Channing Tatum ha vuelto al cine por todo lo alto. El actor de 'Magic Mike' se tomó un descanso de varios años y ha regresado con dos de los estrenos más potentes de lo que va de año en Estados Unidos, 'La ciudad perdida', que llegó a nuestros cines la semana pasada, y 'Dog. Un viaje salvaje', que se estrena este viernes. Las dos películas han superado las expectativas en su país, devolviéndole su estatus taquillero después de una temporada alejado del cine, salvo por algún que otro cameo, y demostrando que aun hay hueco para las películas originales no asociadas a una marca establecida.
Si en 'La ciudad perdida', Tatum recorría la jungla junto a Sandra Bullock en una comedia romántica de acción, en 'Dog. Un viaje salvaje', el actor nos propone otro tipo de viaje, un road trip por Estados Unidos acompañado de una perrita. Además de protagonizarla, la película supone el debut en la dirección para Tatum, que comparte labores con su productor de confianza, Reid Carolin, con quien además escribe el guion.
'Dog. Un viaje salvaje' es un proyecto muy personal para Tatum, ya que la historia está inspirada en la relación con su propia perra, con la que la protagonista canina del film comparte nombre, Lulu, y el viaje que realizó junto a ella antes de morir.
Emociona, pero no empalaga
Tatum interpreta en la película a Jackson Briggs, un exsoldado estadounidense que sobrevive a duras penas trabajando en un restaurante de comida rápida, ya que no le permiten volver al ejército a pesar de su insistencia, debido a una lesión cerebral que sufrió en la guerra. Cuando uno de sus compañeros de batallón muere en un accidente, Jackson recibe la misión de llevar a su perra Lulu, una pastor belga malinois adiestrada para servir en el ejército, hasta su ciudad para asistir al funeral y despedirse de su compañero, tras lo cual está destinada a ser sacrificada después de haber cumplido su servicio.
Juntos en contra de su voluntad, Jackson y Lulu emprenden un viaje a través de la costa del Pacífico, donde cada parada les depara una nueva aventura, encontrándose con todo tipo de personajes excéntricos en su camino y viéndose obligados a solventar varios obstáculos para llegar a tiempo al funeral. Por su entrenamiento, Lulu es un animal agresivo que supone más de un problema para Jackson, pero a medida que avanzan en su viaje, los dos aprenden juntos a confiar de nuevo, dándose el uno al otro una nueva oportunidad en la vida.
Concebida como una comedia amistosa, pero con un poso dramático bastante marcado, 'Dog. Un viaje salvaje' es la clásica historia de amistad entre un humano y un perro que tantas películas nos ha dado a lo largo de la historia del cine. Sin embargo, su mayor acierto es que, al contrario que muchas de sus predecesoras, 'Dog' no cae en ningún momento en la manipulación emocional y evita lo sentimentaloide. Esto la sitúa por encima de la media de este tipo de historias, ofreciendo una película en la que no falta la emoción, pero que no resulta almibarada o lacrimógena en exceso. Algo que se agradece.
Tatum y Lulu, una pareja perfecta
Uno de los principales puntos fuertes del film es el propio Tatum. Como director, salta a la vista la influencia que ha ejercido en él Steven Soderbergh, con el que ha trabajado en múltiples ocasiones ('Indomable', 'Efectos secundarios', 'Magic Mike', 'La suerte de los Logan' y la próxima 'Magic Mike's Last Dance'). En su puesta en escena con tendencia al naturalismo y en la construcción de su personaje, un tipo humilde que -salvando las distancias- no se diferencia tanto de su Mike Lane, se nota que el actor ha asimilado el estilo de Soderbergh y lo pone al servicio de su debut como realizador, que sin ser nada extraordinario, resulta bastante solvente.
Eso sí, 'Dog. Un viaje salvaje' presenta algunas inconsistencias que podrían interpretarse como posible efecto de la dirección compartida. A lo largo de su agradecida hora y 40 minutos, la película cambia de estilo, e incluso de género, en varias ocasiones, saltando de la comedia satírica al thriller, la acción o el melodrama en cuestión de minutos. Hay una clara confusión tonal que da que pensar que, por momentos, no tenían muy claro por dónde tirar por la historia, aunque ese salto constante unido a su naturaleza episódica (cada parada en el viaje nos espera una película diferente), evita que se estanque y consigue sorprender dentro de lo predecible y tradicional de su argumento.
Eso sí, algunos pasajes son más acertados que otros. Concretamente en la parada en Portland (cuna hipster de Norteamérica), el film realiza una sátira express sobre el mundo de las citas en la actualidad, donde aprovecha para ridiculizar la cultura de la corrección política de forma poco oportuna, defendiendo entre líneas aquello de "es que los hombres ya no pueden ser caballerosos hoy en día"; algo en consonancia con el sutil ensalzamiento que hace de la masculinidad clásica vinculada a la vida militar.
Afortunadamente, Tatum salva la papeleta en todo momento construyendo un personaje que, a pesar de coquetear con lo conservador en ocasiones, nos mantiene en su lado gracias a su encanto, simpatía y sentido del humor (armas que el actor sabe usar siempre a su favor). De hecho, es él quien lleva casi todo el peso de la película sobre sus hombros, destacando en las escenas en solitario -que son bastantes-, donde se las arregla para llenar la pantalla de vida él solo junto a la perrita.
Crowd-pleaser
'Dog. Un viaje salvaje' es un crowd-pleaser de manual, pero gracias a su honestidad y su enfoque alejado de sensiblería, consigue emocionar sin dejarnos con la sensación de que nos están tirando demasiado de la cuerda. A pesar de sus inconsistencias y su aire ligeramente conservador, la película funciona como un reloj gracias a la estupenda labor de Tatum y, por supuesto, al trabajo de la perra, que es en realidad tres animales diferentes (llamadas Britta, Lana 5 y Zuza), con la que el actor crea una conexión muy real que traspasa la pantalla.
Divertida, entrañable y con momentos inesperados y algo surrealistas, 'Dog' no reinventa el género perruno, pero sí destaca por un enfoque más sincero y resulta muy entretenida de principio a fin. Si su triunfo en la taquilla estadounidense es indicio alguno, está claro que necesitábamos placeres simples y agradables, pero también bien hechos, como este en nuestros cines.
Nota: 6
Lo mejor: La relación de Tatum y la perra es muy real y se nota que el actor ha puesto todo el corazón en la película. Entretiene mucho.
Lo peor: Cierta defensa de la masculinidad clásica disfrazada de chiste que sobra. Los cambios de tono resultan extraños.