Quizás la peor cualidad que tienen las películas de este género sea las expectativas que te genera cuando aparece un nuevo título próximamente en la cartelera. Tu mente empieza a divagar por cada oscuro rincón hasta que encuentras la mezcla perfecta para crear lo que sería una buena película según la sinopsis que has leído. ¡Y menuda decepción te llevas cuando es peor de lo que pensabas que sería!
Tengo bastantes cosas malas que decir sobre 'El bosque de los suicidios' y me molesta. Me molesta muchísimo porque realmente la idea de jugar con un sitio tan espeluznante y real como es el bosque de Aokigahara me parecía la premisa perfecta para hacer una buena película de terror, de esas que no necesitan valerse a base de sustos gratuitos que anticipas varios minutos antes de que sucedan sino que se dedican a jugar con el espectador hasta ofrecerle lo que es el verdadero terror.
Jason Zada, un desconocido, se pone detrás de una película que, si tenemos que darle un punto positivo, visualmente impacta y encandila como ninguna. Una ciudad tan viva y colorida como es Tokio es imposible que una buena cámara no capte esa esencia exótica tan llamativa para los occidentales. Esa realidad tan futurista queda plasmada de manera magistral, con unos planos que llegan a sorprender y que avivan mucho las esperanzas de que la película te mantenga con esa satisfacción.
Pero cuando lo visual no concuerda con lo auditivo, es imposible que el embobamiento que te genera la imagen se mantenga. Primer punto malo y quizás el peor de todo: el guión. La película de terror que nos prometía el tráiler se convierte en el peor melodrama televisivo de domingo por la tarde que tus oídos pueden escuchar. Conversaciones sin sentido, carentes de sentimiento o credibilidad o simplemente rozando un nivel muy alto de lo absurdas que son, son las responsables de que el espectador desconecte desde el principio y que después sea demasiado tarde reengancharse. Incluso el esperado plot-twist que promete toda película de esta índole llega tan tarde que ni siquiera eso consigue salvarla.
Porque aunque la historia base sea lo más simple, construida a través de clichés y poca innovación en el género había que reconocerlo: si ya hemos visto 100 así, ¿por qué no una más? Una joven norteamericana que decide recorrerse medio mundo para encontrar a su hermana que anda desaparecida, ya que esa conexión de gemelas que comparten le indica que está en peligro y que tiene que buscarla. No hay nada mejor que el amor familiar para mover montañas si hace falta. Conforme vamos conociendo a los personajes encontramos otro problema: mientras que Sara es la hermana jovial, su gemela Jess es la representación de la duda y la tristeza, material perfecto para el bosque en el que se pierde. Una vez allí no cesará hasta que consigue ayuda para inspeccionar el bosque que sacará, como prometían cada una de las leyendas con las que se nutre el follaje de sus árboles, la oscuridad de su cuerpo y la arrastrará hasta su propia tumba.
Natalie Dormer decepciona. Y me duele bastante escribir eso. Desde que la vi en la serie 'Los Tudor' me dejó completamente fascinada y con sus trabajos más recientes como 'Juego de Tronos' o 'Los Juegos del Hambre' me demostraba que había hecho bien al no perder de vista la carrera que poco a poco se estaba labrando. Es un reto mayor cuando no tienes que interpretar a un personaje sino a dos, un trabajo que en general fue mucho más sencillo para la realización ya que básicamente sus dos personajes no comparten plano en ningún momento pero aun así, hay que darle mérito. Si se hace bien. Su personaje se dedica simplemente a merodear por el bosque con el semblante pálido y desencajado tanto por el miedo como de la incredulidad. El mismo gesto que se te queda a ti mientras la observas.
Junto a ella encontramos a Taylor Kinney. Un actor casi desconocido, prometido de Lady Gaga, que cumple con los requisitos de su personaje sin pena ni gloria, aportando a esta película otro punto negativo: la falta de profundidad de sus personajes y la poca originalidad de su rol dentro de la película. Y esa carencia de credibilidad se extrapola a todo el conjunto hasta encontrarte con una película que tenía todos los elementos para ser buena y se queda en un mero intento fallido. Y lo peor que le puede ocurrir a una película de terror es que se convierta en una comedia.
Otro elemento que pudo haber sido y nunca lo consiguió fue el hecho de utilizar las leyendas y la ambientación de un bosque conocido por ser el segundo lugar del mundo donde se cometen el mayor número de suicidios como un personaje más y no solo como simple decorado. Obviamente cumple con su cometido ya que sin él no tendríamos película, pero te deja ese mal sabor de boca al saber que podría haber sido mucho más.
En general, 'El bosque de los suicidios' es una película frustrante, que se autocensura y se limita cuando tiene todos los ingredientes para demostrar que no se necesita una gran cantidad de dinero ni estar respaldada por los grandes del género para hacer una buena película de terror. Como ópera prima de su director, esta claro que debe atribuirse lo aprender de los errores y sin duda su segunda oportunidad será mucho más reconfortante, ya que lejos de querer hacer un chiste de mal gusto, esta película se olvidará tanto como cada uno de los nombres de las personas que perdieron la vida en ese bosque.
Nota: 3
Lo mejor: Si tiene algo bueno son muchos de los planos de ambientación que tiene la película, realmente bellos.
Lo peor: El guión. De telenovela.