Tras su paso por la Quincena de Realizadores del 75 Festival de Cannes y por la sección Spanish Cinema de la 67ª edición de la Seminci de Valladolid, se estrena en cines 'El agua', la ópera prima de Elena López Riera, quien realiza una apuesta de cine social con ciertos tintes de realismo mágico. La cineasta vuelve a su tierra, Orihuela, para este relato de mujeres con cierta crítica al mundo rural y, especialmente, cómo las leyendas han cercenado el libre albedríos de las féminas en pos de la tradición y cómo aquellas que se rebelaban eran condenadas al ostracismo.
Eso es lo que narra López Riera, quien firma el guion con el veterano crítico de cine francés Philippe Azoury, y lo hace con un relato de varias capas. Por un lado, realiza un retrato de esa juventud de extrarradio que parece estar abandonada a su suerte, hace especial hincapié en la situación de las chicas jóvenes y pone el foco en Ana -encarnada por la debutante Luna Pamies-, una chica que siente que tiene "el agua dentro", lo que se traduce en una vieja creencia popular, que advertía que, cada nueva gran inundación, el agua se llevaba a una joven casadera.
El resultado es un fascinante juego de géneros, en el que entremezcla el drama social con elementos sobrenaturales y de realismo mágico; además de introducir imágenes de archivo de importantes gotas frías que arrasaron Orihuela en diferentes fechas históricas, a las que añade declaraciones de vecinas del pueblo mirando a cámara sobre la leyenda, lo que le da cierto espíritu documental al filme. Precisamente, esa combinación aumenta la sensación de estar viendo un relato costumbrista, con unos tintes fantásticos que evocan al estilo del tailandés Apichatpong Weerasethakul.
Una fascinante ópera prima que mezcla el drama costumbrista con un toque sobrenatural
A ello se suma una familia compuesta solo por mujeres y la que el pueblo considera maldita por haber "llevado a la perdición a los hombres". Se ve reflejado en distintas generaciones, primero con la abuela de la familia, encarnada por Nieve de Medina, quien vivió malos tratos y no lloró por la muerte de su marido; le sigue la madre, interpretada por Bárbara Lennie, una mujer que decidió emprender su propio negocio con el bar del pueblo y que optó no unirse sentimentalmente a nadie, y finaliza la hija, la que debe lidiar con el prejuicio machista que hay sobre su familia.
Riera sabe encontrar el equilibrio entre esa parte más social, en la que deja en evidencia el machismo que existe en los pueblos, así como también no duda en retratar el círculo vicioso que se forma en un juventud con pocas opciones laborales en su entorno. A ello le suma el toque fantástico, en el que también expone cómo el fenómeno de la gota fría se ha convertido en demasiado habitual en la zona. El resultado final es una cinta que recuerda a 'La inocencia', el debut de Lucía Alemany, aunque con ese toque sobrenatural que se ha nombrado anteriormente. Un relato de emancipación femenina fascinante al traer saber combinar costumbrismo y renovación en una historia que pone en primera línea a López Riera, veterana cortometrajista, de la nueva ola de mujeres cineastas.
Nota: 8
Lo mejor: Cómo introduce de forma orgánica los elementos fantásticos a través de material de archivo y secuencias que evocan al documental.
Lo peor: Ciertas escenas de las conversaciones de la protagonista con sus amigas son algo banales.