Es preocupante ver cómo alguien con el talento de Tim Burton parece haberse metido en un bucle de mediocridad tal que hasta sus fans más incondicionales hayan perdido la esperanza de volver a verle brillar como en sus mejores tiempos. O en sus buenos tiempos al menos. Son muchas ya las decepciones que nos hemos llevado de alguien que tenía una visión tan personal. Con su nueva película ha contado con la ayuda de Ramson Riggs, autor de la trilogía de 'El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares'. Y digo ayuda porque parece que el escritor sabía que Burton necesitaría una historia así para intentar reflotar su carrera.
Mientras leía la novela, me imaginaba a Riggs pensando: "Tim Burton me va a dirigir la película de este libro". Porque todo 'Miss Peregrine' es puro Burton: un espíritu infantil pero oscuro, con toques góticos, con personajes que se sienten diferentes, con un toque mágico. Hasta la idea de forjar la historia a partir de unas fotos viejas (y bastante perturbadoras) parecía haber salido de la cabeza del director. Es decir, Burton tenía que estar muy en baja forma para liarla esta vez. Y, por suerte, no lo hace. Tampoco es que esté de nuevo en plena forma, pero 'El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares' es un buen paso adelante hacia la recuperación.
La película se centra en Jake (Asa Butterfield), un joven que se siente muy solo. No tiene amigos, sus padres pasan de él... Su único apoyo es su abuelo, que siempre ha cuidado mucho de él y le ha llenado la cabeza de historias de su infancia, cuando se fue de Polonia a vivir a un orfanato de niños peculiares regentado por una tal Miss Peregrine en una isla de Inglaterra. Pero, al crecer, fue dejando de creer en esos cuentos. Un día va a ver a su abuelo y se lo encuentra herido en el bosque detrás de su casa. Le da unas pistas para que encuentre el hogar de Miss Peregrine, y Jake hace todo lo posible para que sus padres le dejen ir. Gracias a su psiquiatra, monta el viaje junto a su padre. Y aunque de primeras se lleva un buen chasco con la mansión, pronto entrarán en escena los amigos de su abuelo y la estricta Miss Peregrine (Eva Green), que mostrarán a Jake cómo se mantienen siempre jóvenes y le advierten de un peligroso mal que les acecha.
Como ya he dicho, si me dijeran que Ramson Riggs es un pseudónimo de Tim Burton, me lo creería. Toda la imaginería de esta historia está pensada para ser vista a través de los ojos del cineasta, y en muchas cosas consigue recuperar ese espíritu que creíamos perdido. Empezando por la estética, que recuerda mucho a la luminosidad de 'Big Fish' con ese toque victoriano, con esos niños tan blancos y de ojos tan grandes. El vestuario y los escenarios, sobre todo la mansión, son realmente cautivadores. La banda sonora, a pesar de no ser de Danny Elfman, tiene momentazos. Y los villanos son de esos que hasta a los adultos nos llegarían a dar un poco de yu-yu. Muy 'Kingdom Hearts'. Encima se llaman huecos. En eso Burton vuelve a triunfar, es de los pocos que puede crear una película con un aire infantil pero con elementos tan perturbadores como los huecos o las marionetas de Enoch, uno de los niños de Miss Peregrine, que puede dar vida a objetos inanimados metiéndoles corazones de animales (gran guiño al stop-motion, otro recuerdo al mejor Burton).
Los primeros pasos de la película son sólidos. Cuando Jake conoce a Miss Peregrine vamos conociendo junto a él quiénes son los niños, qué poderes tienen, qué son las Ymbrine como ella (brujas que pueden transformarse en pájaros y, más importante, controlan el tiempo), y qué son los bucles. Peregrine le explica que, para protegerse de un mundo que no les entendería, las Ymbrine acogen a niños con habilidades especiales como los suyos en un lugar en el que eligen un día y lo viven una y otra vez, una y otra vez, así no envejecen, aunque no olviden todo lo anterior, y pueden protegerse de los encontronazos con, por ejemplo, la gente del pueblo. Eso sí, si salen del bucle y regresan al tiempo real, envejecerán rápidamente y morirán (el de Miss Peregrine está creado en 1943) Pero el bucle tiene otra razón: les ayuda a estar escondidos de los huecos, que eran gente peculiar como ellos que intentaron hacerse inmortales utilizando el poder de las Ymbrine y les salió mal, convirtiéndolos en monstruos que se alimentan de ojos de peculiares. Si comen los suficientes regresan a su forma humana. Hasta ahí todo bien, pero la película llega a un momento en la mitad en el que empieza a enrevesarse mucho, se pone a soltar términos y nuevas reglas sin tomarse el tiempo que se tomaron al principio en explicarlo, y puede llegar a ser confuso.
