La camaradería masculina y la crisis de la mediana edad, como bien ha mostrado desde otro punto de vista Guillaume Canet en 'Cosas de la edad', que estrena el mismo día que esta propuesta, son temas más que recurrentes para el cine. Tomando de referencia hechos reales, Lluís Segura debuta con la comedia 'El club de los buenos infieles', protagonizada por Fele Martínez, Raúl Fernández de Pablo, Hovik Keuchkerian, Juanma Cifuentes, Albert Ribalta, Adrián Lastra y Jordi Vilches.
Carlos, Marcos, Juan y David son cuatro amigos cuarentones que se reencuentran en una cena de antiguos alumnos. Los cuatro eran un grupo que parecía que iba a estar unido hasta el final. Sin embargo, por cosas de la propia vida, se fueron dejando de hablar. En ese reencuentro, los cuatro hablan de su presente, de cómo han madurado, de sus trabajos y de sus respectivos matrimonios. Juntos llegan a la conclusión de que son infelices en sus relaciones conyugales. Lejos de buscar una solución, deciden fundar el Club de los Infieles, en el que se unirán para hacer todo lo posible para serles infieles a sus esposas, recuperar así la pasión de la aventura y, paradójicamente, salvar sus matrimonios.
Un oda al hombre canalla
Cierto que su título ya evidencia sus intenciones, porque, a decir verdad, fácil es resaltar como principales defectos su humor rancio, sus escenas que parecen de una película de hace tres décadas o de, como se ha visto en varias reseñas de la prensa, "de un falocentrismo de otro siglo". Realmente, todos esos atributos no son los que convierten a 'El club de los buenos infieles' en una mala película, sino su falta de humor, su planteamiento entre el falso documental y el reality show, que deja en evidencia su falta de presupuesto, y una trama que pierde fuelle tras ese reencuentro en el que se decide fundar el club.
Segura, que dirige y escribe la película, pretende crear una versión actual de 'Todos los hombres sois iguales', aquella comedia que protagonizaron Imanol Arias, Antonio Resines, Juanjo Puigcorbé y Cristina Marcos, y una respuesta cañí a 'Resacón en Las Vegas' (ambas más interesantes en su planteamiento). Sin embargo, pese a tener un planteamiento que resulta interesante, el hombre comete una infidelidad ante la incapacidad de comunicar sus problemas sentimentales y de reconocer los problemas conyugales con su pareja, la película deriva una oda al canalla, al ligoteo (mejor dicho, "tomateo"), a la imagen del "macho-man" y a la indiferencia hacia los sentimientos tanto de sus esposas, como de sus amantes.
Cierto es que el director, finalmente, pone en evidencia el egoísmo de sus protagonistas, gracias a que uno de los protagonistas acaba redimiéndose, pero eso no quita que sea excesivamente condescendiente con ese club de "carrozas desesperados", incapaces de madurar. Aparte de eso, la mujer queda completamente marginada en la película, reducida a un objeto a poseer, ya que el planteamiento de la infidelidad femenina, así como también no mostrar la otra cara de la moneda, ya que en una crisis de pareja los que sufren son dos, provocan que se esté ante un filme que es demasiado indulgente consigo mismo, sin un ápice de autocrítica real.
Absurda y rancia
Aunque lo peor no es solo que sea una cinta sobre hombres incapaces de madurar, con 40 años, sino que sus personajes no aportan nada, al final, todos parecen cortados del mismo patrón, cuando inicialmente parecían perfiles distintos. Los actores hacen lo que pueden, notándose que aparecen en la cinta más para dar visibilidad y apoyo al director novel que como proyecto que se tomen en serio, únicamente resaltar el increíble parecido de Fele Martínez con Joaquín Reyes, hasta tal punto de que parecen gemelos.
'El club de los buenos infieles' no es que llegue tarde, es que es absurda, en la línea de 'Despido procedente', 'Operación Concha' o 'Murieron por encima de sus posibilidades', si eso se le añade que su trama es "rancio y falocéntrica", poca complicidad puede buscar entre el público, ni siquiera los fans de 'Torrente' la apoyarían.
Nota: 4
Lo mejor: Su premisa parecía interesante, las primeras escenas invitaban a ello.
Lo peor: La sensación de que no cuenta nada interesante, una trama que parece antigua y un mensaje final trasnochado.