Hubo un momento en mi infancia en el que mi madre se dio cuenta de que las películas de animación también podían gustarle a ella. Un día de 2003 me llevó a ver 'Buscando a Nemo' y sintió que una película de dibujos animados también podía emocionarla a ella sin olvidar que iba dirigida hacia mí. Y todo gracias a unos peces. Inaudito.
Es difícil alcanzar el equilibrio entre niños y adultos pero hace mucho tiempo que este requisito es casi ineludible en el cine de animación. Sin embargo, todavía hay películas que caen en tramas simples, que renuncian al subtexto y evitan tratar conceptos más maduros, que los niños han demostrado una y mil veces que son capaces de manejar. Ahí se enmarca la última película del estudio Illumination Entertainment, 'El Grinch', que no se aleja lo más mínimo de esa fórmula que tan bien les lleva funcionando desde que en 2010 los Minions nos invadieran en 'Gru, mi villano favorito'.
La historia ya nos la sabemos. Una especie de duende de color verde odia la Navidad y tratará de destruirla por todos sus medios para hacer miserables a los habitantes de Villa Quién. La cinta se apega casi por completo al cuento original de Dr. Seuss, y lo poco que incorpora de nuevo ya lo habíamos visto en 'El Grinch' de Jim Carrey.
Un cuento desactualizado
Este grinch animado se aleja del prototipo de malvado que ya conocíamos y es un gruñón más de andar por casa. De esos que evita al vecino para no tener que saludarle y que de vez en cuando se da atracones para calmar la ansiedad. Es un acercamiento más amable, pero también más interesante. Este villano menos cruel y con razones más reales tiene ese regusto a amargura adulta que bien podría haber logrado el guiño cómplice de los mayores de la sala.
Pero solo podría. La película se rellena pronto con tramas secundarias y un plan para robar la Navidad poco apuntalado que termina dejando a un protagonista con potencial como una marioneta en manos de la trama. Después de que la animación haya retorcido el concepto de malo en películas como 'Megamind', 'Frozen: El reino del hielo' o la ya mencionada 'Gru', el villano de 'El Grinch' resulta facilón y perezoso. Qué rabia.
Tampoco se innova en su final, típico y poco satisfactorio para el momento en que nos encontramos. Michael LeSieur y Tommy Swerdlow, guionistas de esta versión, no cambian ni una coma del original. Y si hablamos de un cuento publicado en 1957, a lo mejor estaría bien darle algún lavado de cara para presentarlo al público actual. Así, nos regalan una moraleja que ya hemos recibido demasiadas veces y realmente no queremos ver más. Ya sabemos que el espíritu de la Navidad está en compartir y que el amor es más importante que los regalos. De verdad, los niños también lo saben. No necesitan que se lo digamos más.
Cuento en verso y una animación correcta
Entre sus aciertos, 'El Grinch' mantiene la narración en verso, lo que le otorga un aire de cuento tradicional muy adecuado. También el trabajo de animación da momentos vibrantes. En sus mejores pasajes, recuerda a 'Polar Express', e incluso a 'Frozen', aunque nunca logra alcanzar la maestría de ambas. Villa Quién toma lo mejor de la Ciudad de la Navidad que vimos en 'Pesadilla antes de Navidad', con regalos, artilugios y juguetes por todos lados. Pero también aquí llega sensación de que no se ha explotado lo suficiente.
La secuencia que mejor funciona es la del robo, en el tramo final de la película. Un grinch enfundado en artilugios se cuela en las casas de Villa Quién a través de las chimeneas para robar la Navidad, dando lugar a un fragmento muy dinámico. La narración en rima es suficiente para sostener una acción que no necesita de diálogos y compone el momento más atractivo de la película.
En cuanto a la adaptación, la versión española coloca a un correcto Ernesto Alterio detrás de la voz de El Grinch en sustitución de Benedict Cumberbatch y nos permite evitar a Pharrell Williams como rapero-narrador. Hay cierto caos a la hora de enfrentarse a los villancicos; algunos mantienen el original en inglés mientras otros se traducen, sin que exista un criterio claro de diferenciación.
