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CRÍTICA

'El imperio de las sombras': Duelo de espías

Kim Jee-woon regresa a su Corea del Sur natal para dirigir 'El imperio de las sombras', seleccionada por Corea del Sur para representarle en la 89ª edición de los premios Oscar.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 29 de Enero 2017 | 14:08
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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El cine coreano es, sin duda, uno de los más interesantes en el panorama internacional. Siempre lo ha sido, desde luego, con propuestas como 'Samaritan Girl', 'Princesa' o 'Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera'. Capaces ahora de expandirse de manera más ambiciosa, llega la nueva película del aclamado realizador Kim Jee-woon. 'El imperio de las sombras', presentada fuera de concurso en el 73º Festival de Venecia, mostrada el Festival de Toronto y la seleccionada por Corea del Sur como representante para la 89ª edición de los premios Oscar.

El imperio de las sombras

Los años 20 están llegando a su fin, Corea está bajo ocupación del imperio japonés. Existen rebeldes que intentan lograr derrocar el colonialismo nipón. De hecho, se tiene constancia de que existe un grupo de resistencia que está intentando traer material explosivo desde Shanghái y dinamitar la base japonesa que hay en Seúl. Mientras la delegación japonesa intenta impedir el atentado, el capitán de policía Lee Jung-chool debe investigar y encontrar a los posibles rebeldes. Sin embargo, el capitán tiene sus propias dudas existenciales, especialmente después de la muerte de Kim Ja-ok, un miembro de la Resistencia que fue compañero suyo de clase.

Corea bajo el dominio colonial de Japón

Sin duda, llama la atención cómo Kim Jee-woon y Park Chan-wook, dos de los directores más reconocidos del país asiático, han desarrollado sus carreras de forma paralela y semejante. Ambos tienes películas encumbradas por el público y la prensa como 'Three' y 'Encontré al diablo' o 'Sympathy for Mr. Vengeance' y 'Oldboy'; ambos tienen una visión muy particular y un estilo propio que los hace estéticamente impactantes y visualmente retorcidos; ambos han tenido una experiencia agridulce en Hollywood, uno con 'El último desafío' y el otro con 'Stoker', y ambos revisionan la historia de la Corea colonial en su regreso al cine.

El imperio de las sombras

Si 'La doncella' era un espléndido ejercicio de ácida crítica y vendetta femenina, 'El imperio de las sombras' es su respuesta en forma de clásico cine de espionaje, con una ambientación igual de cuidada y trepidantes escenas de acción entremezcladas con escenas más intensas sobre el propio drama existencial que se cierne en el protagonista, un hombre que se convierte en una especie de antihéroe improvisado. De hecho, Kim Jee-woon, que también firma el guion, divide sabiamente a los protagonistas en dos bandos, los miembros de la Resistencia, capaces de todo por lograr la libertad, y aquellos traidores que se comportaron de manera pragmática. En todo momento, el director deja caer que, en ambos bandos, el que sale perdiendo es el propio ciudadano coreano, que desunido da beneficios al Japón con ansias expansivas.

Magnífica película de espías

Cierto es que su duración, así como sus pausas en las que se reflexiona sobre la lealtad, la confianza y el poder, lastran ligeramente a la película, exigiendo al espectador cierta paciencia. No obstante, vale la pena gracias a una historia interesante, unas interpretaciones sólidas y una ambientación exquisita.

El imperio de las sombras

'El imperio de las sombras' es, quizás, la cinta más ambiciosas de Kim Jee-woon estéticamente hablando. Ahora bien, es más conservadora que anteriores propuestas suyas como 'El bueno, el malo y el raro' o la ya citada 'Encontré al diablo'. Pese a ello, eso no impide disfrutar de una elegante película de espías, al más puro estilo Brian De Palma en 'Los Intocables de Eliot Ness' o Spielberg en 'El puente de los espías'. Magnífica.

Nota: 8

Lo mejor: Su ambientación, sus austeras escenas de acción, las dudas existenciales y sus actores.

Lo peor: Su primera escena confundirá al espectador, lo que puede provocar cierta decepción.

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