Ante la abundancia de obras principalmente norteamericanas en las salas de cine semana tras semana, siempre es una alegría aquello de encontrarse un producto que promete de otro país. Aunque de Francia y Reino Unido suelen llegar buenas películas, mucha gente presta aún más atención si la obra que recibimos en España es de algún país sudamericano, con los que compartimos idioma y, en ocasiones, un modo de vivir parecido.
Sin embargo, con 'El incendio' se nos puede caer el alma a los pies si esperamos demasiado de ella. Y es que, precisamente, lo que hace que no disfrutemos de la película es su irracionalidad y poca naturalidad a la hora de tratar un tema que, todos, prácticamente sin importar aquí cuestiones de raza o nación, vivimos de forma constante a lo largo de nuestras vidas.
El film nos presenta a Lucía y Marcelo, una pareja de 30 años que va camino a comprar su primera casa con cien mil dólares en el bolsillo. Sin embargo, el hombre que les iba a vender su futuro hogar, no aparece a tiempo y tienen que retrasar la firma de la escritura 24 horas. En el trayecto de vuelta ambos se encuentran tensos y frustrados. Y es que, aunque intenten ocultarlo, no va a ser un día cualquiera. Descubriremos en el transcurso de 24 horas la verdadera relación de amor que mantienen, la crisis por la que están pasando y la violencia que se esconde detrás de ellos.
'El incendio', según parece, debería haber sido un complejo drama de pareja en el que nos mostraran cómo una noticia, en apariencia, bastante irrelevante, puede destrozar una relación que ya comenzaba a resquebrajarse. Sin embargo, el guion de Agustina Liendo pretende matar moscas a cañonazos con un dramón exagerado y amplificado al máximo; hasta el punto de no creerte ni una sola escena que aparece en pantalla.
Y es una pena, porque la historia se sigue con interés los primeros 30 minutos de metraje, pero, luego, resulta todo demasiado descabellado como para prestar suficiente atención. Desde luego, poco nos podemos identificar con los sentimientos de los personajes, que son llevados a una escala en la que están incluidas las agresiones, drogas y armas de fuego. Realmente, ¿era tan difícil contar una historia de parejas sosegada y creíble?
Salvada por los artistas
Si por algo saldremos contentos de ver este film en el cine, es por presenciar las notables interpretaciones de sus protagonistas. Pilar Gamboa y Juan Barberini, a pesar de dar vida a personajes insoportables y nada creíbles, hacen de ésta una de esas películas en las que los actores están muy por encima de todas las palabras escritas en el guion. Son intérpretes que se implican en un proyecto y lo dan todo, a pesar de que dicho proyecto sea de una calidad, cuanto menos, cuestionable.
Nota: 5/10
Lo mejor: Las mencionadas interpretaciones de los dos protagonistas.
Lo peor: El histrionismo sobre el que se desploma el guion a la media hora de metraje.