Los Minions vuelven, otra vez
No nos equivoquemos, a los más pequeños les gustará. 'El Grinch' es como fuegos artificiales, efectiva y llena de colores, y muy solvente a la hora de arrancar el asombro y la risa instantáneos. A todo el mundo le gusta ver fuegos artificiales de vez en cuando. Pero como aquellos, también es incapaz de construir un recuerdo sólido y permanente en la cabeza de su público. Y lo peor de todo es que tenía las herramientas para hacerlo.
Mención aparte merece el corto de los Minions que aparece al inicio de la película, como si a los de Illumination les diera miedo que la gente abandone la sala si no aparecen los personajes amarillos. El corto en sí se limita a repetir lo ya visto de estos alivios cómicos que cada vez son más una parodia de sí mismos.
A niveles generales, 'El grinch' da rabia. Una vez más, Illumination presenta una historia llena de buenas intenciones pero exenta de riesgos y de ganas de innovar. Si '¡Canta!' se salvaba por su música, 'El grinch' se acerca mucho más a la fallida 'Mascotas'. Y no consigue quitarse de encima la sensación de que estamos viendo una remezcla descafeinada de Gru, con personajes planos, y, sobre todo, mucho potencial sin explotar. En definitiva, a ver 'El Grinch' hay que ir sin expectativas, sabiendo que vamos a por un Happy Meal. No será la comida más sana de los niños, pero es seguro que les gustará y estarán entretenidos durante hora y media.
Nota: 5
Lo mejor: Que es la película infantil perfecta para estas Navidades.
Lo peor: Que nos queda la sensación de que podría haber sido mucho más.
10 películas para ver si odias la Navidad
'El apartamento'
Año: 1960.
Dirección: Billy Wilder.
País: Estados Unidos.
Sinopsis: Un trabajador de una multinacional llamado C.C. Baxter (Jack Lemmon) es quien presta su pequeño apartamento a sus jefes para que tengan en él sus escarceos y encuentros amorosos. Con la intención de que tales favores le repercutan en beneficio propio dentro la empresa, acabará totalmente enamorado de Fran Kubelik (Shirley MacLaine), ascensorita y amante de uno de sus superiores, Sheldrake (Fred MacMurray).
Pese a que 'El apartamento' siga siendo a día de hoy una de las mejores películas románticas de todos los tiempos, siempre la recordaremos como una de las navidades cinematográficas más tristes y deprimentes de todos los tiempos.
'Navidades negras'
Año: 1974.
Dirección: Bob Clark.
País: Canadá.
Sinopsis: En plenas vacaciones de Navidad, las chicas de una fraternidad empezarán a ser asediadas a través del teléfono por un acosador. Todo tomará un cariz mucho más oscuro cuando una de ellas desaparezca.
Mucho antes de que Michael Myers o Jason Voorhees hiciesen acto de presencia, a mediados de los setenta Clark ya empezó a sentar las bases de lo que pocos años después se conocería como slasher. En él, nos presentaba a Billy, el psicópata de turno con tendencias vouyerísticas que acabaría convirtiendo la Navidad en una fecha tan terrorífica como la noche de Halloween.
'Navidades infernales'
Año: 1980.
Dirección: Lewis Jackson.
País: Estados Unidos.
Sinopsis: Por culpa de un trauma de la infancia, un loco estará dispuesto a lo que sea por hacer que la figura de Santa Claus se convierta en objeto de culto por parte de todo el mundo. Y si para ello tiene que matar a todo aquel que se le ponga por delante, no dudará en hacerlo.
Obra de culto del slasher a reivindicar, este título a camino entre el exploit y el terror más casposo, ya fue definido por John Waters como "la mejor película navideña de todos los tiempos". Y si lo dice el Pontífice del trash, será por algo.
'Gremlins'
Año: 1984.
Dirección: Joe Dante.
País: Estados Unidos.
Sinopsis: Billy (Zach Galligan) recibe como regalo por parte de su padre, Rand (Hoyt Axton), una mogwai, una extraña criatura que para llevar a cabo su cuidado deben seguirse a rajatabla tres estrictas normas: prohibido darle comida pasada la medianoche, prohibido mojarlo y evitar que le toque la luz de sol. El incumplimiento de estas traerá a los gremlins a un tranquilo barrio residencial.
