Uno de los nombres más importantes a la hora de estudiar la historia contemporánea de España es Ian Gibson. El historiador e hispanista irlandés, maravillado desde joven por la cultura española, fue uno de los pioneros en abordar la memoria histórica cuando este término ni existía, con su libro 'La represión nacionalista de Granada en 1936 y la muerte de Federico García Lorca', publicado en París en 1971 y que fue prohibido en una España aún gobernada por Franco. Conocido por su extensa obra como biógrafo e historiador, se ha acercado a figuras fundamentales de la España contemporánea como el citado Lorca, Salvador Dalí, Antonio Machado y Luis Buñuel, entre otros.
Con una trilogía documental inacabada sobre las figuras de Lorca y Dalí, a Gibson le quedó pendiente completarla con un film sobre Buñuel. En cierta forma, el historiador se resarce con 'Donde acaba la memoria', documental dirigido por Pablo Romero-Fresco, mostrado en las Proyecciones Especiales de la 67ª edición de la Seminci de Valladolid y que busca rendir tributo a la vida y obra del hispanista.
Aunque la cinta tenga intenciones de ser un recorrido por los trabajos de Gibson y cómo realizó sus primeras investigaciones sobre Lorca y otros represaliados por la dictadura franquista; lo cierto, es que está más cerca de ser una obra sobre Buñuel que sobre Gibson. Quizás por su carácter renuente a ser el protagonista de un documental biográfico y por su deseo de cerrar esa trilogía, la cinta deriva en una especie de revisita a Las Hurdes, aquella comarca que el director de 'El discreto encanto de la burguesía' retrató en 'Tierra sin pan', su afamado cortometraje documental realizado en 1932, diez años después de la visita del rey Alfonso XIII a la región; estrenado un año después y considerado uno de los mejores exponentes de su cine, inclusive por delante de 'Un perro andaluz', según expertos que participan en este film.
Un correcto ejercicio divulgativo y pedagógico
Y en esa dicotomía que tiene el propio film donde la cinta flaquea. No obstante, como ejercicio de documentación y periodístico es correcto, pues logra traer el espíritu curioso de Gibson por hallar la verdad, con una crítica directa a la falta de motivación política a la hora de hallar y desenterrar a los muertos por el bando republicano en la Guerra Civil. También la cinta aprovecha para mostrar a intelectuales amigos de Gibson que comparten sus impresiones sobre su trabajo, como los historiadores Román Gubern y Paul Hammond; el escritor José Luis Puerto o el documentalista Mike Dibb, quien estuvo detrás de los dos proyectos audiovisuales de Gibson sobre Lorca y Dalí.
No solo hay expertos sobre la obra de Gibson, el film cuenta con declaraciones del mismísimo Carlos Saura, quien acompaña el historiador en esta retrospectiva sobre Buñuel, un cineasta al que Saura admira. También hay cierto aspecto social para mostrar cómo están Las Hurdes hoy en día, con cierta reivindicación a la España vaciada, con el padre Ángel, único fraile que habita en el Santuario de la Peña de Francia, entre los presentes.
Romero-Fresco debuta en la dirección de largometraje documental con un film que gana más por su labor divulgativa y didáctica que por su valor cinematográfico. Desde esa perspectiva, 'Donde acaba la memoria' sirve como ejercicio informativo sobre la importancia de la memoria histórica y cómo esta no debe perderse, a pesar de que los protagonistas de los hechos (y sus descendientes más directos) ya no estén en vida. Con ese enfoque, la cinta es irreprochable.
Nota: 6
Lo mejor: Su labor divulgativa y pedagógica sobre la obra de Gibson.
Lo peor: Realmente, no se termina de conocer a Gibson, tampoco en cómo trabajó sobre sus obras predecentes, ya que se enfoca demasiado en la retrospectiva del historiador sobre Buñuel.