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CRÍTICA

'Dilili en París': Maravillosa fábula social

Crítica de 'Dilili en París', dirigida y escrita por Michel Ocelot. Ganadora del premio César al mejor filme de animación, presentada en la sección Enfants Terribles del 56º Festival de Gijón.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 31 de Mayo 2019 | 18:40
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Imagen de 'Dilili en París'
Imagen de 'Dilili en París' (La Aventura Audiovisual)

Por fin, 14 años después del estreno de 'Kirikú y las bestias salvajes', llega a cines españoles un título dirigido por Michel Ocelot, el gran cineasta de la animación europea. Tras una temporada enfocado en los relatos con sombras chinescas, las aplaudidas 'Los cuentos de la noche' e 'Ivan Tsavéritch et la Princesse changeante', que pertenecen a su serie 'Ciné si'; el realizador trae una obra original que, sin duda, aspira a convertirse en un clásico de la animación francesa contemporánea: 'Dilili en París', ganadora del César al mejor largometraje de animación y presentada en la sección Enfants Terribles del 56º Festival de Gijón.

Dilili en París

Año 1900, en el París de la Belle Époque, un año después de la celebración de la histórica Expo de la capital gala, llega Dilili, una niña mestiza proveniente de Nueva Caledonia. Protegida por una condesa, la pequeña conocerá en la ciudad a Orel, un joven repartidor, de carácter alegre, que lleva encargos en su motocicleta. Juntos investigarán una serie de misteriosas desapariciones de niñas y chicas jóvenes, que está causando pavor en la Cité de la Lumière. En este enigma conocerán a célebres figuras históricas, como Monet, Renoir, Rodin, Marcel Proust o Camille Claudel. Todos ellos ayudarán a Dilili a encontrar a las niñas desaparecidas y a descubrir los planes de una malvada organización llamada los Machos-Amos.

El regreso de Michel Ocelot al cine

Primero toca agradecer a la distribuidora La Aventura Audiovisual que haya querido traer a cines española esta magnífica propuesta cinematográfica. Desde el estreno de la ya citada 'Kirikú y las bestias salvajes', el cine de Michel Ocelot había estado ausente en la cartelera española, pese a haber estrenado en el resto del mundo títulos imprescindibles de la animación actual como 'Los cuentos de la noche' o la tercera parte de 'Kirikú'.

Dilili en París

Michel Ocelot es un narrador que recupera el espíritu de la antigua fábula infantil, aquella con la que los niños aprendían temas adultos bajo una apariencia liviana. En 'Kirikú y la bruja', el cineasta creó a un niño protagonista sagaz, capaz de mirar más allá de los estereotipos. Una fábula que, además, revindicaba y dignificaba a la figura de la mujer considerada "bruja", pese a ser una víctima. Esa esencia puede verse en, la que puede considerarse, heredera del niño africano, puesto que Dilili tiene la audacia y el valor del pequeño protagonista del primer largometraje de Ocelot.

De ahí, que el filme tenga cierta esencia de cuento, con un París lleno de color y diversidad. Ocelot es muy inteligente al elegir el año 1900, momento en el que confluyeron en la capital francesa ilustres figuras históricas, de todos los ámbitos, desde el científico hasta el artístico. De ahí, que el largometraje tenga también un discurso político y reivindicativo, que muestra que el progreso y la igualdad son tesoros que deben protegerse como sociedad, especialmente cuando el cineasta introduce la figura de los Machos-Amos (Mal-Maîtres), cuyos miembros ejemplifican a esa sociedad machista y misógina que desprecia a las mujeres.

Una obra maestra contemporánea con un imprescindible alegato feminista

Porque sí, 'Dilili en París' es un alegato feminista que mira a los niños. Ocelot hace pedagogía con una cinta que se convierte en obra didáctica que vela porque el público más joven se críe con conceptos de igualdad. Por ello, introduce figuras ilustres en la historia del siglo XX como artistas de la talla de Picasso, Toulouse-Lautrec, Rodin o Modigliani, como también compositores como Claude Debussy o Erik Satie o científicos e ingenieros como Louis Pasteur o Gustave Eiffel, o figuras del espectáculo como Monsieur Chocolat.

Sin embargo, las que resaltan en esta fábula de época son las mujeres, a las que Ocelot reivindica como piezas fundamentales de la historia. Figuras ilustres que fueron pioneras del movimiento feminista como la activista Louise Michel o la escritora Colette; artistas como la soprano Emma Calvé o la actriz Sarah Bernhardt; científicas como Marie Curie. Son ellas, junto con la pequeña Dilili, las que deslumbran y las que ejemplifican la lucha a favor de una sociedad igualitaria en la que las mujeres tienen el papel destacado que merecen.

Dilili en París

Junto con un mensaje poderoso, reivindicativo y una heroína magnífica, que recuerda, por su curiosidad, a la Alicia de Lewis Carroll, Ocelot vuelve a deslumbrar con una animación fascinante, que desprende imaginación y artesanía. A diferencia de los creadores estadounidenses, el cineasta francés (criado en Guinea) busca un estilo de animación innovador, cercano a ese espíritu de fábula. Eso sí, Ocelot da un paso más, al combinar esa animación con fotografías reales de París, logrando que la Ópera de Garnier, el Musée de l'École de Nancy, la casa de Rodin o las calles de Montmartre brillen con todo su esplendor, unido a una animación que consigue transmitir esa sensación de estar ante una fábula. De hecho, en sentido artístico, 'Dilili en París' está muy relacionada con 'Azur y Asmar' y los fondos de los títulos de la saga 'Ciné si'.

'Dilili en París' es una joya cinematográfica, una obra maestra contemporánea, cuyo mensaje de igualdad y su carácter feminista la convierte en un título imprescindible para ver en familia. Michel Ocelot regresa por la puerta grande a la gran pantalla, con un filme que, sin duda, se ha convertido en uno de los mejores estrenos de este 2019.

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Lo mejor: Su fascinante animación, su mensaje feminista, su impulso de educar en cine y, por supuesto, su heroína protagonista: Dilili.
Lo peor: Pensar que pasarán unos años hasta que Michel Ocelot vuelva a los cines.
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