Podríamos clasificar 'Gremlins' como la película anti-navideña por antonomasia, pues pese a tratarse de un título absolutamente familiar, en él Dante supo jugar todas sus cartas como buen amante del fantástico y lo macabro, convirtiendo el film en una de las obras clave del cine de género de los ochenta.
'Arma Letal'
Año: 1987.
Dirección: Richard Donner.
País: Estados Unidos.
Sinopsis: Un respetado policía Roger Murtaugh (Danny Glover) deberá hacer equipo con su nuevo compañero, un tipo con tendencias suicidas llamado Martin Riggs (Mel Gibson). Pese a que los dos odien trabajar en pareja, tendrán que dejar a un lado sus diferencias para conseguir desmantelar una trama de tráfico de drogas.
Una de las buddy movies más representativas de dicho subgénero, rezuma a través de su esencia cierto aroma anti-navideño, ya que retrata la tendencia a la soledad de sus personajes, pese a que estén en plena época de hermanamiento y paz hacia el prójimo.
'Jungla de cristal'
Año: 1988.
Dirección: John McTiernan.
País: Estados Unidos.
Sinopsis: Un grupo de terroristas ha secuestrado un edificio de Los Angeles, el policía neoyorkino John McClane (Bruce Willis) decidirá enfrentarse él solo a la banda.
Nervios a raudales, explosiones y mamporros en uno de los títulos de acción más aclamados de su género, y que se sustenta sobre una trama en la que la Navidad se convierte en un elemento secundario que ha quedado adscrito a la mala hostia que destila la película.
'Eduardo Manostijeras'
Año: 1990.
Dirección: Tim Burton.
País: Estados Unidos.
Sinopsis: A modo de cuento navideño, conoceremos la historia de Eduardo Manostijeras (Johnny Depp), una criatura creada por un Inventor (Vincent Price). Debido a una mala finalización de su obra, en lugar de dedos tenía unas enormes cuchillas que le otorgaron tan peculiar apellido.
Tim Burton nos presentó una de las películas más características de su filmografía, además de tratarse de un título clave del cine fantástico contemporáneo. Sin embargo, y debido a toda la tragedia que lleva de fondo, este triste cuento merece con creces su puesto en un listado como este.
'Jack Frost'
Año: 1997.
Dirección: Michael Cooney.
País: Estados Unidos.
Sinopsis: Después de que un temible psicópata (Scott McDonald) haya muerto, su espíritu acabará poseyendo nada más y nada menos que un muñeco de nieve. El resto de la historia, os la podéis imaginar.
Un año antes de que Michael Keaton protagonizase aquel tremendo bochorno llamado 'Jack Frost', el terror de serie B ya nos presentó su propia versión de la historia, a base de mucha mala baba y en la que nos encontramos incluso con una Shannon Elizabeth sin vergüenza a que su aparición en la película quedase relegada a la escena de la imagen que acompaña este texto.
'El Grinch'
Año: 2000.
Dirección: Ron Howard.
País: Estados Unidos.
Sinopsis: Harto de los villancicos, el Grinch decidirá vengarse de los habitantes de Villa Quién robando todos sus regalos a Santa Claus.
Por mucho que nos neguemos, el Grinch representa a la perfección a gran parte de las personas corrientes, aquellas que empiezan a sentir dolor de cabeza después de horas y horas de haber estado escuchando villancicos. Basada en el personaje creado por Dr. Seuss en 1957, la verde figura es además una ácida crítica hacia el desorbitado consumismo que impera en Navidad.
'Saint'
Año: 2010.
Dirección: Dick Maas.
País: Holanda.
Sinopsis: Cada 6 de diciembre, San Nicolás llega dispuesto a premiar a los niños que se han portado bien con regalos y caramelos. Sin embargo, este año viene convertido en una temible criatura sedienta de sangre que convertirá la Navidad en una pesadilla.
Convertir a la apacible figura de San Nicolás en la de un demoníaco ser dispuesto a clamar venganza por su muerte, siglos atrás, ya vale para tener en cuenta el carácter puramente anti-navideño de la película, la cual podría jugar en la misma liga que 'Rare exports: Un cuento gamberro de Navidad', y de la que os hablamos en un anterior especial.