Y ay, qué difícil es crear historias sobre viajes en el tiempo que no se vuelvan incongruentes. 'Miss Peregrine' no lo consigue, aunque tampoco lo hacía el libro. De la mitad hacia el final se vuelve muy caótica y no es tan consistente como el inicio. Y eso que el final es completamente distinto al libro, para bien. Jane Goldman ha optado por escribir un nuevo final en el que vemos a los niños peculiares convertirse en los X-Men de Tim Burton, ganando en acción y en espectacularidad, incluso en humor gracias a un Samuel L. Jackson al que se le da bastante bien lo de ser villano carismático. También opta por una conclusión más cerrada que la novela, que dejaba el camino preparado para el siguiente libro. Aquí han preferido dejar que la película pueda funcionar sola, aunque haya la posibilidad de seguir si tiene éxito. A ese respecto, la película gana al libro (que no está mal pero tampoco es gran cosa), el único problema es el de la sensación de que hay agujeros (temporales) por todas partes, que las cosas se retuercen demasiado, que no sabemos en qué momento estamos y que hay muchas resoluciones que se podrían haber saldado mucho antes. Sí, momentos frustrantes de esos de "si podíais hacer esto, ¿por qué habéis esperado tanto para hacerlo?".
A pesar de ello, la película en general es una aventurilla que se disfruta mucho, quizás más los niños que los adultos. Y los niños grandes, que siempre hemos sido el público objetivo de Burton. Casi todos los peculiares son realmente encantadores, y no tendrán problema en conquistarnos. Destacando Ella Purnell, que encarna a Emma Bloom, la chica ligera como el aire. Mientras que en el libro la co-protagonista es Olive, la chica de fuego, en la película han optado por una protagonista más etérea (nunca mejor dicho), pero igual de fuerte, que le saca mucho partido a su poder, y que pega más con el estilo frío pero encantador de Burton. Purnell hace un gran trabajo, y sabe llevar mejor el peso de su papel que Asa Butterfield, que ya no es ni por asomo el niño adorable de 'La invención de Hugo', y que todavía no tiene las tablas suficientes para ocupar el papel protagonista. Su personaje, Jake, no resulta ni la mitad de interesante que todos los demás niños. De lado de los adultos, evidentemente es una delicia volver a ver a Eva Green, que es un portento haga lo que haga. Aquí es genial como la estricta (pero algo histriónica) Alma Peregrine, y aunque tampoco tiene un protagonismo desmesurado, cada una de sus escenas son de agradecer. El resto tienen papeles bastante secundarios o incluso rozan el cameo (como Judi Dench, igualmente estupenda). Si acaso destaca Chris O'Dowd en el papel del padre de Jake, con una personalidad muy marcada que ayuda a entender parte de la personalidad y de las decisiones de Jake.
¿El gran regreso?
¿Podemos considerar a 'El Hogar de Miss Peregrine para niños peculiares' el gran regreso de Tim Burton? No, todavía queda muy lejos de sus grandes obras. Pero es, sin duda, una de las películas más firmes del cineasta en años. Quizás lo que más se le puede achacar es que le falta ese alma que tenían cintas como 'Eduardo Manostijeras' o 'Big Fish'. Esta tiene sentimiento, pero no tanto corazón como las otras. Quizás ha sido un trabajo demasiado fácil, demasiado predispuesto para él y no ha intentado lucirse como él sabe. Sin embargo, no se puede negar que es una película que aprueba de sobra, una aventura que se disfruta mucho y que, sobre todo, tiene un gran potencial. Ojalá Miss Peregrine haya conseguido convencer a Tim Burton de que su peculiaridad sigue ahí. Al menos aquí empieza a notarse otra vez. No perdamos la esperanza.
Nota: 7
Lo mejor: Es una historia con mucho potencial. La estética burtoniana de la película.
Lo peor: Lo caótica e incongruente que se vuelve.