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CRÍTICA

'El emperador de París': efectiva diversión en los bajos fondos de la París napoleónica

Vincent Cassel encarna al famoso Vidocq en esta entretenida cinta de aventuras e intriga que apuesta por abordar al personaje como un héroe romántico en busca de la indultación de sus crímenes.

Por José Asensio Vizcaíno 26 de Julio 2019 | 09:51

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El francés Jean-François Richet ('Mesrine, 'Blood Father') lleva al legendario personaje de Vidocq hacia su imaginario y estilo formal y narrativo en 'El emperador de París'. Una figura de gran relevancia en la literatura más venerada del país galo, que fue citado por nombres como Victor Hugo o Honoré de Balzac en sus textos y que se convirtió en el primer director de la Seguridad Nacional francesa. Además ya dio para otro filme de gran producción y ambiciones en 2001; aunque aquella vez con el rostro de Gérard Depardieu y dirigida por Pitof ('Vidocq: el mito').

 El emperador de París Cassel Diehl

En este filme en particular, Richet se centra en los acontecimientos y años previos a obtener el cargo de director de la policía de París de Vidocq. Un hombre, con el rostro del actor fetiche de Richet, Vincent Cassel; que pasó de ser una leyenda de los bajos fondos y encarcelado a servir a las fuerzas policiales para atrapar a un peligroso grupo que tiene en jaque la seguridad de la capital francesa en plena época napoleónica y de los que él conoció en su época como prisionero.

Un héroe romántico en la París de Napoleón

 El emperador de París Vincent Cassel

La figura de Vidocq siempre ha generado controversia, desde cualquier posición ideológica y política, al ser una figura tremendamente contradictoria si exploramos un poco su historia y los documentos en los que se le cita. Quizás siga sin haber un filme que sepa explorar esa profundidad hasta ahora y 'El emperador de París' tampoco es el caso.

Richet se decide por retratar el lado más heroico y romántico del personaje. Un hombre en busca del indulto de sus crímenes y de cierta redención. Un hombre defensor de unos ideales que no le conectan del todo ni con los bajos fondos ni con las fuerzas del sistema. Un superviviente en una París corrupta y en ebullición.

El emperador de París Richet

Este retrato permite a Vincent Cassel brillar como un muy creíble y duro hombre de acción; aunque se trate de un personaje muy manido en este tipo de producciones. Estando siempre por encima de un numeroso elenco de estrellas del cine galo (Fabrice Luchini, Patrick Chesnais, Denis Ménochet...) entre los que merece también la pena destacar a un Denis Lavant en su salsa y a Olga Kurylenko en la piel de La Baronesa. Peor parados salen personajes como Freya Mavor, amante e interés romántico de Vidocq, y August Diehl en un personaje cada vez más previsible al avanzar la trama.

Un conjunto de personajes que le sirven a Richet para componer un retrato violento, efectista y sombrío de la París de la época y para que saque a relucir su notable pericia visual en las secas y directas escenas de acción de la película, que avivan un transitar algo caótico e irregular en la trama haciendo que bastantes personajes no lleguen a desarrollarse como desearíamos (La Baronesa de Kurylenko, por ejemplo).

 El emperador de París Olga Kurylenko

Apuesta por el entretenimiento

'El emperador de París' presenta desde su inicio una visión aventurera y heroica de las intrigas que rodean a Vidocq y la corrupta París napoleónica. Un filme que apuesta sin reproches por ser un efectivo entretenimiento que brilla por su buena ambientación, sus momentos de acción y por el carisma de Vincent Cassel que maquillan los evidentes lugares comunes que su guion expone.

Nota: 6

Lo mejor: Richet apuesta por el entretenimiento sin más. Brindando logradas escenas de acción y un vehículo de lucimiento para Vincent Cassel.

Lo peor: El filme está lleno de lugares comunes en su mezcla de acción e intriga que su efectismo busca maquillar. Algunos personajes resultan muy arquetípicos y otros merecerían más dibujo.