Ya lo dijo Gabriel García Márquez en su novela 'Cien años de soledad', "Ambos quedaron flotando en un universo vacío, donde la única realidad y eterna era el amor". El finés Juho Kuosmanen decide rescatar un episodio de la historia deportiva de su país con 'El día más feliz en la vida de Olli Mäki', cinta que logró el galardón a la mejor película en la sección Una Cierta Mirada del 69º Festival de Cannes y el Premio FIPRESCI en la29ª edición de los Premios de Cine Europeo.
Verano de 1962, Olli Mäki es boxeador semiprofesional. Este panadero del acogedor pueblo de Kokkola, tras ganar el título de mejor peso ligero en 1959, decide enfrentarse en un combate contra el ganador de peso pluma mundial, el estadounidense Davey Moore. Por ello, su manager, Elis Ask, le pide que entrene muy fuerte durante las semanas previas. Sin embargo, surge un pequeño incoveniente para Ask, Olli Mäki está enamorado de Raija, con la que desea pasar más tiempo.
La jornada del boxeador
De aspecto aparentemente sencillo, Kuosmanen muestra un episodio de la vida de uno de los deportistas más célebres de Finlandia, como también uno de los boxeadores más importantes de Europa. Lo curioso, a la par que aplaudido, es cómo Kuosmanen opta por un estilo austero y pausado, dotado de una realidad excepcional. Rodada en blanco y negro, la cinta evoca, en ese estilo, al clásico de Martin Scorsese, 'Toro salvaje'. Sin embargo, lo que en el filme protagonizado por Robert De Niro eran momentos épicos y un catalizador de la agresiva violencia de su naturaleza, en el trabajo de Kuosmanen es una tranquilidad más propia del cine de los cineastas de la Nouvelle vague.
Ahí reside su encanto, en la aparente sencillez de la trama, el cineasta evoca los clásicos elementos que el cine ha puesto en el boxeo, entrenador duro, dudas existenciales, fama y caída. Pero Kuosmanen decide alejarse de los cánones, al mostrar un personaje plácido, cotidiano, mundano y sin aspiraciones catárticas. De hecho, su carácter queda muy lejos del visto en películas como 'Rocky' o 'Cinderella Man'. Muy real, empático. Su relación con Raija es, sin duda, la parte más interesante en este proceso de preparación. De hecho, los verdaderos Olli y Raija Mäki aparecen en la cinta.
Cotidiana e increíblemente humana
Ese amor hacia lo cotidiano, enfocado desde un punto de vista deportivo, se puede apreciar gracias a las soberbias interpretaciones de Jarkko Lahti y Oona Airola. Ambos se mimetizan en una pareja de recién enamorados pero con los pies en la tierra. También que hay que aplaudir la magnífica ambientación que Kuosmanen ha creado, obra de Kari Kankaanpää.
Dotado de una increíble y audaz sobriedad, 'El día más feliz de la vida de Olli Mäki' es un interesante largometraje deportivo, inusual, de ritmo pausado y apacible, alejado de fantasmas internos y hecho con la más mínima violencia. Una película que, quizás, a los amantes del género les resulte extraña, sin embargo, deja un interesante sentimiento similar al descubrimiento del primer amor, con sus altibajos pasionales y sus deseos de alejarse del mundanal ruido. Magnífica.
Nota: 8
Lo mejor: Su ritmo pausado, sus interpretaciones y su diseño de producción.
Lo peor: Los amantes del género echarán en falta mayor violencia.