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CRÍTICA

'Un efecto óptico': Nueva York es Burgos (o Westview)

Crítica de 'Un efecto óptico', dirigida y escrita por Juan Cavestany. Mostrada en la sección Zabaltegi-Tabakalera del 68º Festival de San Sebastián. Con Pepón Nieto y Carmen Machi.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 26 de Marzo 2021 | 12:30
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Si hay un perfil que puede considerarse rara avis en la industria del cine y la televisión en España es el de Juan Cavestany. El director, guionista y dramaturgo madrileño ha destacado por tener una ecléctica mirada sobre la ficción, con una visión diferenciada entre sus proyectos cinematográficos, los televisivos y los teatrales. Convertido en una de las figuras más destacadas de la comedia actual con sus series 'Vergüenza' y 'Vota Juan', regresa al cine con 'Un efecto óptico', mostrada en la sección Zabaltegi-Tabakalera del 68º Festival de San Sebastián.

Un efecto óptico

Pepón Nieto y Carmen Machi se convierten en Alfredo y Teresa, un matrimonio de cincuentones que decide irse de vacaciones a Nueva York. Cuando llegan a la Gran Manzana, comienzan a percibir que hay algo que no cuadra, provocando la incógnita de si realmente han viajado a la ciudad estadounidense. Partiendo de ese concepto, Cavestany, el cual también firma el guion, teje una historia que recuerda a situaciones del cine de Charlie Kaufman, es imposible no pensar en 'Estoy pensando en dejarlo', 'Anomalisa' o sus guiones de cintas como '¡Olvídate de mí!' o 'Cómo ser John Malkovich'.

No obstante, Cavestany propone un juego menos enrevesado, aunque no por ello más simple de entender. Desde el inicio, se le invita al público a un laberinto en el que se entra de lleno en el pleno significado de lo cinematográfico, pues el séptimo arte es, en sí, una suerte de trampantojo para la vista del espectador. Podría decirse, que Cavestany se hermana con Satoshi Kon y su 'Millennium Actress', aunque con una mirada más cercana a la realidad actual y más cañí.

La respuesta española al cine de Charlie Kaufman

El viaje turístico a una de las ciudades más emblemáticas se convierte en una especie de reflexión existencialista que hipnotiza a la par que desconcierta. Esa combinación provoca que el público esté pendiente de cada movimiento de sus protagonistas. Se percibe cierto engaño, pero intuyen costuras en esa imagen idealizada (o no) del turismo. Debido a esa continua atmósfera de incertidumbre, en algunos momentos da la sensación de estar presentes ante la versión española de los primeros episodios de 'Bruja Escarlata y Visión'.

Un efecto óptico

Es más, se podría decir tranquilamente que el Nueva York que retrata Cavestany podría ser Westview, una ciudad que puede ser todo y nada a la vez, puesto que puede mimetizarse también con Madrid o Burgos, de donde proviene la pareja. Y ese enfoque, con el que el cineasta envuelve al público, deja caer ciertas perlas sobre el significado que tiene actualmente hacer turismo, un acto que ha dejado de ser sinónimo de disfrute y desconexión para convertirlo en una especie de estrés y sensaciones cortoplacistas.

En cierta manera, es una crítica al capitalismo y a la globalización, pues deja en evidencia una homogenización de las grandes metrópolis a nivel internacional, como si todas fueran presa de los filtros de Instagram (cosa que ya sucede, por cierto, sino, véase esos murales horteras que van sobresaliendo en ciertas zonas de Madrid, por ejemplo). Por otro lado, aunque Cavestany ha citado como principal inspiración a la fotografía, hay ciertos guiños cinematográficos a 'Manhattan', 'La ventana indiscreta', 'El mago de Oz', 'Alicia en el país de las maravillas' o 'Joker'.

Un tesoro para descubrir (en bucle)

Por otro lado, se percibe también una especie de delirio personal en sus protagonistas, como si huyeran de un hecho traumático relacionado con su hija. Ahí juegan un factor fundamental los detalles, escenas en hacen alegoría a la fábula de 'Caperucita Roja', con un lobo acechando a una joven presa. Cavestany deja libertad al público para interpretar estas situaciones: ¿es una advertencia y el matrimonio puede cambiar su destino como hizo Gwyneth Paltrow en 'Dos vidas en un instante'? ¿acaso la pareja se ha encerrado en una especie de viaje turístico ideal para escapar de la tragedia y el duelo, como Elizabeth Olsen en la ya más que mentada ficción de Marvel?

Un efecto óptico

Con el añadido de ver una química espléndida entre Pepón Nieto y Carmen Machi, cuesta creer que en cine nunca hayan sido pareja ('Lo nunca visto' no cuenta), además de ver en el cine a dos protagonistas atípicos, 'Un efecto óptico' es uno de esos largometrajes que engaña con su diseño de producción, pues esconde una auténtica maravilla de la comedia absurda y surrealista, realizada de una manera tan natural que el solo hecho de que esté estrenándose en cines es ya un motivo de celebración.

Nota: 8

Lo mejor: Sentir que Burgos o Madrid podrían ser Nueva York (o Westview, puestos a fantasear).

Lo peor: Aquellos que buscan lógica, esta no es su película.

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