tokyo Shaking'). De ahí, el reto.
El resultado es una simpática comedia romántica, que conquista por el carisma de sus protagonistas. A Viard le acompaña Grégory Gadebois, quien muestra su cara más amable. El actor lleva una racha en la que sabe compatibilizar personajes duros o inhóspitos, como en 'Marvin ou la belle éducation' o 'Police' a otros entrañables como en 'Delicioso' o 'Esperando a Mr. Bojangles'. En este caso, Gadebois se mete en la piel de un bedel que lleva demasiados años trabajando en la Escuela de Bellas Artes y quien se convierte en el confidente de los alumnos. Gadebois ya había interpretado al carnicero entrañable de 'Pile poil', lo que le convertía en el candidato ideal para encarnar a este conserje cuyo encuentro con María le llevará también a darse cuenta de que el mundo es mucho más grande.
Comedia simpática, con cierto pedigrí, 'El despertar de María' vuelve a demostrar la habilidad del cine francés para traer el buen espíritu del cine feel-good a la gran pantalla. Una ópera prima de un tándem de directores cuyo estilo bien podría ir en la línea del cine de los hermanos Foenkinos.
Nota: 7
Lo mejor: La química de sus protagonistas.
Lo peor: Su final se siente precipitado, su trama resulta demasiado predecible y sus personajes secundarios no aportan nada.