Lo que para muchos es considerado una especie de subgénero, para otros tantos puede llegar a ser un verdadero suplicio. La referencia viene dada hacia esa proliferación (cada año más inabarcable) de las películas (y telefilms) con temática navideña, casi siempre bajo el anodino prisma de feel goof movie con intento de drama lacrimógeno de por medio, las cuales vienen a jugar su carta en la tan manida pornografía sentimentaloide, donde tienen tanta cabida desde insulsas historias románticas hasta intentos de tragedia familiar con moraleja de por medio (o incluso jugándoselo todo al jaque mate que supone la enfermedad terminal).
Como no podía ser de otra forma, tal exceso de propuestas ha llegado a la pequeña pantalla, refiriéndonos a esta como la ventana desde la que poder acceder a todo ese contenido que nos brindan, de forma exhaustiva, las diferentes plataformas cada semana. Y en vísperas del periodo navideño, qué mejor que ampliar el catálogo de Netflix que con una miniserie de tres episodios sobre una familia, cuya historia viene a contarse en tres Navidades diferentes en la cronología de esta y en la que conoceremos los secretos y traumas que giran en torno a cuatro hermanas en tres etapas clave de su vida: la preadolescencia, la madurez y la edad adulta.
En algunas sinopsis, hacen referencia a esa última etapa hablando de la tercera edad, a la cual parece ser que quedan adscritas sin miramientos Verónica Forqué, Victoria Abril, Ángela Molina y Charo López, las cuatro espléndidas intérpretes que, a pesar de ser tachadas de ancianas, son las que consiguen levantar el entuerto que supone 'Días de Navidad', que en su primer episodio ya vuela demasiado bajo por cómo se nos presenta su trama, y que de cierta forma logra remontar algo al llegar a su ecuador.
Lo que podría aventurarse como un problema de guion irregular, cuyo mejor momento llegará cuando se avecine su clímax, es en realidad un asunto que va mucho más allá que eso, ya que la propuesta que Pau Freixas ha dirigido es la clara muestra de que, pese a su ya larga trayectoria como realizador de televisión (y de cine, en menor medida), la dirección de actores es algo que aquí no ha sabido llevar a buen puerto.
De forma totalmente opuesta a lo que demostró en 'Pulseras rojas', Freixas parece haberse olvidado por completo de dirigir a un elenco sustentado por un casting un tanto inexperto frente a las cámaras (cuando nos presenta la historia más lejana en el tiempo), notándose cierta sobreactuación y restándole naturalidad a un producto que, cuando mejor siente, será cuando abrace el puro costumbrismo en el que se desenvuelven sin problema las cuatro citadas damas de nuestro cine.
Con Alicia Borrachero, Elena Anaya, Verónica Echegui y Nerea Barros destacando por encima de sus otros compañeros de reparto, cabe dar las gracias a que la trama del segundo episodio empieza a dar forma a los dramas personales de cada una de las protagonistas, allanando el camino completamente para la llegada de las ya adultas Esther, María, Adela y Valentina, quienes se mueven delante de la cámara con toda la soltura y aire fresco que precisa esta historia con intento de moralina pueril, excusa tan utilizada en este tipo de propuestas navideñas.
Ni estamos ante la 'Love Actually' española, ni el drama viene a ser el émulo español al 'Cuento de Navidad' de Dickens, pero quizá le hubiera faltado algo más sugerente en toda la presentación de los arcos argumentales de cada una de las protagonistas, cuyas vidas cruzadas resultarán ser algo más cercano a un especial navideño de 'El secreto de Puente Viejo', que una miniserie dramática a la que tomarse en serio y con la que es imposible no aburrirse.
Nota: 4
Lo mejor: Las cuatro protagonistas en su edad adulta.
Lo peor: La falta de manejo a la hora de llevar a la gran mayoría de secundarias.