Ray Kroc, cara y alma de McDonald's durante casi 30 años no era nadie hasta que conoció a los hermanos McDonald. Literalmente. Si no, lee primero el artículo sobre la historia real que inspiró a la película 'El fundador'.
Michael Keaton retrata en este biopic funcional y poco complaciente al "fundador" de McDonald's, la mayor cadena de alimentación del mundo (da de comer cada día al 1% de la población). La imagen de un hombre lleno de claroscuros que bien podría compararse con el biotipo de uno de sus productores, Harvey Weinstein (ambicioso y algo desalmado que pasa por encima de quien haga falta con tal de conseguir lo que desea, o eso dicen las malas lenguas...).
Pues bien, en esta película nos encontramos a Ray Kroc en el año 54, un enérgico vendedor de batidoras (y anteriormente toda clase de nuevos artilugios que nadie quería comprar) en medio de una crisis existencial y sin comerse un rosco, hasta que recibe la llamada de los McDonald, a quienes sí les va viento en popa con su negocio de hamburguesas por 15 centavos.
Los hermanos Dick y Mac McDonald, interpretados correctamente por Nick Offerman y John Carroll Lynch respectivamente, son el alter ego de Kroc en el film: conservadores, sensatos, tranquilos y ambiciosos en su justa medida. Por su parte, Michael Keaton refleja en Kroc a un personaje lleno de inseguridades, cegado por la ambición y la convicción de que con la persistencia y la fe ciega en sí mismo alcanzará sus sueños ("el talento y la genialidad no triunfan, lo hace la insistencia").
Con un arranque que te invita a seguir a este hombre tan pasional, la película nos lleva al momento en el que Kroc sigue siendo un mero vendedor y ve iluminada su vida por el milagro de la comida rápida. La película es divertida pero no de manera explícita, sino gracias a la naturalidad y el saber hacer de su director al contar la historia (y por el carisma de Keaton). Cabe destacar el principio del film, y sobre todo la escena en la que los hermanos le cuentan a Kroc cómo han llegado adonde están.
El reparto se completa con una serie de secundarios de lujo que acompañan a los tres actores principales y que enriquecen el film con su presencia: Laura Dern, Patrick Wilson, Linda Cardellini, B. J. Novak o Wilbur Fitzgerald interpretan a personas interesantes de la vida de Krock (personajes muy bien definidos pese a su brevedad).
Ray Kroc, el "fundador" sin escrúpulos
'El fundador' es, ante todo, un film sobre el hombre que hizo a McDonald's no sólo una gran franquicia sino una gran empresa, a base de perseguir el sueño americano: hazte a ti mismo. Ray Kroc se nos muestra como un desafortunado perdedor entrado en la mediana edad, que decide devorar antes que ser fagocitado. El personaje de Keaton, rodeado de todo tipo de mantras en pro de la positividad y la persistencia ("un hombre es lo que tiene en la cabeza durante todo el día") cuenta con una buena e interesante evolución dentro del film, y el actor lleva perfectamente el peso de la trama con sus manierismos y su humor, ligado a su carisma para afrontar papeles de hombres desenfocados.
Se retrata a Kroc a través no sólo de su relación con los hermanos, sino con su esposa y los inversores de la franquicia (personas que no comparten su punto de vista), así como los encargados a los que adoctrina y las nuevas relaciones que va creando a través de su adquirido poder (lo que le hace sentirse como el hombre que siempre ha querido ser). La película es un biopic crudo pero respetuoso, que pone en pantalla la contraposición de dos modelos de negocio y vida: tradición, sosiego y pasividad contra reformismo, impulsividad y agresividad.
La historia, en definitiva, es casi un manual de cómo pasar de ser un don nadie a tener éxito descabezando a quien haga falta, vendiendo tu alma por el camino con el fin de conseguir tu sueño. ¿Quién dice que seas culpable por robarle la idea a otro y hacerla mejor? ¿Culpable de ser más ambicioso y tener menos escrúpulos? Si pones al zorro a cuidar de las gallinas no esperes salir bien parado.
Nota: 7
Lo mejor: Sales con ganas de superarte y comerte el mundo.
Lo peor: No supera el Test de Bechdel y encima se te hace la boca agua.