La cartelera empieza a anticipar la llegada de Halloween en un mes. Otro año más, contamos como maestro de ceremonias con 'El hombre del saco'. Esta nueva adaptación de las muchas que ha habido en los últimos años repite el enfoque de padres e hijos de la versión española de Ángel Gómez. A partir del 27 de septiembre en cines, podemos volver a ver la misma historia que todas ellas pero contada de una forma considerablemente más adulta y oscura.
Miedo paternal
El director Colm McCarthy ('Peaky Blinders', 'Sherlock') ya tenía experiencia en el terror con fondo tras su reputado debut de zombies 'Melanie. The Girl with All the Gifts'. Junto al guion de John Hulme, aquí habla de una manera muy visual sobre los miedos y las frustraciones de no dar la talla como padre: desde la difícil conciliación familiar y las tareas del hogar hasta el odio a tu propio hijo.
Esta dinámica regala escenas y diálogos tan bonitos como aterradores: da miedo pensar cómo vas a evitarle traumas a tus hijos si tú sigues luchando con los tuyos. A eso se le suma una faceta psicológica muy interesante que la evita caer en lugares comunes tramposos de otras cintas del género. Es una pena que esa sesión con la psicóloga sí que tire de clichés y trampas para los diálogos, pero por lo menos ya se presenta como una alternativa en una película mainstream.
Estas ideas ordenadas en dos párrafos venden muy bien la película, pero la mala noticia es que el montaje diluye muchísimo el mensaje. Aunque deja buen sabor de boca, al final no queda claro si el objetivo era superar la infancia o no olvidar esa ilusión infantil. Esto hace que la película tenga un buen arranque y conclusión, pero un desarrollo superficial más centrado en el entretenimiento típico.
La película gana cuanto más se centra en esas ideas adultas en lugar de las infantiles; sin embargo, al pasarlas todas ellas por el personaje de Sam Claflin, el actor de 'Antes de ti' se queda bastante plano como protagonista. Su mujer en la ficción, Antonia Thomas ('The Good Doctor') llega a lucirse más, sobre todo en el desenlace.
Tono oscurísimo pero indefinido
En ese valle intermedio donde el mensaje parece diluirse, el terror viene a salvar la función con una sucesión de noches y tensión muy similar a la de 'Paranormal Activity'. Al igual que en la parte literaria, no hay nada nuevo, pero todo está muy bien plasmado. Tras varios momentos de poner la piel de gallina y dos pequeños planos bastante perturbadores, los fans del terror agradecerán ese atrevido que, lejos de chocar con el enfoque familiar del mensaje, lo potencia.
La otra cara de la moneda es que la película deja de funcionar en cuanto a entretenimiento cuando deja de ser esta casa encantada para sacar a pasear al monstruo del título; es decir, cuando quiere hacerse grande y explícita. La banda sonora, la potente mezcla de sonido y la sorprendente fotografía aportan esa gran oscuridad del film que luego le resta el poco presupuesto y la materialización del hombre del saco (cómo se echa de menos a Javier Botet...).
La buena noticia es que, rompiendo otros clichés, el terror no tarda en llegar, el camino hasta él es interesante y está bien realizado. Pero todo ello está completamente desligado del mensaje y del mito, ya que los sustos no tienen que ver directamente con su mecánica o personalidad. Y podría haber funcionado mucho, como esa escalofriante cremallera tan desaprovechada y el gore que trae consigo.
En consecuencia, esta no es la película que te va a hacer temer a 'El hombre del saco', pero sí que te va a interesar y aterrar a su costa. Funciona el mensaje, funciona el terror, pero en dos películas distintas dentro de una, y el hombre del saco sólo está en la primera. Esta nueva adaptación no cumple como tal y tampoco aporta nada nuevo, pero lo que sí cuenta lo hace con mucho interés y de una forma mucho más adulta de lo esperado.
