Con los reestrenos convertidos ya en todo un acontecimiento cinematográfico, con una promoción digna de un estreno y con resultados en taquilla que invitan a ello, ahora es el turno de la celebración de una de las obras imprescindibles para el séptimo arte. Con motivo de su centenario (una efeméride trascendental que demuestra el tiempo que lleva el cine instalado en la sociedad como expresión artística), A Contracorriente trae de nuevo a la gran pantalla 'El chico', el primer largometraje que dirigió Charles Chaplin, el cual también escribió, produjo y protagonizó encarnando el icónico Charlot.
Podría parecer un atrevimiento reestrenar de manera masiva -el filme llega a 89 salas- una cinta de 1921. Pero no, por supuesto que no, puesto que no podría haber mejor reencuentro con el público con un lanzamiento con mirada comercial, pues la esencia de 'El chico' se mantiene intacta después de un siglo. Es más, ahora tiene el añadido de ofrecer una mirada en retrospectiva, que permite valorar los antecedentes de la obra, así como también su influencia en otros pilares del séptimo arte.
Porque no podría entenderse el neorrealismo italiano sin Chaplin, sin 'El chico', un filme que apostó por combinar comedia, drama y denuncia social, algo completamente novedoso para la época y que, además, permite conocer el lado más personal del cineasta. 'El chico' habla de la propia infancia de Chaplin, de su dura vida en las calles de Londres, a la pobre extrema. Ese elemento personal queda latente en cada secuencia, con la que Chaplin da la impresión que se desdobla, una parte de su espíritu es el pequeño John, interpretado maravillosa naturalidad por Jackie Coogan, y la otra parte es su yo adulto, oculto tras el carisma de Charlot.
Una oportunidad única de disfrutar de la obra maestra de Charles Chaplin
Ese contexto, que Chaplin conoce bien, aprovecha para mostrar el trato de las autoridades y la clase social a lo más desamparados. Todo ello con el barniz de una historia llena de carisma y encanto. Porque, efectivamente, su clásica trama evoca a fábulas como 'Oliver Twist' o 'Cenicienta', en la que un protagonista de origen humilde acaba escalando socialmente, una metáfora de cómo el esfuerzo y el estoicismo acaban dando frutos. Ahora podría verse de manera más cínica, pero, dado el contexto, la historia de 'El chico' mantiene muy bien el tipo.
Con una restauración magnífica, un añadido que ofrece 'El chico' al público actual es la oportunidad de disfrutar de una joya del séptimo arte como esta en la gran pantalla, pues la experiencia que se siente con cada secuencia, esa sensación de envoltura, de magia, de sentirse transportado a otra época, incluso a otro mundo, cobra mayor sentido con un filme como este. Una ocasión ideal para reencontrarse con Charlot. Si hay algo bueno del momento que está viviéndose, es la oportunidad real de disfrutar de una segunda vida en salas de grandes clásicos del cine.
Nota: 10
Lo mejor: 100 años después, el carisma y el encanto de 'El chico' está intacto. Sus secuencias míticas -historia del cine, sin duda- mantienen su magia.
Lo peor: No aprovechar esta oportunidad de redescubrir a Chaplin en la gran pantalla.