'12 Valientes', basada en la novela 'Soldados a caballo' escrita por Doug Stanton, relata la historia real de una docena de soldados, el comando 595, que llevó a cabo una de las mayores proezas de la historia reciente de Estados Unidos. Nicolai Fuglsig abre su ópera prima con numerosas imágenes de archivo que muestran atentados ocurridos en territorio americano antes del 11-S, que se presenta como punto de partida de la historia. Este prólogo, narrado a través de los ojos de la acomodada familia de Mitch Nelson, un agente de las Fuerzas Especiales interpretado por el notable Chris Hemsworth, será el detonante que provoque la partida de nuestros héroes hacia Afganistán, "el cementerio de muchos imperios".
Dicho punto de vista provocará que conectemos rápidamente con el discurso del film, que avanza rápidamente en su presentación. Hemsworth abandona el martillo de Thor para embarcarse en un conflicto bélico a la orden del día junto a compañeros de la talla de Michael Shannon, Michael Peña o Navid Negahban. Tras enfrentarse a su primer obstáculo (que resuelve prácticamente sin oposición), su comando, al que ha estado entrenando durante dos años, será el primero en contrarrestar el atentado a las Torres Gemelas. Una vez en suelo afgano, combatirán y arriesgarán sus vidas en honor a la patria estadounidense. La película regalará en su inicio hermosas (y un poco forzadas) postales de guerra al ritmo de un montaje ligero que recrea una ambientación estupenda para despertar el interés del espectador.
Superado este tramo de '12 Valientes' (aún expectantes), Mitch Nelson y sus soldados llegan al Álamo, un terreno desértico y en ruinas que plasmaría a la perfección la desolación de nuestros personajes y del entorno. Allí se reunirán con el General Dostum de la Alianza del Norte (Navid Negahban), quien conoce a la perfección el peligroso campo de batalla. Lo realmente interesante y aprovechado del guion en cuestión se sitúa en este tramo, donde el capitán Mitch Nelson deberá ganarse la confianza del General para unir fuerzas en la cercana contienda. Empero, Dostum no le pondrá las cosas fáciles al americano, al que sondea constantemente para descubrir hasta cuánto está dispuesto a arriesgar. Este contrapunto entre los dos hombres será el principal hilo conductor que nos anime a continuar.
La acción será desarrollada como una carrera a contrarreloj, ya que deberían cumplir con la misión en un periodo inferior a 21 días. Este elemento, cómo no, cumple una función decisiva en el relato, ya que con su enunciado promete una larga lista de obstáculos que deberán ser superados y nos mantendrán al borde del asiento. Como bien sabemos, si los protagonistas toman la ciudad de Mazar-e Sharif, habrán vencido; sin embargo, son inferiores en número (un tópico más que quemado en este tipo de largometrajes), lo que complicaría mucho su misión. Aun así, no es de extrañar que su reducido comando sea el encargado de desmantelar al ejército talibán, puesto que, a lo largo del visionado, comprobamos que los personajes son capaces de sobrevivir a la explosión de varias bombas a dos metros de sus cuerpos o de esquivar misiles mientras montan a caballo. Lo que viene a denominarse como realismo puro y duro.
Aun contando con un reparto que podría haber estado a la altura, entre los mayores errores de '12 Valientes' se encuentra el poco trabajo sobre los personajes previo a la batalla armada. La falta de profundización en sus conflictos nos provoca que a la hora de la verdad, que llega casi a la mitad del visionado (algo un tanto contradictorio), no consigamos empatizar con ninguno de los soldados. Este hecho ocasiona que, además de contemplar una amplia gama de personajes planos y estereotipados dibujados en mil películas del género, no queramos acompañar a los "valientes" al campo de batalla, que impregnará los demás minutos del largometraje. El punto final lo establece la aparición de Elsa Pataky dando vida a la mujer de Chris Hemsworth en la ficción. A pesar de que su inclusión en el reparto era uno de los reclamos de la cinta, lo cierto es que Pataky no cumple mayor función que la de sentirnos más identificados con su marido (los escasos cinco minutos en los que aparece en pantalla tampoco ayudan mucho a su desarrollo).
Cuidado con lo que contamos
'12 Valientes' es otro alarde estadounidense y se siente orgullosa de serlo, cosa que intuimos desde los primeros minutos; sin embargo, eso no exime a la película del mensaje de odio con el que constantemente bombardea al espectador. De la película nos llevamos dos escenas a la hoguera: la primera, la recreación del terrible asesinato de una mujer afgana a mano de los talibanes tras ser descubierta impartiendo educación a sus hijas menores de 8 años. Sin duda alguna, la imagen más espeluznante del film que es capaz de clavarse en nuestras retinas durante la proyección. A pesar de la buena ejecución de dicha secuencia, ¿qué otro mensaje más allá del odio existe para mostrar tal atroz metraje que, por otro lado, no aporta nada a la narración? La segunda, cómo no, es la escena en la que el personaje de Hemsworth podría haber sido poseído por el espíritu del mismísimo Don Quijote al lanzarse él solito hacia la zona atacante con el fin de coger las coordenadas exactas para bombardear la zona.
El relato, muy objetivo por su parte, omite todas las intervenciones de ejército estadounidense en otro país. La visión patriótica del director ensucia lo que podría haber sido un relato más intimista y profundo sobre la condición humana o la devastación del conflicto con Oriente Medio, un tema de máxima actualidad. Nos sería difícil diferenciar '12 Valientes' de cualquier otra película bélica. Ni que decir de lo lejos que se encuentra del ejercicio que plantean obras contemporáneas como 'Hasta el último hombre' o 'La noche más oscura', aunque tampoco creemos que lo pretenda. Sin capacidad de autocrítica, la cinta deslumbra heroicidad por todos los poros. De nuevo, estamos ante un héroe bueno más que bueno que sólo cumple con su deber y salva a todos.
Nota: 4
Lo mejor: El tanteo del general Dostum a Mitch y la mirada de Michael Shannon, capaz de hipnotizar a cualquiera.
Lo peor: ¿Dónde queda la objetividad?