Voy a decir algo que quizás haga levantar más de una ceja: en España se hace buen cine. Aunque mucha gente no lo vea o no quiera verlo. Si comparamos nuestra producción actual con la que se hacía hace tan sólo una década, el salto cualitativo es evidente. Nos encontramos actualmente en una posición de ejemplo y referencia para la cinematografía mundial. No en vano, una industria tan potente como la de Estados Unidos ha sabido reconocer a nuestros talentos y los ha importado dentro de sus fronteras. Nuestras películas revientan taquillas aquí ('Ocho apellidos') y a veces incluso recaudan más en el extranjero (el caso de 'Magical Girl' en Francia).
'El desconocido' viene a ilustrar una tendencia que puede ser tildada de nociva, pero que muy probablemente se convierta en una constante. Estoy hablando de esa tendencia a emular una manera de hacer cine más yanqui, al que podríamos acusar de no ser el más comprometido artísticamente, pero al que nadie puede negar su capacidad para llenar sacos con el símbolo del dólar. La lectura negativa de todo esto se puede hacer aduciendo que el valor de nuestro cine está en su personalidad, y que al imitar modelos americanos estamos renunciando a nuestra identidad. ¿Pero cual es nuestra identidad? ¿Es 'Torrente'? ¿Es quizás el cine de Pedro Almodóvar, considerado embajador de nuestra cultura? ¿O es el cine más comercial, pero menos personal, de Juan Antonio Bayona, director de 'Lo imposible'? Muy probablemente debamos aceptar que la identidad cinematográfica española reside en su diversidad y, me atrevería incluso a decir, en su arrojo. Pocas industrias arriesgan con un catalogo tan variado, no solo en sus temáticas, si no en géneros, modelos, estrategias...
Y todo esto lo escribo porque habrá quien se le ocurra decir, de forma despectiva, que 'El desconocido' es demasiado americana. Y no andará desencaminado. El film tiene un aspecto rematadamente hollywodiense, pero al menos la comparación no le perjudica. Podemos declarar que 'El desconocido' es un triunfo técnico incuestionable. Las escenas de acción además de disfrutables están admirablemente bien rodadas. Planos aéreos, planos secuencia, giros de 360 grados y demás virguerías que harán las delicias de los mínimamente entendidos en dirección de fotografía. Todo esto sumado a la dirección maestra de Dani de la Torre, director debutante cuya opera prima no lanza ni un solo atisbo de debut.
En el reparto tenemos a un Luis Tosar siempre satisfactorio, saliendo airoso del reto de interpretar un personaje que en el 95% por ciento de la película está sentado. Los niños que interpretan a sus hijos en la ficción no agradan tanto, pero sospecho que más por su estridencia que por su profesionalidad.
No todo iba a ser perfecto
Y ahora pasamos a la parte en la que de verdad criticamos la película, y destacamos sus partes 'feas'. Y aquí tenemos que señalar lamentablemente a Alberto Marini, guionista que firma un libreto relativamente robusto, pero que peca demasiado de falta de verosimilitud. Ciertas secuencias del último tercio de la película son tan absurdas que uno no puede evitar sacudir la cabeza con incredulidad.
En resumen, 'El desconocido' es una película que podrás disfrutar mucho si sabes reconocer sus muchas virtudes y perdonar sus pequeños errores. Supone un logro para nuestra cinematografía, que todos deberíamos celebrar, y posiblemente la mejor manera de hacerlo sea invitando a tu novio/a, a tu padre, madre, a tu amigo/a, o a ti mismo a pasar un buen rato en el cine. No es la última de Marvel, no sale ningún monigote amarillo, tampoco es un remake/reboot, y quizás por eso el aplauso que se merece deba ser el más sonoro.